- Ahora los agricultores familiares pueden ser considerados aliados para el desarrollo sostenible de la Amazonía. Estas son las historias de tres agricultores que hacen uso diversificado del paisaje a través del aprovechamiento sostenible del bosque, como por ejemplo la agroforestería
Por: Alicia Medina y Ximena Mejia/ xmejia@spda.org.pe
En el Perú, cada 24 de junio conmemoramos el Día del Campesino, una fecha en que todos los peruanos y peruanas recuerdan la importancia que tienen las familias agricultoras para la seguridad alimentaria de pueblos y ciudades. Sin embargo, el día a día del productor no solamente se limita a ello.
En territorio amazónico, el productor también necesita tener un bosque saludable para gozar de un buen clima, suelos ricos en nutrientes, sombra, provisión de agua, entre otros servicios ecosistémicos. Así lo han comprendido Pedro Grandez, Enelda Velásquez y Normel Pérez; agricultores de la región San Martín. Ellos vienen aprendiendo y desarrollando prácticas de manejo agroforestal y de conservación de bosques. En Actualidad Ambiental te presentamos sus historias.
Protector de la naturaleza
En la comunidad Villa del Triunfo, distrito de Soritor, provincia de Moyobamba vive Pedro Grandez. A sus 86 años todavía no ha dejado la pala y el zapapico. Se dedica a la caficultura, pero su mayor obsesión son las orquídeas.
En su parcela podemos encontrar también purmas, una suerte de bosque “resucitado”. Las purmas permiten la regeneración natural de los ecosistemas, y en ella crecen especies maderables, plantas medicinales, plantas ornamentales, entre otros. Además, brindan muchos beneficios como el control de plagas, recuperación del suelo y almacenamiento de carbono.
Pedro cuida sus purmas, con el mismo cariño que le dedica al café y a sus orquídeas. Sabe que este también es el hogar de las aves que lo visitan todos los días y de otras especies de fauna silvestre que ven mermado su hábitat natural.
En su parcela también se pueden encontrar algunas especies forestales nativas como el cedro. Pedro nos detalla que significan para él.
“Otros dicen que estos árboles no dan beneficio actual, pero para mí, es un beneficio total. Yo no busco el beneficio personal, busco el beneficio de la humanidad, para todos los seres vivientes que necesitan de su espacio natural”, comenta.
En las purmas de Pedro Grandez, el proyecto AgroFor, a través de su socio CIFOR-ICRAF, viene realizando talleres de capacitación con productores, sobre el manejo de las especies forestales de la zona. Estos conocimientos son muy importantes, para que el agricultor comprenda los beneficios de las purmas y puedan hacer el manejo de la misma, con un enfoque de agroforestería, es decir, que puedan manejar árboles que contribuyan a mejorar sus medios de vida (incluyendo, en lo posible, la generación de ingresos).
La dama del café y los árboles
Enelda Velásquez es una joven productora, madre de dos niñas que corren sin parar en la finca de café que cuida junto a su esposo Abilio Sayago. Ellos viven en Alto Carrizal, una comunidad del distrito de Jepelacio en Moyobamba. Así como muchos productores en la Amazonía, migraron de la sierra en búsqueda de nuevas y mejores oportunidades para su familia.
Enelda y Abilio hacen el manejo de variedades de café arábica, como la caturra y el maragogype, con sistemas agroforestales, es decir, que el café crece junto a especies arbóreas, que le aportan sombra y nutrientes.
“En mi finca tengo naranjas, granadillas, mandarinas, guabas, palta, cedro, cedrillo, Laurel, Moena, Salinas, pino Tucumán, pino chuncho, Bolaina, Capirona. Vengo cuidando mis árboles para dar sombra, generar materia orgánica y detener el crecimiento de maleza”, nos menciona.
Además, Enelda también tiene un biohuerto familiar, donde siembra lechugas, tomates y hortalizas. La pandemia hizo que muchas familias caficultoras no solamente se dediquen a este cultivo, sino que también puedan producir sus propios alimentos, de esta forma la canasta familiar pasó de ser fideos y arroz (alimentos embolsados) a una gran variedad de frutas y verduras que ofrece la tierra.
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Productor y emprendedor
Nos trasladamos a la comunidad de San Vicente, en el distrito de Alonso Alvarado, provincia de Lamas en San Martín. Ahí se encuentra el productor Normel Pérez Gil, uno de los primeros en recibir el título habilitante Cesión en Uso para Sistemas Agroforestales (CUSAF) por parte del Gobierno Regional de San Martín.
Además de ser un caficultor referente en esta zona, con nueve hectáreas de café Normel hace el manejo de una plantación de bambú de una hectárea, la cual espera poder comercializar en un mediano plazo con todos los permisos respectivos.
Asimismo, Normel es un ejemplo de emprendedor visionario, por ello hace el manejo de otros productos que están adquiriendo gran valor en el mercado como el cacao, anona y pitajaya. Por otro lado, en la mesa de su hogar no faltan el maíz y el plátano.
Alrededor de todo su predio, encontramos frondosos árboles. La espesura del bosque montañoso rodea sus cultivos y se pueden escuchar las aguas de los riachuelos. Normel nos comenta que cerquita se encuentra una catarata, y que él no ha tocado los árboles que se encuentran en la cabecera, porque sabe que si lo hace, se podría secar.
“Se trata de formalizarse y tener su CUSAF, así podremos lograr muchos proyectos, poniendo énfasis en no derribar los árboles, ellos nos sirven con el agua, el aire, es vida para las aves, los monos, es vida para nosotros”, nos cuenta.
El reto de las CUSAF
Tanto Pedro como Normel, cuentan con el título habilitante CUSAF, y próximamente Enelda y su familia planean acceder a uno también. La vida los llevó a ocupar zonas de bosque para uso agrícola, sin embargo, hoy en día tienen la opción de regularizar el uso que hacen de la tierra, y poder acceder a diversos beneficios, como el acceso a asistencia técnica por parte de la autoridad regional forestal y de fauna silvestre, mecanismos de financiamiento, aprovechamiento de recursos forestales maderables y no maderables, entre otros.
Los contratos CUSAF están regulados por la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley N° 29763) y son otorgados por 40 años renovables en una extensión no mayor de 100 hectáreas. A través de estos, se formaliza a los agricultores en tierras forestales brindándoles seguridad jurídica, y los agricultores adquieren la obligación del cuidado de sus áreas.
Para Flor Cabanillas, asesora legal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) e integrante del consorcio AgroFor, garantizar el cuidado y aprovechamiento sostenible de estas áreas debe ir de la mano de una campaña de promoción y concientización.
“Puede ocurrir que algunos agricultores continúen con la práctica de deforestar para instalar cultivos agrícolas, siendo pasibles de infracciones; o que abandonen las áreas si llegara a caducar el título habilitante. Por lo tanto; prevenir, concientizar, apoyar y promocionar son acciones que debe desarrollar el Estado”.
Actualmente, el Gobierno Regional de San Martín se encuentra en el proceso de otorgar CUSAF y, a la fecha han sido firmados 522 contratos (1, 799 hectáreas totales) de acuerdo con el último reporte de la Dirección de Gestión Forestal y de Fauna Silvestre de la ARA.
Datos:
- El Proyecto AgroFor apoya al Estado peruano, en la construcción -basada en evidencia- de las condiciones institucionales, técnicas y financieras necesarias, que permitan la implementación exitosa y a escala de las CUSAF.
- AgroFor es implementado en consorcio por el Instituto Global para el Crecimiento Verde (GGGI), el Centro Internacional de Investigación Agroforestal.
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