Día de la Tierra: cinco problemas ambientales y sociales que evidenció la pandemia

miércoles 22 de abril, 2020

  • La propagación del coronavirus no solo ha impactado sobre la salud de miles de peruanos sino también ha evidenciado diversos problemas que estaban postergados, como la contaminación de nuestros ecosistemas, la falta de acceso a servicios básicos, el tráfico de fauna silvestre, la seguridad alimentaria, entre otros temas.

Por Luis Chacón 

Hoy, miércoles 22 de abril de 2020, se conmemora el 50 aniversario del Día de la Tierra, fecha promovida por el senador estadounidense Gaylord Nelson en 1970 y oficializada por Naciones Unidas en el 2009, como el Día Internacional de la Madre Tierra.

Cada año, esta fecha busca generar mayor conciencia en diversos temas como la contaminación, la conservación, biodiversidad, entre otros problemas ambientales.

Si bien por estos días de cuarentena por el COVID-19, la Tierra se está dando un respiro debido a la reducción de actividades humanas, debemos considerar que esto solo es transitorio, por lo que es necesario reflexionar sobre qué actividades sostenibles podemos realizar a futuro para mantener este buen semblante del planeta o reducir la contaminación de nuestros ecosistemas.

En las siguientes líneas revisaremos cinco casos que guardan relación con diversas problemáticas en nuestro país y que vale la pena tener en cuenta.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Tráfico ilegal de fauna

Enfrentar el tráfico ilegal de fauna es un tema que va más allá de la defensa de diversas especies y la lucha contra las mafias que azotan diversas zonas de nuestro territorio.

Si analizamos el tema desde una perspectiva de salud pública, ignorar este problema podría perjudicar a las personas que adquieren a especies de origen silvestre a través de la propagación de enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que pueden transmitirse entre animales y humanos.

“Así como nuestras acciones -por ejemplo, extracción ilegal y tráfico de fauna silvestre- impactan en la naturaleza, el desequilibrio generado eventualmente retornará a nosotros (enfermedades)”, explica en un artículo Patricia Torres del Programa de Bosques y Servicios Ecosistémicos de la SPDA.

En medio de la coyuntura del COVID-19, Torres también propone el control de fauna silvestre en los mercados y de quienes las adquieren, así como investigar la procedencia de la carne de las especies que son para consumo.

Abordar los problemas relacionados a las especies exóticas invasoras, fortalecer y articular la institucionalidad de vigilancia sanitaria asociada a fauna silvestre, promover la generación y el uso de la información científica, así como la difusión de información que genere conciencia ciudadana y un trabajo articulado con las instituciones gubernamentales, son otros puntos expuestos por la especialista.

En materia de sanciones, Patria Torres también propone incluir a este delito dentro de la Ley Contra el Crimen Organizado.

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Foto: Otto Alegre / SPDA

Seguridad alimentaria

Otro punto a tener en cuenta respecto al Día de la Tierra es el tema de la seguridad alimentaria, relacionado directamente con la salud e higiene y que aborda otros aspectos como la importancia del sector agrícola.

Hay que recordar que hace unas semanas, cuando iniciaba el Estado de emergencia por el coronavirus, se desató una ola de especulaciones sobre la falta de productos de primera necesidad, lo cual quedó descartado en el plano agrícola.

“Si hay algo que ha quedado evidenciado en esta pandemia es que si no hubiéramos tenido el componente agrícola tan fuerte, la provisión de servicios o alimentación se hubiera visto perjudicada y hubiéramos, a nivel de ciudades, tenido problemas de abastecimiento y eso no ha pasado porque el agro no ha parado. Si en este contexto no valorizamos el rol agrícola, tal vez no habrá otra oportunidad en que se puede poner sobre la mesa la necesidad de mejorar sus condiciones”, indica Silvana Baldovino, Directora Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA.

Respecto a la higiene, Baldovino también evidencia el problema que existe en nuestro país con las medidas de higiene universales para prevenir el COVID-19, siendo la más importante el lavado de manos, que no puede ser aplicado por un gran número de ciudadanos porque no cuentan con un recurso tan importante como es el agua.

En cuanto a mejorar la alimentación en nuestro país, Silvana Baldovino indica que, debido a sus recursos, el Perú no debería presentar casos de anemia y desnutrición, además de precisar la importancia de segmentar el tipo de alimentación en el territorio nacional.

“No podemos hablar de seguridad sanitaria alimentaria si no diferencias las costumbres. Por ejemplo, no le puedes dar una canasta a una comunidad indígena que contiene leche, porque tienen resistencia a la lactosa. Hay que ver el tema de la alimentación en relación a cada zona del país”, precisa la especialista.

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Foto: Diego Pérez / SPDA

Pueblos indígenas

Si antes de la propagación del COVID-19, los pueblos indígenas ya representaban a la población relegada históricamente por el Estado, la pandemia evidenció aún más este olvido. Ellos carecen de acceso de servicios básicos, especialmente los relacionados a la salud y educación.

