- Aunque existe una demanda creciente en el mercado, futuras sequías podrían poner en peligro la especie. Ximena Tagle, investigadora del IIAP, explica la importancia de la conservación del bambú y las oportunidades que brinda.
El bambú es un recurso forestal no maderable, sostenible y económicamente rentable. Se calcula que en el mundo existen unas 1600 especies, y se caracterizan por crecer rápido y pueden ser aprovechadas para fines comerciales a través de artesanías, medicinas y gastronomía. Asimismo, para recuperar terrenos degradados, proteger la biodiversidad y como agentes para la captura y almacén de carbono. Además, el bambú es conocido también por ayudar a prevenir desastres naturales.
Según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), Perú tiene 3000 hectáreas de plantaciones de bambú en Cajamarca, Piura, Amazonas y San Martín. Mientras que en los departamentos de Ucayali, Madre de Dios y Cusco existen casi 8 millones de hectáreas de bosques nativos de bambú.
“El bambú es como un pasto grande que tiene varias raíces entrelazadas y permite que el suelo se mantenga uniforme. Cuando la corriente del río aumenta, el bambú evita que se lleve grandes pedazos de tierra, actuando como una malla protectora”, comenta la investigadora del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), Ximena Tagle Casapía.
En entrevista con Actualidad Ambiental, Tagle revela el resultado de un reciente estudio sobre el bambú. A través del proyecto Círculo de Investigación para el Desarrollo de la Cadena de Valor del Bambú (CIB) se verificó la presencia de esta especie y se elaboró un mapa de su distribución geográfica.
«Se han identificado 70 especies diferentes de bambú en el país. Este estudio sirve para evaluar cómo el cambio climático puede afectar la distribución de la especie y verificar en qué zonas se podría trabajar futuras áreas de conservación», agrega.
Los bosques de bambú funcionan como corredores biológicos conservando la biodiversidad de varias especies de aves, mamíferos, insectos, entre otros. En este sentido, Serfor anunció que ya cuenta con la Estrategia Nacional para el Desarrollo del Bambú 2022-2025.
Cabe resaltar que la presencia de sequías podría poner en peligro el futuro de esta especie. Por lo tanto, la información de este estudio permitirá que los productores de bambú y autoridades tengan un mejor manejo del bambú para evitar la sobreexplotación y propiciar las condiciones para un cultivo más sostenible.
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