- En diciembre pasado, 188 países acordaron que el 30 % de los espacios terrestres, aguas continentales y el océano deberán ser protegidos y conservados al 2030.
Según el Ministerio del Ambiente (Minam), el Perú se encuentra entre los primeros lugares del mundo en diversidad de flora y fauna, y los investigadores aún siguen descubriendo nuevas especies para la ciencia. Esta riqueza se da por nuestra compleja geografía y variedad climática, lo cual ha creado las condiciones para la diversificación de especies, algunas únicas en el planeta.
Sin embargo, esta megadiversidad se encuentra constantemente amenazada por diversas actividades que atentan contra los ecosistemas, lo cual obliga a las autoridades a desarrollar estrategias para protegerlas. Una de estas medidas, por ejemplo, tiene que ver con el establecimiento de áreas protegidas, tanto marinas como terrestres.
Ante el peligro de extinción que sufren miles de especies en el planeta, el año pasado, tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP15), realizada en Canadá, 188 países aprobaron nuevas metas para proteger la biodiversidad a través de la suscripción del Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica (GBF, por sus siglas en inglés).
Alfredo Gálvez, especialista legal del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA, explica los alcances de estas nuevas metas, especialmente las referidas al establecimiento de áreas naturales protegidas.
¿Qué es la meta “30×30”?
Es el nuevo compromiso global de conservación de la biodiversidad al año 2030, el cual establece 23 objetivos, dentro de los cuales se encuentra la meta 3 sobre áreas protegidas, que dispone que, al menos el 30 % de los espacios terrestres, aguas continentales y el océano deberán ser protegidos y conservados al 2030. Esta nueva meta internacional se aprobó en la reanudación de la COP15 realizado en Montreal (Canadá) a finales de diciembre del 2022, bajo el Marco Mundial de Biodiversidad Post-2020 del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB).
El compromiso establece expresamente:
“Garantizar que al menos el 30 % de las zonas terrestres y las zonas marinas del mundo, especialmente las de particular importancia para la diversidad biológica y sus contribuciones a las personas, estén conservadas por medio de sistemas ecológicamente representativos y bien conectados de áreas protegidas administrados eficaz y equitativamente y otras medidas de conservación eficaces basadas en áreas, y que se integren a los paisajes terrestres y marinos más amplios”.
¿Cuál es el rol de Perú en el cumplimiento de esta meta internacional?
El Perú como país firmante y parte del CDB, deberá establecer los procesos y mecanismos adecuados para la protección de nuevos espacios, tanto continentales, como marinos dentro del territorio nacional, a través de las herramientas legales de conservación como, por ejemplo, las áreas naturales protegidas.
Asimismo, deberá alinear sus políticas ambientales en torno a lo que establece esta meta, en términos de la cobertura y de cuán ambiciosas sean las medidas de conservación en las áreas protegidas para mantener de manera óptima especies, hábitats y ecosistemas. Se requiere del establecimiento de más áreas protegidas en el ámbito marino, pero siempre y cuando cumplan con objetivos claros de conservación y respondan a proteger ecosistemas y especies clave.
Estamos en un momento crucial donde nuestro país debe evaluar nuevas zonas que permitan la conectividad con el sistema de áreas protegidas y, también, aquellos espacios que puedan ser considerados como Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OMEC), donde existan esquemas de gobernanza variados y que también suman al cumplimiento de la meta.
¿Cuál es el estado actual de la meta de conservación en Perú?
Nuestro país, actualmente, protege el 17.90 % del ámbito terrestre y el 7.76 % del ámbito marino a través de áreas naturales protegidas. Dentro de esos porcentajes se encuentran las áreas de conservación regional y las áreas de conservación privada, como espacios complementarios al sistema de áreas protegidas peruano. Sin embargo, habiendo cumplido apenas con la Meta Aichi 11 para la protección de, al menos el 10 % del ámbito terrestre al 2020, tal como podemos apreciar, estamos bastante lejos de alcanzar la nueva meta del 30×30 en términos globales.
¿Cómo nos podríamos acercar a esta meta?
Tenemos un largo camino por delante. Primero, se deben cerrar los procesos para consolidar el sistema de áreas protegidas y ello trae consigo culminar los procesos de categorización de zonas reservadas. Actualmente, tenemos 8 zonas reservadas que, si bien suman al porcentaje de cobertura, constituyen aún áreas protegidas de carácter transitorio y no definitivas.
Segundo, se deben culminar los procesos de establecimiento de nuevas áreas protegidas ya en camino y por muchos años a la espera como, por ejemplo, la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, que protegería ecosistemas de gran importancia en la zona del Pacífico tropical del norte del Perú (Tumbes y Piura) como principal despensa alimentaria de recursos hidrobiológicos del país. Asimismo, cambiar el paradigma de la conservación de áreas protegidas como islas y vincularlas al territorio, mediante la identificación de zonas que puedan calificar como Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OMEC) en zonas circundantes y fuera de las áreas naturales protegidas, donde se esté llevando una protección efectiva de hábitats, ecosistemas y especies.
Finalmente, en términos de conservación marina, se deben identificar nuevas zonas marinas en ámbitos intermedios y más alejados de la costa, donde se protejan los principales corredores biológicos marinos de grandes extensiones que tenemos compartidos con Ecuador y con Chile, tal como ya ha sido implementado en el 2021 por países como Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá con la declaración del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical.
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