Un informe sobre Corredor Interoceánico Sur Tramo 2, realizado por el Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil para la Interoceánica Sur (GTSC IOS Cusco), dio cuenta sobre la expansión de la actividad minera ilegal en Cusco.
En diálogo con Actualidad Ambiental, Ronald Catpo director de Áreas para la Conservación y Fortalecimiento Institucional de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica – ACCA, afirmó: “Lo más notorio en minería fue ver mucha maquinaria en Quincemil, además de haber un fuerte movimiento hacia Marcapata. También pudimos relevar, por entrevistas, que (los mineros informales) ya estaban entrando en los bosques de la zona llamada Cadena, por la bellísima cuenca del río Japumayo”.
Como informó Actualidad Ambiental a través de un artículo publicado el 19 de junio del año pasado, la minería informal se viene expandiendo en Cusco desde hace varios meses:
“Muchos mineros del departamento de Madre de Dios, que fueron intervenidos en sectores como La Pampa y Huepetuhe, han buscado nuevos lugares para continuar con sus ilícitas actividades”
(…)
Quincemil, ubicado a 873 msnm, es una zona que concentra un número importante de microclimas, así como un volumen generoso de precipitaciones, convirtiéndolo en un lugar perfecto para el cultivo de orquídeas y plantas medicinales. “Este maravilloso ecosistema se está degradando día a día a causa de la minería que deforesta extensas hectáreas de bosque, contamina ríos y degrada los suelos para el cultivo de alimentos de consumo directo de la población local”, nos comentó un ciudadano de la zona.
Catpo agregó que durante el viaje con el Grupo de Trabajo también se observó “la presencia de algunos mineros, bastante artesanales, por el sector de Mallma y Mahuallani, en el lecho del rio Mapacho, que suponemos que en poco tiempo podría crecer en número”.
El informe, que ha sido entregado a diez instituciones públicas del Cusco, incluyendo el GoRe, la CAR Cusco y municipalidades del tramo 2, señala que esta minería informal genera movimiento de tierra en la ribera del río -causando la contaminación de las aguas tanto en la parte Alto Andina (Malma y Mahuayani, al margen izquierdo del río Mapacho) como en la Selva Alta (Limonchayoc)-, donde se presume que pueden estar contaminando con residuos químicos peligrosos como el mercurio.
En cuanto a los impactos ambientales negativos indirectos, el informe refiere: “El crecimiento de la explotación ilegal de oro causó nuestra preocupación ya que, si bien es cierto que esta actividad se viene dando desde antes, la vía asfaltada ha intensificado la minería ocasionando múltiples problemas ambientales (deforestación, degradación de suelos, contaminación, degradación del paisaje); además de los problemas sociales y económicos”.
Asimismo, indica que existe un crecimiento de la explotación ilegal del oro, constatando la presencia de la actividad minera en los alrededores de la comunidad Mahuayani, donde se halla la puerta de acceso al Santuario religioso Qoyllur Riti. Además, observaron alteraciones en la cabecera de cuenca por haber detectado actividad minera en el río Mapacho.
Esta actividad minera, que está causando más impactos se ha incrementado por mejores condiciones de la vía, donde se está ocasionando la pérdida de grandes hectáreas de bosques y la
contaminación de cuencas como el Araza, Mapacho, Silluscato, Yanaorco, Quitari; estos tres últimos en Quincemil, afirma el GTSC IOS. También observaron que la minería erradicada de algunas zonas como Puerto Maldonado, está reubicándose en zonas de Cusco y Puno, afectando ya a varias cuencas hídricas como la del Inambari.
“Fue muy evidente y manifiesta, por parte de los funcionarios públicos con los que nos entrevistamos, la imposibilidad de hacer algo más para parar o para realizar alguna acción ante el avance destructivo minero. Esto se debe a la falta de personal y medios necesarios, así como el sentirse de manos atadas en cuanto a las normativas sobre el control de la actividad”, señaló Catpo.
El Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil para la Interoceánica Sur tiene como propósito promover, proponer y apoyar iniciativas compatibles con el desarrollo sostenible en el ámbito de la carretera, con el objetivo de mitigar los impactos negativos y fortalecer los impactos positivos que genera la obra. El recorrido donde se recogió esta información se realizó los días 27 y 28 de septiembre de 2012.
Asimismo, el informe dio cuenta de la destrucción de la flora y fauna, alteración del hábitat y de la biodiversidad, generados por la deforestación de áreas boscosas de montaña (que generan deslizamientos de grandes masas de tierra); así como informaron del desplazamiento de vehículos y maquinaria pesada generando disturbios en zonas de protección y refugio de fauna silvestre.
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Foto: ACCA
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