Desde la semana pasada, diversos incendios forestales se han registrado en el norte del país, afectando zonas de cultivo, pastizales, áreas naturales protegidas, entre otros. Solo en Cajamarca, según el gobierno regional, se han reportado 32 incendios.
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) informó que una de las zonas afectadas es el Parque Nacional de Cutervo, a donde incluso han llegado guardaparques especializados de diversos lugares del país para detener el fuego.
Ante ello, el Estado ha declarado en emergencia (Ver documento) a diversos distritos de Lambayeque y Cajamarca con el fin de facilitar la “adopción de medidas urgentes e inmediatas”. Según la norma, los distritos comprendidos en esta declaratoria de emergencia son Incahuasi y Cañaris, de la provincia de Ferreñafe; y el distrito de Salas, de la provincia y departamento de Lambayeque, así como San Andrés de Cutervo y Querocotillo, de la provincia de Cutervo; y el distrito de Querocoto, de la provincia de Chota, en Cajamarca.
Además, se dispone la coordinación técnica y seguimiento del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), y la participación de los ministerios de Agricultura y Riego, de Salud, de Vivienda, Construcción y Saneamiento, así como los de Defensa e Interior.
Según informa RPP, otro incendio forestal afecta también a tres distritos de la provincia de Pallasca (Áncash), el cual ha dejado hasta el momento más de cinco mil hectáreas de pastizales y sembríos quemados, decenas de animales muertos, 14 familias damnificadas y una persona con quemaduras graves.
“Incendios se pueden prevenir y controlar mejor”
José Luis Capella del Programa Forestal de la SPDA, señaló que la propagación de estos incendios forestales son el resultado de la falta de planificación y ejecución de diversas acciones que los prevengan ya que las autoridades habían sido advertidas (ver comunicado de Pronaturaleza) y no hubo una respuesta adecuada.
“Desde el año 2001 existe el mandato del reglamento de la anterior Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley 27308) de crear un Sistema Nacional de Prevención y Control de Incendios y Plagas Forestales, además de un Plan y otros instrumentos que quedaron sólo en el papel (artículos 28 al 31 del Reglamento de la Ley 27308). Pese a ello, hasta hoy no contamos con un sistema o algo que se le parezca a un plan nacional, menos en los ámbitos subnacionales”, explicó.
El especialista indicó además que “ahora, con la Ley 29763, Ley Forestal que entró en vigencia el año pasado y sus reglamentos, el tema de incendios y quemas ha quedado subsumido dentro del Plan Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, otra vez sin haberlo priorizado. Siguen pasando los años sin que este tema se ponga como prioridad pública”
Algunos sectores involucrados, agregó Capella, son Agricultura y Riego (a través del Serfor, ente rector del sector forestal que posee competencias específicas) y Ambiente, por la relación con áreas naturales protegidas, también la PCM, que tiene a su cargo el tema de desastres, otros sectores son Interior y Educación, y los Gobiernos Regionales.
“Un nivel de planificación y gestión clave es el de las áreas naturales protegidas, en donde no se evidencia un trabajo consistente de prevención, aun cuando se resalte que los pocos funcionarios públicos expertos en incendios forestales provienen del Sernanp (principalmente del Santuario Histórico Machu Picchu)”, resaltó.
Capella dijo además que, en el lado de la ejecución, el sector más importante con el que hay que trabajar es el agropecuario dado que “de la mala quema de pastos y pastizales (en tiempo donde no debería quemarse y menos con técnicas inadecuadas) surgen la mayoría de los incendios forestales”, pese a ello, “en las políticas y planificación agraria, los temas vinculados a incendios forestales brillan por su ausencia”.
“El Estado necesita mecanismos de comando-control efectivos y eficaces para hacer cumplir las alertas en épocas propicias para la expansión del fuego, como ha pasado este año. De nada sirve la información y las imágenes satelitales si ellas no se traducen en acciones concretas, en campañas de prevención y concientización, en protocolos de intervención adecuados, en sanciones efectivas cuando exista dolo o culpa grave al inicio de los incendios, en resumen en un conjunto de acciones que nos preparen mejor para estas circunstancias”, concluyó.
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