Este especial fotográfico forma parte de la campaña #HistoriasAmazónicas, que muestra el lado humano detrás de la conservación, narrando historias a través de personajes que han marcado una diferencia en sus respectivas comunidades en la Amazonía andina del Perú. Conocer más: http://goo.gl/xfS3rJ
La campaña #HistoriasAmazónicas forma parte de las actividades del consorcio Loreto y Manu-Tambopata, conformado por Wildlife Conservation Society (WCS), la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y el Fondo de las Américas (FONDAM) y forma parte de la Iniciativa para la conservación en la Amazonía Andina (ICAA), la cual es financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El Consorcio Loreto y Manu-Tambopata agradece especialmente el apoyo del Instituto del Bien Común (IBC) durante la realización de este especial fotográfico y por su valiosa labor en pro de la conservación y el desarrollo en la comunidad Tres Esquinas.
Para ver las fotos y sus respectivas leyendas hacer clic sobre las imágenes.
Atardecer en la comunidad Tres Esquinas, distrito de Putumayo. Esta poma rosa, árbol central del pueblo, está situada al lado de la cancha de fulbito de la comunidad.
Dos comuneros sacan el agua de la canoa en las orillas del gran río Putumayo. El río es el centro de la existencia de los comuneros de Tres Esquinas.
Cuando el río crece, los senderos habituales son completamente inundados. Los habitantes de Tres Esquinas utilizan tablas de madera como puentes y deben transportarse en canoas.
La pesca es la principal actividad de subsistencia en Tres Esquinas. Luego de una jornada de trabajo, Dagoberto y sus compañeros seleccionan y reparten lo pescado
Dagoberto saca una hoja de árbol de plátano para envolver el pescado que asará en la parrilla. Además de pescar, Dagoberto y su familia cultivan lo necesario para comer en una pequeña chacra cerca de su casa.
Dagoberto Patricio Malafaya, pescador de la comunidad Tres Esquinas y presidente de la Asociación de Pescadores y Procesadores Artesanales (APPA) Los Cocodrilos, repara con cuidado y destreza las redes para la jornada del día siguiente.
Los habitantes de Tres Esquinas trabajan organizados en la APPA Los Cocodrilos. Dagoberto y sus compañeros empujan un pequepeque para llevarlo a las cochas cercanas.
En los alrededores de la comunidad existen cinco lagunas —también llamadas cochas—, las cuales son asignadas a la Asociación de Pescadores por la Dirección Regional de Producción (DIREPRO) a través de un Programa de Manejo Pesquero para el aprovechamiento del paiche y la arahuana. Todas las madrugadas, las redes son lanzadas al agua con el objetivo de obtener peces para comer, intercambiar o comercializar.
Una arahuana adulta, preciada y cuidada por los pobladores. Sus crías (alevinos) son extraídas de las cochas cercanas a la comunidad. El manejo y aprovechamiento sostenible de los alevinos, y su posterior venta en el mercado internacional para uso ornamental, es la actividad que genera mayores ingresos económicos a la comunidad.
Al final del día, generalmente entre febrero y marzo, Dagoberto y los socios de la APPA Los Cocodrilos realizan el monitoreo de la arahuana. Estiman el número de crías listas para ser extraídas y determinan la fecha de su aprovechamiento.
Dagoberto extrae los alevinos de la boca de una arahuana macho adulta; luego, los coloca en pequeñas redes o pusahuas.
Dagoberto pasa los alevinos de arahuana de las redes a bolsas de plástico. Estas bolsas sirven para trasladar los alevinos, con cuidado y sin afectarlos, hacia el centro de acopio de la comunidad.
En el centro de Acopio de la APPA Los Cocodrilos, todos colaboran llenando baldes con agua limpia y tratada para evitar posibles infecciones en los alevinos. El nivel de salinidad y el pH del agua también son controlados para evitar que las crías enfermen. Al completarse un lote aproximado de 20 mil alevinos, los socios de Los Cocodrilos embalan las crías de arahuana en bolsas plásticas depositadas en cajas de cartón para ser transportadas en vuelos directos a la ciudad de Iquitos.
Luego de la jornada de recolección de alevinos, Dagoberto, ya de regreso a su casa, camina por la entrada del sistema de cochas de la comunidad nativa de Tres Esquinas.
Dagoberto Patricio Malafaya sonríe satisfecho al final de la jornada.
Reunión de socios de la APPA Los Cocodrilos en casa de Dagoberto. Las decisiones se toman en conjunto, las ideas se comparten y todos tienen oportunidad de opinar. Esta vez se comparan las ofertas de los acuaristas y se decide firmar el contrato de la venta de los alevinos.
La APPA Los Cocodrilos ha formado el comité de Vigilancia Pesquera, reconocido por la DIREPRO. Ellos realizan patrullajes para supervisar las distintas cochas de la comunidad. De esta manera, garantizan el desarrollo de los alevinos en la boca de las arahuanas y evitan la intervención de infractores o foráneos.
Detalle de una arahuana adulta. En la zona del bajo Putumayo, la etapa de extracción o pesca de alevinos se da durante abril y mayo. El resto del año, el recurso debe ser vigilado y monitoreado para evitar cualquier amenaza que disminuya la cantidad de adultos aptos para la producción de alevinos.
No todas las cochas de la comunidad son explotadas en simultáneo para la producción de alevinos de arahuanas. Algunas son reservadas para poder recuperar el recurso en el futuro. El manejo sostenible de esta especie les da la posibilidad de tener un ingreso programado cada año, a la vez que preservan los paisajes y ecosistemas de la comunidad.
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