Enelda Velásquez: una caficultora comprometida con la reforestación

Foto: SPDA

  • En el caserío de Alto Carrizal, distrito de Jepelacio, provincia de Moyobamba (San Martín), vive Enelda Velásquez y su esposo Abilio Sayago, juntos se dedican al café, pero también a reforestar y cuidar las quebradas de los pocos bosques que quedan.

 

Enelda o “Nelly”, como le gusta que le llamen, tiene 31 años y vive en Alto Carrizal desde hace 13 años. Dejó su natal Piura para vivir con su esposo y aprender el cultivo de café. El camino no fue fácil, porque apenas al tercer año tuvieron que enfrentar la plaga de la roya y ver cómo toda su producción se perdía.

Sin embargo, con el pasar de los años, logró recuperarse y aprender una nueva caficultura, una mucho más sostenible en el tiempo y más amigable con el ambiente.

“En mi finca tengo naranjas, granadillas, mandarinas, naranjas, guabas, palta, cedro, cedrillo, laurel, moena, salinas, pino, tucumán, pino chuncho, bolaina, capirona. Vengo cuidando mis árboles para dar sombra, genera materia orgánica y detiene el crecimiento de maleza”, nos comenta esta madre de dos niñas, Magdalita de nueve y Ruth de siete.

Nos dice que para ella es importante seguir capacitándose, de esa forma seguirá mejorando su producción y haciendo un mejor manejo de sus árboles maderables y frutales.

“Queremos aprovechar la madera para tener más ingresos, pero tenemos que hacerlo de manera formal, por eso estamos en el proceso de solicitar una Cusaf (Cesión en Uso de Sistemas Agroforestales), ya que nos da muchos beneficios, siempre y cuando sembremos y reforestemos”, indica la caficultora.

En Alto Carrizal aún quedan algunos bosques, así como ríos y quebradas. “Tenemos una catarata al lado de mi finca, donde vecinos, profesores, familias enteras van a bañarse, por eso tenemos que reforestar, para que siga ese bosque y mantenerlo”, comenta Nelly con mucha esperanza. “Imaginen, si no hiciéramos la reforestación… con el tiempo todo se volvería un desierto, no tendríamos de qué vivir”, agrega.

Actualmente, Nelly y su esposo han aprendido a manejar su finca de cafe maragogype y caturra bajo sistemas agroforestales, gracias al asesoramiento de CIFOR-ICRAF y desean aprender sobre el manejo de purmas para recuperar el paisaje forestal; ya se pueden ver algunos resultados, porque su finca se ha convertido en parte del ecosistema del lugar.

“En nuestras montañas todavía hay biodiversidad, incluso a nuestra finca llegan añujes, majaz, monitos, ardillas, diversidad de aves, el sistema agroforestal se vuelve como un bosquecito. […] Da felicidad verles en su hábitat y que están por ahí alegrando el día”, resalta.

Además del café, Nelly también se dedica a la ganadería, la crianza de animales menores y cuenta con un bio huerto en casa; también es una mujer líder en su comunidad, por ello es parte del proyecto Agrofor como punto focal. Los técnicos de campo reconocen su esfuerzo y los avances de ella y su esposo para producir mejor, sin tener que ampliar su frontera agrícola.

Ella además comenta que ama «mucho a los árboles, las plantas y a la naturaleza, a todos los que vivimos de ella, les digo sigan reforestando, no nos cansemos, seamos buenos con la naturaleza y ella será buena con nosotros”.

Datos:

  • Nelly trabaja como “Punto Focal Comunitario” de ICRAF en el marco de un trabajo de coaprendizaje en opciones de agroforestería y buenas prácticas de manejo de los recursos que se desarrollan junto a los proyectos PARA y AgroFor.
  • El Proyecto AgroFor es implementado en consorcio por el Instituto Global para el Crecimiento Verde (GGGI), el Centro Internacional de Investigación Agroforestal (ICRAF) y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), con apoyo de la Iniciativa Internacional de Clima y Bosques de de Noruega (NICFI).


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