[Entrevista] Parque Nacional Alto Purús y sus amenazas: carreteras y cambio de uso de suelo

miércoles 20 de noviembre, 2019

Arsenio Calle, jefe del área. Foto: Jaime Tranca | SPDA

  • El área natural protegida más extensa del país, que abarca territorios de Ucayali y Madre de Dios, cumple 15 años de establecimiento.

 

El 20 de noviembre de 2004, a través del Decreto Supremo 040-2004-AG, se creó el Parque Nacional Alto Purús (PNAP), con el objetivo de conservar una muestra representativa del bosque húmedo tropical, las especies de flora y fauna endémicas y amenazadas, así como proteger zonas habitadas por indígenas en situación de aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI), y desarrollar trabajos de investigación, educación y turismo.

Además de ser el área natural protegida más extensa del país (2 510 694.41 hectáreas), el PNAP destaca por resguardar una gran extensión de bosque no intervenida por el hombre, lo cual la convierte en una zona ideal para la protección de especies de fauna y flora como felinos, primates, peces y aves, así como caoba, cedro y shihuahuaco.

Hoy el PNAP cumple 15 años y, por ello, conversamos con el jefe del área, Arsenio Calle, quien nos cuenta cuáles son los valores del parque, las amenazas frecuentes y qué se está haciendo para mejorar su gestión.

¿Qué es lo que más resaltaría del parque en cuanto a biodiversidad?

El PNAP tiene diversos valores en diferentes niveles, ya sea de especies de flora o fauna, o de ecosistemas. En cuanto al enfoque ecosistémico, el valor es incalculable. Por ejemplo, existen zonas de reproducción de peces de diferentes especies de la Amazonía que surcan y migran todos los años a las zonas del parque para su ciclo reproductivo gracias a que en este territorio no hay perturbación. Esta reproducción de peces permite además proveer de alimentación a cientos de personas que viven en los alrededores e incluso de Brasil. El parque también provee recursos hídricos tanto para nuestro país como Bolivia y Brasil. En el PNAP nace el río Purús que tiene más de 1400 kilómetros, de los cuales 500 kilómetros están dentro del área protegida.

Respecto a flora, ¿cuáles son las especies más representativas del área?

Primero, tenemos a la caoba, una especie que es el ícono del lugar. En el Perú, posiblemente sea el único lugar donde está asegurado el banco de germoplasma de esta especie, así como del cedro. Otras de las especies son el cumarú o shihuahuaco, que son muy cotizados a nivel internacional pero en el parque se protegen como parte del banco genético.

[Conoce qué especies de flora y fauna se pueden encontrar dentro del Parque Nacional Alto Purús]

Dentro del área se pueden encontrar diversas especies amenazadas como el jaguar. Foto: SPDA

¿Cuáles son las amenazas que actualmente enfrenta el parque?

Una de las principales amenazas está en el sector oeste, en la cuenca del Sepahua, donde están llegando migrantes desde la selva central. Ellos están haciendo actividades relacionadas al cambio de uso de suelo y se están acercando a la zona de amortiguamiento del parque. Eso es lo que más nos preocupa ahora y, por ello, en el próximo Plan Maestro estamos incluyendo este tema para hacerle frente de manera articulada con el Gobierno Regional, Osinfor, Serfor, entre otros, sobre todo para defender nuestras fuentes de agua.

¿El PNAP ha presentado casos de minería ilegal?

Aún no se han presentado estos casos, tanto en la zona de amortiguamiento como dentro del parque; sin embargo, en la cuenca baja del Pariamanu, Madre de Dios, sí existen actividades de minería ilegal y de tala. Si bien está aún fuera de la zona de amortiguamiento, estamos atentos a cualquier amenaza de ese tipo, actuando de manera preventiva.

¿Actualmente Purús está amenazada por la construcción de carreteras que atravesarían el parque?

Este tema llegó a su punto más alto en el 2018, cuando llegó el Papa Francisco. En ese entonces, las organizaciones indígenas, a través de Aidesep y Fenamad, le hicieron llegar su preocupación sobre las amenazas que significaban una carretera en esa zona. Esta carretera (Puerto Esperanza – Iñapari) fue impulsada por el párroco Miguel Piovesán y por ello las comunidades pidieron su retiro de la zona y finalmente lo cambiaron a la selva central.

Sin embargo, aún existe preocupación sobre lo difícil que es el acceso hacia la provincia de Puerto Esperanza (Ucayali)…

Respecto a ello estamos trabajando en la promoción de una conectividad multimodal como alternativa, el cual debemos fortalecer con los vuelos aéreos hacia Puerto Esperanza. Igual, siempre existen propuestas para otras carreteras y nosotros estamos alertas a estos temas para actuar de manera articulada y preventiva.

[Mira el especial: Purús, desarrollo sostenible]

Ecoturismo, una oportunidad de desarrollo para las poblaciones que viven cerca del parque nacional. Foto: Jaime Tranca | SPDA

El PNAP tiene varios atractivos, ¿se puede hacer turismo en esta zona? ¿Existe un plan para ello?

Sí, y ya se han dado los primeros pasos a través de una asociación que tiene una concesión de conservación que se llama Mabosinfron y está en Purús. Esta asociación ya tiene construido en parte una estación biológica para recibir visitantes e investigadores de todas partes del mundo en la cuenca del río La Novia. Ya incluso se han publicado algunos libros, hay una guía de aves y los trabajos avanzando.

Estas visitas se dan a través de Ucayali. ¿Hay otros proyectos de turismo por la zona de Madre de Dios?

En ese caso, nosotros hemos hecho un estudio en el ámbito de la cuenca del río Tahuamanu para impulsar también por ahí una ruta turística desde Puerto Maldonado. La cuenca del alto Tahuamanu es impresionante para fines turísticos porque es ideal para observar fauna como primates, sachavacas, aves, entre otros. Estamos hablando de zonas que están fuera de la influencia del parque porque debemos tener cuidado de no ingresar a zonas donde habitan indígenas en aislamiento.

¿Son frecuentes los avistamientos o encuentros con pueblos indígenas en aislamiento dentro del PNAP?  

Sí y esto se está dando con bastante recurrencia, por ejemplo, en la comunidad Monte Salvado (Tambopata) donde hace poco incluso hubo un herido de flecha. A veces estos incidentes se dan porque la población se quiere contactar con ellos regalándoles alimentos o utensilios, y lamentablemente terminan en hostilidad. Nuestro personal, por ello, está capacitado en casos como este, respetando siempre el principio de no contacto.

¿Cuáles son los retos más próximos para mejorar la gestión del área?

Nosotros miramos el parque como un activo para el desarrollo del país. El PNAP ha logrado oportunidades de proyectos que favorecen a la población local más vulnerable. Nos queda varios retos, como mejorar el tema de gestión a través de guardaparques, como aumentar el número de personal. Actualmente tenemos 21 guardaparques, 2 especialistas y un jefe, aunque lo ideal sería tener al menos 41 guardaparques y contar con más especialistas para trabajar que trabajen para impulsar la conservación y el desarrollo de las comunidades.

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