Actualidad Ambiental conversó con Tom Tidwell, exjefe del Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS, por sus siglas en inglés), encargada de gestionar más de 77 millones de hectáreas entre 154 bosques nacionales y 20 pastizales para diversos usos. El especialista, con 40 años de experiencia en el sector, se encuentra de visita en nuestro país como parte del programa FOREST de USAID y USFS que brinda apoyo técnico entre 2018-2022, con la finalidad de fortalecer a las instituciones públicas forestales del Perú y lograr un uso sostenible de los bosques.
Desde su posición técnica ¿qué acciones se deben realizar para fortalecer la fiscalización forestal en el Perú?
Para el público en general es importante demostrar que se está trabajando en conjunto. La clave es poder compartir a tiempo la situación. Si hay problemas, informarlos y mostrar las acciones que estamos haciendo para solucionarlos. Este es un elemento clave, si la gente confía en los órganos nacionales, si saben que están haciendo las cosas correctas, van a querer apoyar. Lo que se trata es de desarrollar esta confianza. Demostrar que se está trabajando en conjunto y compartiendo la información.
Actualmente existe una desvinculación del otorgamiento de la información entre los gobiernos regionales y nacionales. No se puede intervenir a tiempo, porque hay mucha información que no se brinda.
En base a mi experiencia en los Estados Unidos, primero tenemos que identificar si esto se debe por problemas de tecnología o es porque falta realizar un trabajo en conjunto. Hay mucha desconfianza entre los diferentes actores. Lo que he visto y escuchado es que las personas quieren trabajar en conjunto, por eso nosotros estamos compartiendo nuestra experiencia.
Las regiones de Loreto, Ucayali y Madre de Dios presentan los niveles más altos de movilización de madera ilegal y uno de los problemas surge porque existe la modalidad de transportar madera de origen ilegal con documentos legales. ¿Cómo podemos mejorar la gobernanza forestal si desde el sistema se percibe cierta debilidad en su regulación?
Se necesita personal en campo que realice verificaciones no solo en las concesiones de madera, sino también en los aserraderos, en la medida que podamos realizar una trazabilidad desde que se realiza el corte de la madera hasta el producto final, como son los muebles, parquet, etc. (…) Siempre existirán algunos que quieran evitar hacer las cosas de manera legal, pero debemos de lograr que la mayoría perciba o sepa de los beneficios que conlleva usar madera legal. Tenemos que saber que los documentos son legales porque han sido rastreados desde el bosque, a lo largo del río y hasta que llegan a los aserraderos. Si las maderas están aprovechadas de manera ilegal tendríamos que eliminar ese mercado y lograr que nadie opte por comprar esta madera, tendríamos que eliminar los incentivos para hacer estas tareas legales. Eliminar estos mercados.
A partir de su visita en el país ¿puede hacer un análisis sobre el estado de la regulación y tecnología para implementar la trazabilidad de productos maderables en el mercado local?
Hay nuevas tecnologías que el equipo del Servicio Forestal Norteamericano está trabajando directamente con el SERFOR para ayudarlos a implementar este sistema. Para asegurarnos también una gobernanza, que no haya demasiados procesos. Utilizar la tecnología es esencial para rastrear la madera y esta información también debe ser compartida a todos para que todos puedan tener la confianza y que se asegure que esto va a producir mayor inversión en el país.
¿Cómo se logró implementar un sistema de trazabilidad en su país?
Utilizamos varias técnicas, desde la marcación de los árboles desde que está en el bosque, cuando está siendo transportado, poder ver la carga que se lleva en los camiones y poder realizar verificaciones dentro de los aserraderos. (…) Si nos damos cuenta que no fue aprovechada de manera legal lo confiscamos. Incluso si fue aprovechada de manera ilegal de forma accidental, le imponemos una multa de hasta tres veces la cantidad que ellos tuvieron que pagar. Entonces tratamos de eliminar esos incentivos para estas actividades ilícitas. Si vemos que es una actividad recurrente se les prohíbe el aprovechamiento de los árboles, lo que genera que se queden sin trabajo y esto los animará a salir de este círculo de ilegalidad.
Entonces, ¿es posible implementar una trazabilidad que permita al consumidor final saber si la madera que está comprando es de origen legal?
Sí es posible rastrearla. Algunas tiendan informan de dónde provino esta madera. Te van a informar que su producto proviene de un bosque certificado. El certificado implica que el bosque de donde se realiza el aprovechamiento de la madera se hace de manera sostenible. (…) La gente está dispuesta a pagar más siempre y cuando la madera venga de un bosque certificado. Aquí en Perú (…) si sabemos que todas provienen de concesiones que están gestionando todo de manera sostenible, entonces en los aserraderos se puede colocar una certificación y esto puede enviarse los productos a las plantas de procesamiento. De esta manera el consumidor va a poder saber si consume madera de origen legal.
Las especies Tornillo, Lupuna, Cumala y Capirona son las principales extraídas ilegalmente. Sin embargo, hay especies no maderables que pueden posicionarse en el mercado. ¿Cómo se puede diversificar la oferta considerando que se compiten con industrias internacionales ya posicionadas?
Es uno de los temas que se ha tratado con las autoridades regionales y también con el sector académico. Hay muchas especies no maderables que pueden ser aprovechadas. Pero para lograrlo tenemos que informar a la gente que hay otras especies igual de valiosas. Alguna de las cosas que se puede hacer es mostrar este tipo de madera en el mercado, por su puesto tienen sus diferencias, pero hay que mostrar sus características y cualidades. Y eso es algo que desde FOREST de USAID podemos apoyar, desde nuestros laboratorios. (…) Se debe apoyar la investigación, porque existen otros subproductos que ofrecen los bosques, como perfumes, productos medicinales, etc. Hay mucho valor en los bosques, no todo es la madera. Hay diferentes especies, es probablemente la clave del éxito y para eso tenemos que crear el mercado. Esto se puede hacer a través de ejemplos, proyectos pilotos para mostrarles lo que se puede hacer. Mucho de lo que se está haciendo es trabajar con las concesionarias, luego llevarlas al mercado y que esto cambie la forma de pensar en el Perú.
En el caso de los cultivos como la palma aceitera que generan una reducción en la biodiversidad de los bosques…
Este tipo de cultivo priorizan lo económico. ¿Cómo competimos con ese mercado? Brindando una silvicultura sostenible. Tenemos que poder demostrar que es tan rentable el poder gestionar un bosque (…) que estamos obteniendo un valor alto en el mercado, porque las especies provienen de bosques sostenibles. Si no hay credibilidad que los productos vienen de un mercado sostenible entonces no habrá competencia con la palma aceitera. (…) Si queremos mantener nuestros bosques y no convertirlos en un lugar que solo produce un solo producto con una sola especie. Esto es un reto que se ve en todas partes del mundo. Es una de las razones por las que estamos haciendo nuestro trabajo.
Existen normativas que no se plasman con la realidad en el campo. ¿Cómo se podría fortalecer la labor de las fiscalías ambientales, los defensores ambientales para lograr un trabajo integrado?
Tenemos que enfocarnos en el objetivo final (…) es importante compartir la tecnología, pero la reforma de la madera en estas diferentes entidades es instándolos a trabajar juntos. Hay mucha falta de confianza entre entidades, pero es algo que hemos aprendido en Estados Unidos. Tenemos que entender que los bosques deben ser rentables y esto se da a un manejo forestal sostenible de manera que se puede obtener un precio premium. Con un aprovechamiento sostenible vamos a tener una forma para mantener nuestro bosque y esta es la meta que todos deben de tener.
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