Aymee Pillaca Leguía, de 21 años, es el nombre de una boxeadora que en noviembre pasado fue a Madre de Dios para “trabajar” en un bar ubicado en La Pampa, uno de los mayores centros de minería ilegal en la región, pero jamás regresó a su hogar ubicado en Lima, precisamente en La Victoria.
Según informa La República, la joven habría sido captada por una red de trata de personas que explota sexualmente a mujeres en bares como “La rica miel”, lugar a donde –según testigos– Aymee había llegado para dedicarse a acompañar a clientes que consumían licor. El afán de la joven era juntar dinero para mantener a su hija de 4 años.
La boxeadora fue a Madre de Dios por recomendación de Alexander Chávez Véliz, quien le aseguró tener un familiar que tenía bares en La Pampa (kilómetro 107 de la carretera Interoceánica), el más grande sector de minería ilegal en Madre de Dios que hasta el momento no ha sido erradicado, pese a constantes operativos de interdicción.
MÓVIL DEL CRIMEN
El mes pasado, los familiares de Aymee llegaron a La Pampa, pero aseguran que solo recibieron amenazas de muerte por parte de personas que trabajan como “seguridad” de los mineros. Y cuando fueron a poner la denuncia ante la Policía Nacional, les respondieron: “¿Tienen plata?” “Eso es tierra de nadie. No podemos entrar sin seguridad”.
Testigos han contado que Aymee, quien se comunicó con sus familiares por última vez el 10 de enero, sí llegó a trabajar en el prostibar “La rica miel”, acompañando clientes. Sin embargo, los criminales la pusieron en la mira por ayudar a escapar una niña de 15 años que estaba siendo explotada sexualmente en el lugar. Aymee logró embarcar a la menor en un bus rumbo a Cusco, pero regresó a La Pampa para buscar a Alexander Chávez y de ahí no se sabe más.
Los testimonios anónimos recogidos por La República, aseguran que ambos fueron asesinados por por tratantes de personas y sus cuerpos habrían sido abandonados a la altura del kilómetro 98 de la Interoceánica.
La familia de la boxeadora asegura además que no han recibido el inmediato apoyo de las autoridades como la Policía o el Ministerio Público. Solo después de la intervención de la Defensa Pública de Víctimas y del informe periodístico, recién el pasado 3 de marzo Fiscalía contra la Trata de Personas de Madre de Dios asumió el caso.
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