Día de los Pueblos Indígenas a través de la mirada de dos lideresas amazónicas

Ruth Buendía y Liz Chicaje, ambas reconocidas a nivel internacional por su labor a favor de las poblaciones indígenas. Fotos: Jaime Tranca / SPDA

Por Ángela Rodríguez / SPDA Loreto

Los pueblos indígenas representan diversidad de culturas que resisten en una constante lucha por vivir según su propia visión del mundo, en los territorios que habitan ancestralmente y con calidad de vida. Sin embargo, para que esto suceda queda mucho por hacer. El respeto pleno por sus derechos, la titulación de sus territorios y el acercamiento del Estado a las zonas más alejadas son todavía temas pendientes.

En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, conversamos con Liz Chicaje y Ruth Buendía, dos lideresas amazónicas -reconocidas a nivel internacional- que trabajan desde sus organizaciones por el bien de estas poblaciones que aún son consideradas vulnerables.

“Hay temas que hemos avanzado como pueblos indígenas, pero también hay muchas situaciones en las que somos atropellados por algunas autoridades o por el mismo Estado. Por ejemplo la situación de mis hermanos que están sufriendo por la minería o el petróleo”, subraya Liz Chicaje, desde la comunidad de Boras de Pucaurquillo en la zona de influencia del Área de Conservación Regional Ampiyacu Apayacu, en Loreto.

En enero de este año, Chicaje ganó el premio Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos y Estado de Derecho por su reconocida defensa a los derechos de los pueblos originarios y territorios ancestrales de la Amazonía. La lideresa indígena de Loreto recibió este galardón, además, por su participación clave en el proceso de creación del Parque Nacional Yaguas, que el pasado 11 de enero cumplió su primer año.

En esta misma línea, Ruth Buendía, lideresa asháninka, integrante del Consejo Directivo de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana y Premio Goldman 2014 por su participación en la defensa de los derechos de su comunidad y el medio ambiente, señala que algunos gobernantes y parte de la ciudadanía aún menosprecia y considera a los pueblos indígenas como obstáculo del desarrollo del país, debido a la defensa que ejercen de sus territorios y derechos colectivos.

“Los pueblos indígenas sufren de mucha discriminación, esto se evidencia en su poca participación en el proceso de planeamiento presupuestal para el desarrollo del gobierno regional y de los gobiernos locales. Esta situación se debe a la falta de capacidad y eficiencia de las autoridades y sus equipos de trabajo para atender las necesidades de la población indígena”, enfatiza Buendía.

Por ello, agrega, “nuestra lucha ahora es por la reivindicación de nuestros derechos y el reconocimiento de nuestro aporte al bienestar y desarrollo de la sociedad”.

Sobre las amenazas que enfrentan las comunidades en Loreto, Liz Chicaje identifica “la actividad minera y petrolera, y los sembríos ilegales de coca”, así como la falta de proyectos productivos que permitan a las comunidades desarrollo económico.

En este contexto de discriminación y atropello de derechos, el Estado tiene la tarea de trabajar con las organizaciones indígenas para generar políticas que garanticen el cumplimiento pleno de sus derechos. “Se debe priorizar el trabajo con el Estado para incluir las propuestas indígenas en la política nacional del país”, considera Buendía.

Resalta además que “la tenencia segura de la tierra es sin duda una demanda importante», así como las brechas que existen en temas de educación y acceso a la salud.

La preservación de culturas, especialmente las lenguas, también forma parte de las luchas de las comunidades. “Se ha logrado el reconocimiento de las lenguas originarias por parte del Estado, lo que reivindica nuestra cultura y visión holística. Por otro lado, hay pequeños avances en la implementación de la educación bilingüe intercultural en las escuelas de la población indígena”, indica Ruth Buendía.

Ambas lideresas vienen trabajando desde sus espacios, en sus comunidades y organizaciones para garantizar los derechos de sus pueblos y conservar tanto sus culturas como el medio ambiente. Su liderazgo es ejemplo para las demás mujeres de sus comunidades y propicia mayor participación femenina.

La participación de la mujer indígena en la toma de decisiones se ha incrementado, gracias al trabajo y esfuerzo de lideresas y dirigentas de las organizaciones de base y de la organización nacional. Sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer y es importante continuar con el trabajo que se viene desarrollando hasta el momento”, concluye Buendía.

 



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