Foto: Diego Pérez/SPDA

• Tras el derrame de petróleo en Ventanilla, hasta el momento Serfor registró la muerte de 461 animales (312 en playas y 159 rescatados). Sin embargo, la cifra sería muy superior.

El Día Mundial de la Vida Silvestre coincide con el escenario que vive el Perú luego de sábado 15 de enero, cuando se produjo el derrame de más de 11 mil barriles de petróleo en la refinería La Pampilla (Ventanilla), a cargo de la empresa Repsol. El vertimiento del crudo ha causado la contaminación y muerte de diversas especies, además de un gran daño al hábitat que las albergaba.

Según los reportes del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), las especies más afectadas por el derrame de petróleo fueron las aves: cormorán guanay (Phalacrocorax bougainvillii), cormorán (Phalacrocorax brasilianus), cormorán chuita (Phalacrocorax gaimardi), pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti), piqueros (Sula variegata), gaviotas (Larus belcheri), zarcillo (Larosterna inca) y playerito (Calidris sp.).

Durante su presentación ante la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso de la República, la directora ejecutiva del Serfor, Levin Rojas Meléndez, informó además que hasta el momento han registrado la muerte de 461 animales (312 en playas y 159 rescatados).

Sin embargo, en los últimos días, pescadores, voluntarios, medios informativos y diversas personas de la sociedad civil han reportado el hallazgo de un gran número de animales muertos. A estos se suman las especies contaminadas y la “desaparición” de un grupo de nutrias que eran vistas frecuentemente en la zona de Ancón. Todo ello hace que la cifra exacta sea difícil de determinar.

Según Repsol, la limpieza de las playas estaría en más de un 82 % y acabarían en los próximos días. Jaime Fernández-Cuesta, director de la empresa implicada en el derrame, señaló además que “no existirían residuos en el fondo del mar” y que, incluso, “no debería haber afectación en los fondos marinos a consecuencia de este derrame”. Sin embargo, un grupo de buzos evidenció la contaminación que existe en el fondo marino al mostrar mejillones embarrados de petróleo que lograron extraer. Cangrejos, ostras y almejas también se sumarían a la lista de especies afectadas por el derrame en el mar peruano.

Cabe recordar que hasta el momento, el Serfor no ha abierto un proceso administrativo sancionador (PAS) contra Repsol. Según su directora ejecutiva, Levin Rojas Meléndez, “no se ha iniciado el PAS de inmediato, debido a que, en algunos casos, la fauna silvestre viene siendo afectada indirectamente, pero Repsol exige que demostremos que esta fauna está siendo afectada de esa forma. Por ello hemos realizado estudios de fauna que visiblemente no se veía empetrolada, pero estaba muerta”.

Rojas Meléndez agregó que “se han hecho análisis en la Universidad de San Marcos para que comprueben las causas de su muerte. En los resultados se ha demostrado que sí [fueron por el derrame]. Con estos resultados, ya podemos aproximarnos a la cantidad de fauna afectada y con eso se está procediendo a abrir el proceso administrativo sancionador”.

Según un video del programa “La Encerrona”, el acuerdo entre Serfor y Repsol para el cuidado de animales rescatados en el Parque de Las Leyendas, contaría con tres problemas graves. El primero tiene que ver con la vigencia. Si bien el compromiso fue firmado por 2 meses bajo la condición de ser prorrogable, “hay una trampa, porque tiene que ser un acuerdo unánime. Repsol puede decidir que detiene todo cuando cumpla 2 meses y listo. Y está claro que no acabará su labor en este tiempo”.

En este acuerdo tampoco se menciona el “proceso de rehabilitación y liberación”, que podría tardar mucho más tiempo, pues los animales requieren de “descartes médicos para estar en condiciones de volver a la naturaleza”. Y el último punto grave es que “solo se menciona a animales empetrolados, cuando hay casos de animales contaminados por dentro”.

Cabe recordar que, hace unos días la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) presentó una denuncia administrativa ante la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Lima, a fin de sumar argumentos que sustenten la investigación dirigida a sancionar a los responsables por presuntamente abandonar, actuar con crueldad o causar la muerte de especímenes de fauna silvestre, a consecuencia del derrame de petróleo.

 

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