- Isabel Yalico fue docente, llegó en la década de los 80 a Madre de Dios y desde entonces ha sido una de las más fieles defensoras de la Amazonía.
- Su partida deja un gran vacío entre sus compañeros del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata y en el sector ambiental en general.
Una mujer enamorada de los bosques y una de sus más fieles defensoras. Así era Isabel Yalico, una profesora que llegó en la década de 1980 a Madre de Dios desde Cerro de Pasco y nunca más se fue porque quedó prendada de la belleza de la Amazonía: los árboles gigantes como la castaña, de la fauna que más de una vez le dejó hermosos recuerdos, y de los recursos forestales que en ese entonces parecían infinitos.
Isabel llegó a Madre de Dios cuando tenía 19 años. Dejó su hogar debido al avance del terrorismo. Pese a la oposición de su familia decidió irse porque “las balas silbaban todos los días” y se instaló primero en Huancayo, en donde la violencia era igual o peor que en su natal Cerro de Pasco. Luego viajó a Lima, pero esta ciudad le parecía muy cara y la tierra no se podía aprovechar.
A Puerto Maldonado llegó en un avión Antonov de la Fuerza Aérea. Después del miedo que le generó ese vuelo, se instaló en el centro poblado Santa Rita, distrito de Laberinto, provincia de Tambopata. En esta región ejerció su carrera de docente, pero también se dedicaba a cultivar la tierra y, debido a su natural inquietud, inició por cuenta propia la tarea de despertar en los niños el amor por la naturaleza.
Isabel Yalico era miembro del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata, un grupo humano ejemplar dedicado a la protección de una de las áreas protegidas más biodiversas del planeta. Su experiencia como lideresa agrícola le permitió conocer a personajes como Víctor Zambrano, actual presidente de dicho comité.
Junto con don Víctor, a quien consideraba un hermano, y Demetrio Pacheco, han logrado proteger este espacio natural de las actividades ilegales como la minería, la tala y el narcotráfico. Pese a las amenazas contra ella y su familia, y la poca respuesta de las autoridades, Isabel Yalico siempre se mantuvo firme en sus convicciones.
“Ella es un símbolo que lo vamos a llevar lo que resta de nuestra existencia, ya que nosotros hemos elegido este camino tortuoso, difícil”, dijo Víctor Zambrano en entrevista con Radio Madre de Dios.
«Siempre ha estado presionada por invasores que se querían meter, incendiaron sus sembríos, y siempre ha estado enfrentando a esos elementos ilegales. […] Siempre ha estado engarzada con toda la problemática, nunca dejó de participar y asumió los retos y peligros que significa defender los recursos ambientales. Queremos que esto se mantenga vivo, porque Isabel es un símbolo para nosotros y siempre lo será”, agregó el líder del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata.
Su partida deja un gran vacío
Isabel Yalico era alegre, bromista, tenía una energía que contagiaba a cualquiera que la conociera. Pero también era muy respetada, era como una hermana mayor a la que siempre tenías que obedecer. Nunca dejó de ser la profesora.
Por ello, tras el anuncio de su intempestivo fallecimiento, hoy 20 de junio en el hospital de Essalud de Puerto Maldonado, sus familiares, amigos y todo aquel que la conoció quedó desconcertado y triste.
“Isabel Yalico significaba un gran compromiso y amor por el bosque, siempre que veía a la ‘Profe’ no solo sentías su gran calor humano sino también una gran energía, llena de ganas de hacer las cosas. Defensora ambiental que nos deja un gran ejemplo pero sobre todo el reto de seguir con el camino que nos marcó como mujer fuerte que nunca se dio por vencida y que no dejó que nada la amedrentara”, recuerda Silvana Baldovino, directora de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA.
Luis Ríos, coordinadora de la Oficina Regional de la SPDA en Madre de Dios, también la recuerda por su trabajo como defensora ambiental y por sus cualidades de liderazgo.
“Isabel Yalico fue gran defensora de los derechos ambientales y del derecho a la educación. Se desempeñó como dirigente agrícola en la década de 1990 y por sus grandes cualidades de liderazgo. Luego fue elegida como coordinadora titular del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata. Siempre se mostró abiertamente como defensora ambiental e impulsora del derecho a la educación como eje fundamental del desarrollo de los niños y niñas de su comunidad y de la zona de amortiguamiento de la reserva”, recuerda Ríos
“La ‘Profe’ Isabel fue una gran persona, defensora de su querida Reserva Tambopata y de su biodiversidad. Promovió la educación ambiental y el amor por el bosque con cariño y siempre con una sonrisa en su rostro. Siempre preocupada por los niños y por su educación, hablaba con mucho cariño de sus nietos a quienes crio con los mismos valores que a ella la caracterizaban”, resalta la especialista de la SPDA.
Jack Lo, periodista que en el 2019 escribió una crónica sobre la labor de Yalico en Madre de Dios, resalta que «ella era una mujer puro corazón. Su sonrisa, su fuerza, su voluntad por darle todo a su familia, la llevó a enfrentarse a muchos peligros durante los últimos años de su vida».
El periodista también expresó tristeza por la repentina muerte de la profesora Isabel, quien desarrollaba iniciativas de educación ambiental en su localidad: «Estoy muy triste por su partida. Conversar con ella era un placer, una alegría. Una maestra generosa que cuidaba de todos los que la rodeaban. Se enamoró de la Amazonía y nunca más se despegó de ella. Me quedo con las ganas y pena de una última conversación con ella, pero también me quedo con la alegría de haberla conocido».
Dato:
- Conoce un poco más sobre la vida y obra de Isabel Yalico en el libro Defensores Ambientales: historias de lucha en Madre de Dios, escrito por Jack Lo y editado por la SPDA.
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