- La conferencia internacional Our Ocean 2023 dio espacio al trabajo colaborativo para la reducción de la pesca ilegal y el incremento de la formalización de pescadores artesanales.
- Además, se destacó el trabajo conjunto de nueve organizaciones de Perú y Ecuador en el proyecto “Por la Pesca”, con el que se busca generar cambios duraderos para las y los pescadores, sus familias, la sostenibilidad de las pesquerías y la seguridad alimentaria.
Las poblaciones de peces no conocen de límites, de 200 millas o de zonas económicas exclusivas, donde un Estado puede explorar y aprovechar los recursos marinos. Por el contrario, muchas de las especies más importantes para la pesca peruana, como el calamar gigante (conocido como pota) o el perico, son transzonales; es decir, las podemos encontrar también en países vecinos, como Ecuador, donde son también aprovechados.
Por ello, una gestión sostenible de las pesquerías requiere una mirada regional que promueva el trabajo articulado con los diversos actores de la cadena productiva. Bajo este enfoque, en el marco de la conferencia Our Ocean 2023, se presentó la charla “Proyecto Por la Pesca, la importancia de la colaboración para abordar pesquerías regionales”, con el objetivo de visibilizar los avances y retos para las pesquerías de pota y perico en Perú y Ecuador.
En el evento, realizado en Panamá, la viceministra de Pesca y Acuicultura de Perú, Desilú León, destacó la importancia de las pesquerías de perico y pota para nuestro país. Sobre la primera mencionó que “en los últimos 7 años se han tenido alrededor de 44 mil toneladas en desembarques, lo que representa más de 28 mil puestos de trabajo, más de 11 mil pescadores beneficiados y más de 91 millones de dólares en generación de divisas. Por su parte, la pesquería de pota ha tenido alrededor de 450 mil toneladas en desembarques, generando 17 mil puestos de trabajo y 500 millones US$ en exportaciones”.
A su turno, el viceministro de Acuacultura y Pesca de Ecuador, Andrés Arens, enfatizó que el desarrollo de su país debía hacerse “mirando al mar” y apuntando a la sostenibilidad. Para ello, este país aprobó en el 2022 el Plan de Manejo del Dorado (perico), donde se incluyen ejes como la investigación, el control y vigilancia y sobre todo, la cooperación regional. Asimismo, el viceministro indicó que “particularmente con Perú estamos en conversaciones para renovar y ampliar la cooperación que ya existe y tener un capítulo especial sobre la administración y ordenamiento del dorado (perico) (…) porque los esfuerzos unilaterales nunca serán suficientes, sobre todo en el caso de especies transzonales o altamente migratorias”.
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Asimismo, los representantes de las organizaciones pesqueras de Perú y Ecuador destacaron la importancia de la colaboración para fortalecer a sus organizaciones y participar activamente de la gestión de las pesquerías.
Elsa Vega, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal de Perú (Sonapescal), relató cómo su organización surgió en medio de la crisis del COVID 19, como una respuesta a la falta de atención por parte de las autoridades y con el objetivo de representar la voz de los pescadores artesanales. “Hoy me enorgullece decir que Sonapescal agrupa a las siete organizaciones más importantes del país, de Piura y Lambayeque, que representan a más de 1 700 embarcaciones que dan trabajo directo a 11 mil pescadores tripulantes, que aportan cada año 60 millones de kilos de pota y perico para contribuir con la seguridad alimentaria del país”.
Asimismo, Vega enfatizó que su organización estaba comprometida con la formalidad y que uno de sus principales objetivos era lograr que toda la flota de Sonapescal esté formalizada al 100% al 2024, por lo que exhortó a las autoridades a acelerar los procesos de formalización y fortalecer la fiscalización en los muelles para evitar la sobrepesca.
Por su lado, George Pinto, presidente de la Asociación de Producción Pesquera de Armadores de Manta – Ecuador (ASOAMAN), también destacó los logros alcanzados gracias al trabajo colaborativo y las alianzas. “Hoy trabajamos unidos como un puño. Nuestro gremio está conformado por alrededor de 89 embarcaciones nodrizas y de 700 lanchas artesanales. Y en nuestra cadena productiva beneficiamos aproximadamente a 20 mil personas. Además, gracias a diversas alianzas, nos hemos capacitado y hemos conseguido implementar un Proyecto de Mejora Pesquera [FIP por sus siglas en inglés], siendo la única organización pesquera que lidera un FIP en Latinoamérica”, precisó.
Por el lado del sector privado, Alfonso Miranda, presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la Sociedad Nacional de Industrias de Perú, informó sobre la contribución realizada por los gremios empresariales al ordenamiento pesquero de la pota. “En el 2018 nos juntamos con nuestros pares de Ecuador, Chile y México, para dirigirnos a la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (OROP-PS) y empezar a hablar, por primera vez, de la situación del calamar gigante. Así surge Calamasur, que actualmente está estudiando el stock poblacional de esta especie y está trabajando otras medidas para controlar los trasbordos (…) La clave es encontrar esos puntos comunes, que nos interesan a todos, como la conservación de nuestras especies”, puntualizó.
Finalmente, Bruno Monteferri, abogado de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental y director técnico del proyecto Por la Pesca, destacó la importancia de organizaciones como Sonapescal y ASOAMAN, que agrupan a organizaciones pesqueras y constituyen un interlocutor clave y legítimo para la formulación de políticas en favor de la pesca, pero también para canalizar las demandas y propuestas de las y los pescadores. Asimismo, recalcó la necesidad de trabajar planes a largo plazo, que trascienda los gobiernos y permitan continuidad, y el rol de la industria como promotor de la innovación y dinamismo.
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