Escribe: Juan Carlos Sueiro. Director de Pesquerías, Perú. Oceana

Cada vez que se registra un fenómeno El Niño fuerte y extraordinario, tiene diversos impactos en el país. Entre los más conocidos están las inundaciones y destrucción que ocasionan las intensas lluvias en la costa norte. Como indicador de la magnitud de estas, las lluvias del año 1983 en la ciudad de Piura bordearon los 2250 ml por m2, es decir fueron 60 veces más fuertes que las lluvias anuales promedio entre 1978 y 1981. ^[1]

EL CASO DE LA ANCHOVETA

En las actividades pesqueras peruanas los impactos de corto plazo han sido de gran magnitud en diversas especies y con diferentes consecuencias. El más conocido es el colapso de la anchoveta a inicios de los años setentas del siglo pasado. En aquella oportunidad, con un El Niño de menor magnitud en comparación con las dos décadas siguientes (en la ciudad de Piura en 1973 llovió solo el 14% de lo que se registró en 1983), no se sabía que al inicio de estos eventos la anchoveta se hace más disponible a la pesca de cerco (luego reduce su disponibilidad). Ello sumado a los altos volúmenes de captura de los años anteriores (en los que llegó a ser el 20% de la extracción pesquera a nivel mundial), producto de la carrera por el recurso para producir harina y aceite de pescado, resultó en una drástica reducción de la población de anchoveta, la misma que demoró más de una década en recuperar su estatus de especie dominante en el ecosistema.

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El Niño de 1998 también impactó esta pesquería. En ese año las capturas de anchoveta representaron el 20% de las del año anterior. La escasez del recurso llevó a que la industria recurra a otras especies para la producción de harina de pescado (ver gráfica), poniendo en riesgo su sostenibilidad (el  impacto en la sardina fue tal que dejó de ser una especie de importancia comercial).

¿Por qué las consecuencias empresariales, en la industria de harina y aceite de pescado, fueron tan fuertes con El Niño de 1998, cuando la deuda empresarial pesquera bordeó los 1000 millones de dólares? Esto fue debido a la segunda gran carrera por la anchoveta, impulsada con la venta de plantas de Pesca Perú, que expuso financieramente a las principales empresas y a la crisis asiática del año previo a El Niño, que contrajo los precios de ambos productos. (SNP, 2003)

Una de las lecciones de esos años fue que la industria pesquera debía de internalizar un evento recurrente como es El Niño en sus decisiones empresariales.

EL CASO DE OTRAS ESPECIES

En otras pesquerías, durante El Niño extraordinario se redujo la disponibilidad de pejerrey, la especie costera más importante en la pesca artesanal de la costa central, capturada por pequeñas embarcaciones con cortina, principalmente, y con cerco en Áncash.

En el sur del país (Ica y Arequipa, principalmente) la mayor ocurrencia de oleajes impactó  en las praderas de algas pardas. Se redujeron también las disponibilidades de choros, erizos y almejas.

Por otro lado, hay pesquerías que se ven favorecidas durante El Niño. Este (el de 1983 y sobre todo el de 1998) ha sido el principal factor (y la escasez de recursos habituales otro) para iniciar la pesca de perico y otras especies a cierta distancia de la costa.

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También se ampliaron de manera significativa la disponibilidad de langostinos y percebes en el norte; jurel, caballa y caracol en el centro y sur; escualos y perico en diversos lugares del litoral.

Otra especie favorecida con El Niño es la concha de abanico en la Reserva Nacional de Paracas (principalmente al interior de la bahía Independencia). Su gran crecimiento genera una enorme congestión y refleja otra consecuencia: la migración temporal de un número importante de pescadores artesanales. Como ejemplo, en Laguna Grande, al norte de la bahía, antes de 1983 había aproximadamente 50 embarcaciones, en 1985 – 1986 se estimaron alrededor de 1500. (García, 2000)

No obstante, estas pesquerías pueden verse mermadas si la intensidad de El Niño es tal que obliga a cerrar puertos con más frecuencia, se incrementan los riesgos en las travesías, afecta infraestructuras de desembarque, interrumpe el abastecimiento de agua (y de hielo) y las vías de transporte (la Panamericana, la más importante del país). Las pérdidas con En Niño en 1998 fueron estimadas en 3,500 millones de dólares (CAF, 2000). El PBI de ese año se contrajo en 0.4%. En el año 1983 el PBI se contrajo 10%. (BCRP)

Si bien no existe un El Niño igual a otro (una de las pocas certezas que tenemos sobre este), las lecciones que han surgido en estas ocurrencias, conllevan a la necesidad de reforzar los principios precautorios, antes que relajarlos. Los recursos colapsados no generan ingresos ni empleos; sino preguntémonos: ¿quién ahora tiene trabajo o ingresos basados en la sardina?

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Referencias:

– Banco Central de Reserva del Perú BCRP Portal institucional

– Bertrand, A., Fréon, P., Chaigneau, A., Echevin, V., Estrella, C., Demarcq, H., Gutiérrez D., Sueiro, JC. 2010. Impactos del cambio climático en las dinámicas oceánicas, el funcionamiento de los ecosistemas y las pesqueras en el Perú: proyección de escenarios e impactos socio económicos. Embajada Británica, Lima. 46p.

– CAF 2000 El Fenómeno El Niño 1997-1998 Memoria, retos y soluciones Tomo V. Perú. Lima. 296p.

– García, A. 2000. Pescadores artesanales y medio ambiente en la Reserva Nacional de Paracas – Pisco: Los culpables desconocidos. Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Universidad del Perú, decana de América), Facultad de Ciencias Sociales, Instituto de Investigaciones Histórico Sociales. 488p.

– PRODUCE Portal institucional www.produce.gob.pe

– Sociedad Nacional de Pesquería SNP, 2003.  Libro de Oro de la Pesquería Peruana.  Trillo, P. (editor) Lima, 402p.

^[1] El Proyecto Chira Piura es la referencia de una serie de tiempo presente en la parte 1 de un documento de la Municipalidad de Sullana, sin fecha, portada ni autores. “Estudio mapa de peligros, plan de uso del suelo ante desastres y medidas de mitigación en Sullana”