En conversación con Actualidad Ambiental, la ministra de Cultura, Sonia Guillén, indicó que la ayuda –que podría iniciar esta semana– incluía “alimentos, abastecimiento, equipamiento para la salud” y todo lo que sea necesario.

La ministra también precisó que se han cerrado el acceso a las reservas territoriales y que se está trabajando con mucha cautela junto a diversas organizaciones a fin que las entregas no provoquen contagios en diversas zonas de Loreto, Amazonas, Junín, Ucayali y Madre de Dios.

“Con lo que quieres ayudar también puedes crear una situación de riesgo y vulnerabilidad. Por eso en las primeras acciones es que teníamos que llegar con alimentos y abastecimiento, de pilas, de anzuelos, de lo que necesiten las comunidades para que no sea necesario que salgan. Estos procesos, que no se pueden concluir en dos o tres días, va a tomar su tiempo. Si atendemos el acceso a abastecimiento vamos a asegurarnos que la llegada de estos fondos sea manejado de una manera adecuada”, precisó Guillén.

Respecto a los temas pendientes con los pueblos indígenas más allá de la crisis por el coronavirus, estos deberían tener la total participación de los gobiernos regionales con un trabajo diferenciado según las zonas, indica Silvana Baldovino.

“¿Cómo lograr un Estado presente en un país tan difícil por acceso? La lógica es a través de los gobiernos regionales. En el caso de los pueblos indígenas es que estos gobiernos tengan políticas de interculturalidad, porque es diferente tratar con población urbana, rural y con pueblos indígenas”, comenta la especialista de la SPDA.

No obstante, Baldovino considera que a diferencia de años anteriores, en la actualidad se visibiliza más el componente indígena a través de los gobiernos regionales, el trabajo del Viceministerio de Interculturalidad y con la difusión de información a través de spots radiales y programas televisivos en lenguas nativas.

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Foto: Thomas Müller / SPDA

Acceso a fuentes de agua

El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano al agua y saneamiento. Casi 20 años después, en nuestro país hay muchas personas que no cuentan con este recurso.

“Es claro que todos no nos encontramos ante las mismas circunstancias.  Necesitamos que realmente el Estado peruano pueda garantizar efectivamente el derecho de todos los peruanos y peruanas a acceder al agua”, indica Isabel Calle, directora ejecutiva de la SPDA.

A esto hay que sumarle la situación del recurso hídrico en nuestro país en medio de la coyuntura actual por el COVID-19 y que, según Calle, ve su calidad amenazada “por las aguas residuales no tratadas provenientes de diferentes fuentes (agrícola, residencial e industrial), el inadecuado manejo de los residuos sólidos, la minería informal e ilegal, entre otras causas”.

“Se requiere cambiar para poder garantizar este recurso que es vital para el propio ser humano, considerando el tema de salud, pero también para el desarrollo de actividades productivas de las que dependen sectores como el agrícola o el energético con las centrales hidroeléctricas”, indica la especialista.

Al reconocer la importancia del agua para la salud de la población, sobre todo, en el contexto de la pandemia actual, Isabel Calle también precisa que esta preocupación por tan valioso recurso necesita verse reflejada en “conductas específicas de parte del Gobierno en diferentes niveles, es decir, que las autoridades destinen financiamiento para contar con plantas de tratamiento de aguas residuales, y asegurar sistemas de saneamiento básico en zonas rurales, reconociendo en muchas de ellas el rol que desarrollan en el cuidado del agua que abastece a las ciudades”.

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Foto: Andina

Aire limpio

El cese de un gran número de actividades debido a la coyuntura actual por las medidas contra la propagación del coronavirus ha generado en nuestro país y todo el mundo una reducción de la contaminación del aire, y podría considerarse, incluso, una “oportunidad” para analizar cómo interactuamos con nuestro entorno.

“Es un momento clave para reflexionar sobre cómo estamos viviendo, en qué clase de ciudad queremos seguir interactuando y cómo empezamos a planificar para mantener ese estándar de calidad ambiental del aire que hemos obtenido por aislarnos en casa pero que no será realista en el futuro cuando volvamos a nuestras actividades. Debemos pensar que es necesario adoptar decisiones para contar con ciudades más sostenibles a todo nivel”, comenta Carol Mora, directora del Programa de Política y Gobernanza de la SPDA.

Como se recuerda, la Organización Mundial de la Salud señala que la contaminación del aire está relacionada a la muerte de muchas personas y enfermedades a nivel mundial.

Incluso, una investigación de la Universidad Martín Lutero de Halle Witternberg, en Alemania, indica que las ciudades con mayor contaminación del aire han registrado un gran número de contagiados y fallecidos por coronavirus.

Pese a las mejoras y posibles nuevas tendencias en la ciudadanía en cuanto al cuidado ambiental, Mora asegura que es muy probable que el cuidado del aire no vuelva a ser prioridad.

“Es un momento oportuno para considerar cómo usar los paquetes de estímulo económico y apoyar un cambio a largo plazo donde las actividades económicas dialoguen con el enfoque ambiental. Hay que recordar que en 2019 se aprobó el Protocolo Nacional de Monitoreo de la Calidad Ambiental del Aire”, concluye.

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