Día Mundial de las Ballenas y Delfines: ¿por qué se debe proteger los espacios donde transitan?

Ballena jorobada en el mar peruano. Foto: Damián Villagra

  • Los cetáceos son mamíferos que se han adaptado completamente al agua. Desempeñan un papel crucial para el ecosistema, incluso después de morir, pues esto puede generar un ecosistema complejo en el fondo marino.  
  • Sin embargo, enfrentan amenazas como la contaminación, el calentamiento global y la caza, que los ha acompañado por siglos. 

 

Las ballenas y delfines son mamíferos, como nosotros, pero con la particularidad de que sus especies evolucionaron de la tierra al agua. Su presencia en el océano es beneficiosa para la salud de este, pues controlan poblaciones de peces, krill y calamares y sus muertes generan grandes beneficios para los organismos del fondo marino. A pesar de su importancia para el balance y la salud del océano, estos animales han sido objeto de la sobrepesca y la caza desde antes de la revolución industrial.  

Por ello, en 1986, la Comisión Ballenera Internacional (CBI), conformada actualmente por 88 países, incluido Perú, designó el 23 de julio como el Día Mundial de las Ballenas y Delfines, para generar conciencia sobre la caza de estos gigantes marinos, que tuvo gran impacto sobre la salud de estas especies. 

Sobrepesca y caza 

En la actualidad, la caza ballenera de gran escala está concentrada en tres países: Noruega, Islandia y Japón. Sin embargo, en el siglo XIX, esta era la quinta industria más grande del mundo y, para 1846, 735 de los 900 barcos balleneros a nivel mundial le pertenecían a la flota estadounidense. Dicha flota tuvo un gran impacto sobre la población de ballenas y sobre otras especies. 

La caza de ballenas alcanzó su punto más alto a mediados del siglo pasado. Según un artículo de la CBI, donde señala que el tamaño de estos animales, lejos de protegerlos de los seres humanos, los convirtió en un recurso valioso del que se puede extraer aceite, carne y grasa. Según la entidad, en 1964 se cazaron alrededor de 80 mil ballenas en el mundo, aunque esta cifra se considera conservadora.  

Foto: Mundo Azul

Son animales sociales 

Al igual que otros mamíferos, los cetáceos son animales altamente sociales que muestran varios comportamientos e interacciones entre sus grupos, con quienes establecen lazos duraderos basados en el parentesco, la amistad y la cooperación. Se comunican entre sí mediante vocalizaciones complejas compuestas de silbidos, cantos y clics para comunicarse; algunas especies, como las ballenas jorobadas, presentan dialectos regionales, lo que sugiere una cultura vocal compleja. 

En sus grupos sociales, el juego y la cooperación en el cuidado de las crías, permite el aprendizaje de habilidades esenciales para su supervivencia y socialización. Se trata de conductas transmitidas entre generaciones. Un estudio señala que la transmisión de conocimientos de las ballenas se da gracias a su “linajes de ADN materno”, lo que permite su diversidad genética.  

El linaje materno está asociado a sus memorias culturales, rutas migratorias, áreas de alimentación y reproducción. En el caso de los cetáceos, como las ballenas azules, jorobadas y de ballenas de aleta, estos mamíferos dependen de la experiencia de sus antepasados para aprender sobre rutas migratorias y zonas de alimentación y reproducción.  

Foto: Pacífico Adventures,

Las ANP del mar peruano y los cetáceos 

En el mundo existen 14 especies de ballenas y 75 delfines que habitan los mares de los cinco continentes. En Perú pueden ser encontradas 33 de estas especies de cetáceos surcando las aguas de la costa durante sus trayectos migratorios, entre los que destaca la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae).  

Estos animales viajan desde la Antártida y llegan al norte del Perú, pues este tiene un clima cálido que es propicio para parir y criar a los ballenatos. Durante su tránsito, recorren áreas naturales protegidas del mar peruano. La Reserva Nacional Dorsal de Nasca, ubicada frente a Ica, donde se encuentran cañones y montes submarinos, es una zona cargada de nutrientes por la que ingresan las ballenas jorobadas a nuestro mar. 

La Zona Reservada de Illescas, en Piura, destaca por proteger una gran variedad de fauna marina, incluyendo ballenas jorobadas y delfines. Mientras que la Reserva Nacional de Paracas, por su parte, es un importante punto de encuentro para las ballenas jorobadas durante su temporada reproductiva, mientras que los delfines encuentran allí un hábitat propicio. Asimismo, las islas e islotes de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras sirven como importantes puntos de descanso y alimentación para estos cetáceos en sus rutas migratorias. 

Finalmente, las ballenas jorobadas llegan a las aguas del norte peruano. Frente a Piura y Tumbes, la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau es una zona de reproducción y crianza para las ballenas, que pueden avistarse de junio a octubre. La confluencia de las corrientes de Humboldt y la Pacífico Tropical crea un ambiente propicio para el nacimiento y cuidado de las crías de ballenas en el mar del norte peruano, gracias a sus aguas cálidas y la abundancia de alimento. Conservar a los cetáceos es proteger la cadena alimentaria y salud del océano, así como las especies que dependen de estos majestuosos mamíferos.  



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