La empresa Doe Run Resources ha solicitado la suspensión del juicio iniciado por daños a la salud de 35 menores de edad, debido a las emisiones tóxicas del complejo metalúrgico ubicado en la ciudad de La Oroya. Esto, mientras no se resuelva una demanda internacional arbitral presentada por esa empresa contra el Estado peruano.
Este pedido fue realizado en agosto pasado ante una corte en Missouri (Estados Unidos).
Para Anna Cederstav, Co-Directora de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente, “con esta solicitud, Doe Run intenta impedir otra vez la justicia y el remedio para la comunidad de La Oroya, buscando tan solo proteger sus intereses económicos”.
Esta semana, los abogados de los niños de La Oroya respondieron ante la corte que lleva el caso argumentando que los daños severos y acumulativos en la salud de los menores no permite una mayor postergación. “Cada día que no procede esta demanda en esta corte, los daños a estos niños siguen aumentando” dijeron los abogados de los demandantes en la contestación a la apelación de Doe Run para la suspensión del juicio.
Renco Holding Company -dueño de Doe Run Resources y Doe Run Peru (DRP)- presentó una demanda de arbitraje contra el gobierno peruano ante un tribunal internacional en abril de 2011. Con este proceso, Doe Run busca asignar la responsabilidad económica por daños a la salud de la comunidad de La Oroya al Gobierno Peruano.
En julio pasado, la corte en Missouri le impuso una multa de $320 millones de dólares a Doe Run Investment Holdings Company y otros, los antiguos dueños de la metalúrgica de esta ciudad norteramericana por ser responsables de los problemas de salud presentados en 16 menores de edad que residían dentro de la zona donde operaba la mencionada metalúrgica, entre los años 1986 y 1994. Esos problemas eran similares a los presentados en la ciudad de La Oroya.
Renco, a través de Doe Run Perú compró el Complejo Metalúrgico de La Oroya al Gobierno Peruano en 1997. Desde el 2009, DRP mantiene paralizado el mencionado complejo y mantiene negociaciones con el Estado Peruano para poder reiniciar sus operaciones.
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Foto: agencia Andina
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Cuando Doe Run Perú inició la operación del Complejo Metalúrgico encontró una descarga de efluentes industriales al Río Mantaro de 49 m3 por minuto, emisiones de plomo y arsénico de 38 y 28 mg/m3 por la Chimenea Principal respectivamente y una concentración de plomo de 3.5 ug/m3 en la calidad de aire. Después de 10 años la descarga ha bajado a 5 m3/minuto de agua tratada que es apta para la agricultura. Desde Diciembre 2007, el nivel de plomo en el aire de La Oroya se ha reducido en un 61.7%, y el nivel de arsénico y de cadmio disminuyó de 84.66% y 66.6% respectivamente comparado con el año 1997. Logrando niveles por debajo del Estándar mensual de Calidad de Aire.
Doe Run Perú NO contamina los ríos Yauli o Mantaro, ni ningún otro río o afluente. Con la construcción de una planta de tratamiento de aguas industriales y tres de tratamiento de aguas servidas han permitido que desde diciembre 2006, en La Oroya no se impacten las aguas ni los suelos, se cumple con los niveles máximos permisibles de emisión de polvos y metales al aire. Las descargas líquidas, domésticas e industriales, son tratadas y devueltas al río Mantaro apto para la agricultura. En cuanto a los suelos los sólidos y basura doméstica no impactan por su tratamiento, manipulación y disposición. En cuanto a calidad del aire desde el 2007 se cumple con los niveles máximos permisibles de polvo y metales por chimenea.
En el contrato de compraventa de la planta de La Oroya de 1997, establece estos compromisos para el Estado en las cláusulas quinta y sexta, el Gobierno se comprometió a asumir la remediación de las áreas afectadas por las emisiones de la fundición.
Es necesario que las empresas acreedoras, el gobierno peruano y DOE RUN PERU lleguen a un buen acuerdo con la finalidad de solucionar el problema que mantiene paralizado el complejo metalúrgico.
Considero que es urgente la reapertura de las operaciones en La Oroya, debido a que se viene exportando minerales provenientes de las minas del centro del país sin darle el valor agregado que requieren, perjudicando por ende al país.
Doe Run Perú trabajó bastante en el PAMA y como muestra de ello es la disminución considerable de la contaminación,si reinician sus operaciones tendrán la oportunidad de cumplir con lo que le falta, pero también el gobierno debería cumplir con las cláusulas del contrato y asumir el tratamiento del pasivo ambiental que dejó CENTROMIN PERU.
Por el bienestar de todos los trabajadores, proveedores , población de La Oroya y Huancayo entre otros, es urgente encontrar una solución que permita el reinicio de las actividades del complejo metalúrgico de La Oroya.