- Antes de su partida España para participar en la COP25, conversamos con el viceministro Gabriel Quijandría para conocer la agenda del Perú en este evento que reúne representantes de casi 200 países.
Por Jaime Tranca / jtranca@spda.org.pe
Del 2 al 13 de diciembre se realizará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), un evento que reúne a líderes mundiales de casi 200 países para discutir sobre el futuro del planeta y de la humanidad.
Como se recuerda, la COP25 se iba a realizar en Santiago de Chile, pero debido a la crisis social de dicho país, la reunión se trasladó a Madrid (España), donde nuestro país también estará presente a través de funcionarios públicos, sociedad civil y pueblos indígenas.
Para conocer sobre la agenda del Perú en esta conferencia, conversamos con Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente (Minam).
¿El cambio de sede de Chile a España de la COP25 afectó la agenda de Perú?
Sí, sin duda ha tenido un efecto negativo sobre la posibilidad de llevar una representación más grande y significativa. En términos de funcionarios públicos hubo una reducción más o menos de la mitad, pero lo que sí es resaltante es que en el sector privado el efecto ha sido mayor porque había un sector de empresas que estaban interesadas en ir a Chile, pero cuando se cambió a España dejó de ser prioritario y eso es preocupante porque lo ideal es tener representación del Estado, de la sociedad civil y del sector privado. Desde el Minam estamos haciendo un esfuerzo para asegurar la presencia de las organizaciones indígenas y los estamos apoyando además para elaborar una agenda para que la visita valga la pena.
¿Cuál será la agenda del país en esta COP? ¿Hay algún objetivo central?
Hay varios temas, esta COP está centrada en temas de procedimiento, en cerrar algunas discusiones en temas como el artículo 6 del Acuerdo de París, sobre cómo se va a implementar estos temas cooperativos entre los países, que son un poco lo que antes eran los mecanismos de desarrollo limpio.
Otro tema grande, no solo para Perú, es la revisión del mecanismo de pérdidas y daños; hay un consenso en la necesidad de mirar qué tan bien armado está este mecanismo de Varsovia y qué tan funcional sería para atender las situaciones de pérdidas y daños que se están planteando. Este es un tema importante para Perú porque tenemos evidencias claras de daños que ya están ocurriendo como resultado del cambio climático, como la desglaciación, por ejemplo. Frente al funcionamiento efectivo del mecanismo seríamos un país elegible para recibir esas compensaciones.
El tercer tema es el del financiamiento. Estamos a un año del vencimiento de la promesa del Fondo Verde del Clima y los 100 mil millones de dólares anuales provenientes de los países desarrollados para atender temas de cambio climático. Acabamos de terminar ahora en noviembre la segunda capitalización de este fondo, la primea fue por 10 200 millones de dólares, la segunda es por un poco más de 9 mil, y estamos solo al 10%.
¿De qué manera se beneficia el Perú de este Fondo Verde?
Perú hasta la fecha tiene un proyecto aprobado por este fondo y que ya está en ejecución por parte de Profonanpe. Se trata de un proyecto por 6 millones de dólares que trabaja en humedales del Datem del Marañón. Es el primer proyecto que aprobó el Fondo Verde en toda su historia, en el 2015, pero no tenemos ni uno más.
¿Es el único porque no se presentan otros proyectos o porque el proceso de aprobación es largo?
Hay todo un proceso complejo. Hubo una decisión de trasladar la Autoridad Nacional Designada del Fondo Verde para el Clima que estuvo en el Minam hasta el 2016 y en adelante se trasladó al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Entonces, ahí ha habido un proceso más lento de incorporación o priorización de este tema. Ahora hay una serie de proyectos que están todavía esperando una carta de apoyo del MEF para permitirles competir por los recursos de este fondo.
Los recursos de este fondo ayudan a cumplir nuestros compromisos asumidos en el Acuerdo de París. ¿Se puede calcular un porcentaje sobre cuánto hemos avanzando en el cumplimiento de estos compromisos?
