- Reportaje de El Comercio recoge testimonios de mujeres que vivieron en el infierno de la explotación sexual que se da en lugares como los campamentos de minería ilegal en Madre de Dios.
La trata de personas es un delito que, en nuestro país, se castiga hasta con 15 años de prisión efectiva; sin embargo, esto no parece disuadir a los que se dedican a esta actividad que solo en los últimos tres años ha cobrado 3486 víctimas.
Las personas, especialmente mujeres, son captadas con engaños, con ofertas de trabajo lucrativas y, cuando menos lo piensan, se convierten prácticamente en esclavas. Durante ese secuestro, son explotadas en todo lo que se pueda: limpiando, atendiendo en bares, acompañando clientes y hasta prostituyéndose.
Si bien muchas de ellas han sido liberadas gracias a operativos de la Fiscalía y Policía Nacional, no todos han tenido esa suerte. Pero, ¿qué pasa con las liberadas?, ¿cómo inician una nueva vida?, ¿tienen apoyo para superar esa experiencia traumática?
Estas preguntas son respondidas por El Comercio a través del reportaje “Esclavas sin cadenas”, un especial que recoge el testimonio de mujeres que intentan comenzar una nueva vida lejos del peligro, del miedo constante e incluso de las ganas de quitarse la vida.
“Miraba cosas muy feas, cómo las chicas se comportaban, no sé, a veces sentía que en ese lugar me iban a matar. Miraba desde el segundo piso cuando las chicas rompían platos, se cortaban, era horrible ver todo eso. Y verlo continuo todos los días, era feo. Había chicas que habían sido vendidas, violadas, desfiguradas, había de todo”, narra Estrella, una de las mujeres rescatadas.
“Nos tenían encerradas, no nos dejaban salir. A veces no comíamos, nos trataban mal. Nos mandaban a hacer cosas, a veces trabajábamos toda la noche, todo el día, digamos que casi las 12 horas trabajábamos”, cuenta Lucía, de 17 años.
Según cifras de la Fiscalía, en los últimos tres años 3486 personas fueron víctimas de trata en el país, de las cuales el 70% eran mujeres y, cerca de la mitad, menores de edad. Loreto es la segunda región con el mayor número de denuncias por trata de personas (281) recibidas en los últimos 12 años. La primera es Lima.
Entre el 2016 y el 2019, la Fiscalía realizó 18 operaciones contra la trata de personas en la Amazonía loretana, en las que se rescataron a 23 víctimas.
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