La maca es un tubérculo andino con propiedades redescubiertas por el mundo en los últimos años, pero aún no cuenta con un registro oficial que respalde su importancia pese a que el Estado creó hace diez años la Comisión Nacional contra la Biopiratería para defender el valor ancestral de nuestros recursos.
Al respecto, el Ministerio de Agricultura (Minagri) informó que hay planes para resolver esta carencia. En declaraciones a El Comercio, el jefe del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), Roberto Santos, precisó que existe un compromiso del Ejecutivo para empezar a elaborar el Registro Nacional de la Maca y que la recolección de información ya se inició y, hasta el momento, ya se cuenta con 21 variedades del tubérculo registradas en el laboratorio del Instituto de Innovación Agraria (INIA) de Huancayo.
Esta reciente atención sobre la maca apareció hace dos semanas, cuando la Asociación de Exportadores (ÁDEX) denunció que un grupo de comerciantes chinos se llevaba el tubérculo en estado natural ilegalmente a su país, ya que en el Perú solo se permite exportar la maca procesada para cuidar la riqueza genética de este producto endémico.
Hay estudios que han demostrado que la maca es reconstituyente por su alta cantidad de carbohidratos y su gran porcentaje de calcio la hace precisa para combatir la osteoporosis, entre otros atributos. Sin embargo, el presupuesto asignado a la investigación de este tubérculo aún es insuficiente.
Para el 2013 solo se consideró un presupuesto de S/.157 mil para iniciar el proyecto de registro de la maca, el sacha inchi y el cacao. Pero para el 2015, el jefe INIA señaló que se ha conseguido un crédito de S/.180 millones en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a fin de continuar la investigación y protección de las variedades nativas y temas pecuarios.
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Ver además:
[Chinos se llevan maca peruana y desarrollan productos que luego intentan patentar]
Foto: Thomas Müller
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También debería establecerse el registros de agricultores de maca, la extensión de producción ya reas para un futuro de producción. Así conduciríamos a la sostenibilidad del producto.