Sobre el cumplimiento de las NDC (contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional, INDC por sus siglas en inglés) no sabría decirte si tenemos un cálculo exacto de reducción de emisiones, todavía estamos en ese proceso. El trabajo ha estado más concentrado en ver cómo hacer que aquello que se ofreció en el 2015 sea lo más realista posible en términos de acciones, proyectos o iniciativas concretas en los sectores responsables y cuánto presupuesto real hay detrás de todo esto. Yo podría decir que quiero una reducción del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, puedo plantear 100 medidas de mitigación, pero si esas medidas no están alineadas con el presupuesto y los planes estratégicos, o planes operativos de los ministerios responsables, no son reales. Entonces, nuestro trabajo ha estado concentrado en generar esa correlación con la realidad en primera instancia.
Usted mencionó que el cambio de sede de la COP25 ha desmotivado a algunos empresarios que pensaban asistir. ¿Cómo ve la actitud del empresariado en temas de cambio climático?
Yo creo que está ocurriendo un cambio generacional interesante en el sector empresarial. Creo que hay una percepción mucho más grande acerca de la importancia de incorporar este enfoque o esta mirada de cambio climático como un elemento de competitividad en el largo plazo. Es un proceso que está tomando tiempo, tal vez no se mueve a la velocidad que nosotros quisiéramos, pero sí veo señales interesantes. Hay gerentes más jóvenes, formados en el extranjero, donde -sin importar lo que hayan estudiado- han tenido alguna exposición en temas ligados al cambio climático y no solamente en la parte académica sino también en la dinámica social.
Nuestro país siempre ha tenido protagonismo y liderazgo durante las COP pasadas, ¿esta vez sucederá lo mismo?
Nosotros junto con España, por ejemplo, hemos liderado una de las coaliciones que se formaron para esta cumbre de setiembre sobre cambio climático en Nueva York. Nosotros hemos trabajado muy de cerca con ellos en temas que tienen que ver con las consecuencias sociales y económicas del cambio climático. Uno de los temas es la transición justa, un tema incluso de interés del mismo Vaticano.
¿Cuál es la agenda de los pueblos indígenas en la COP25 y cómo el Minam los está apoyando?
La agenda con ellos está más vinculada al tema de bosques y la gestión de ecosistemas, eso en el caso de las poblaciones amazónicas. En el caso de los pueblos andinos y de la costa, también se centra en la protección de ecosistemas y, además, en la adaptación al cambio climático. Son dos énfasis distintos. En el caso de los amazónicos está centrada en los temas de mitigación y las oportunidades de atraer recursos vinculados a los compromisos de no deforestación, como los mecanismos REDD y otros mecanismos de financiamiento. Con los andinos está más enfocado a cómo se responde al tema de la desglaciación, la afectación del ciclo hídrico, la protección de los bofedales, disponibilidad de agua, entre otros, y lo mismo sucede en la costa.
Tenemos un trabajo cercano con los dos grupos de organizaciones. Con los andinos estamos trabajando fuerte en este proceso del Plan Nacional de Adaptación que está iniciando. Con las organizaciones amazónicas estamos acompañando varios de los procesos, como los vinculados a la titulación de tierras, la asistencia técnica para hacer gestión forestal comunitaria, entre otros. Tenemos un paquete más grande por el lado amazónico y esto tiene que ver sobre todo por el desbalance que existe en la atención que se le da a la región amazónica en comparación a la zona andina. Por ello, nosotros siempre estamos buscando en que este desbalance no exista y se tome más atención a los Andes porque esta zona también tiene problemas, tenemos retos grandes.
¿Esta falta de atención se da porque hay mucho desconocimiento de la zona andina?
Sí, hay desconocimiento sobre su importancia, pero la Amazonía también genera mucho interés porque tenemos toda esta pelea entre Emmanuel Macron y Jair Bolsonaro, o los incendios forestales. Todo eso llama la atención y todo el mundo está con los ojos puestos en la Amazonía y entonces es mucho más sencillo conseguir financiamiento. Nosotros durante la COP25, el próximo 11 de diciembre, en el Día Internacional de las Montañas, presentaremos una declaración sudamericana de bosques andinos, estos bosques que en toda la región han sufrido un proceso de reducción masivo. Necesitamos recuperar la vocería que teníamos antes en estos temas.
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