- En abril, familias iban a ser trasladas a Argentina para un tratamiento de desintoxicación pero las medidas contra la pandemia postergaron este proceso hasta nuevo aviso. Ahora, por la carencia de alimentos en la capital, piden regresar a la ciudad contaminada.
Antes de la llegada del coronavirus a nuestro país, diversas familias de Cerro de Pasco llegaron a Lima para acampar frente al Ministerio de Salud (Minsa) con el fin de reclamar atención para sus hijos contaminados con metales pesados. Los menores presentaban altos niveles de plomo, arsénico y mercurio en la sangre.
Según un informe de Cuarto Poder, estas familias aún continúan en la capital, pero viviendo a merced de la caridad porque, al igual de a miles de peruanos, la cuarentena también los ha impactado económicamente y ahora piden apoyo para regresar a su ciudad pese a que informes médicos les han recomendado no regresar a dicho lugar contaminado.
Según cifras oficiales del 2018, en el país existen 3233 personas afectadas por la contaminación de hasta 14 metales pesados en la sangre. De ese número, 2670 personas tienen entre 0 y 11 años de edad.
Ese mismo año, señala Cuarto Poder, especialistas de España y Portugal realizaron una investigación médica en centros poblados de la región Pasco expuestos al impacto de la extracción minera y encontraron altos niveles de aluminio, arsénico, hierro, zinc y plomo en la sangre de un importante número de niños.
“El problema de los metales pesados es que afecta diferentes órganos y sistemas. En el plomo, específicamente, puede afectar el sistema nervioso, desde el cerebro hasta los nervios. Y puede afectar la parte cognitiva. En intoxicaciones agudas puede producir edema cerebral y muerte”, explica Daniel Koc, jefe del Instituto de Salud del Niño.
Ante la pregunta sobre si los niños afectados por metales pesados podrían sanarse, Koc dijo que esa es una respuesta muy difícil pero “si no hacemos nada y el paciente continúa en exposición, sí estamos cometiendo un pecado, realmente”.
¿Cuál fue la respuesta del Estado?
Luego de las protestas que llamaron la atención nacional, el Estado se había comprometido a enviar a las personas afectadas a Argentina para un tratamiento de desintoxicación. El viaje estaba programado para el 13 de abril, pero las medidas dictadas para evitar la propagación del coronavirus paralizó la gestión.
Sin embargo, el viceministro de Trabajo, Juan Carlos Resquejo, dijo que la atención se dará porque “es ya es una decisión tomada” y “vamos a cumplir escrupulosamente los acuerdos que hemos tenido con ellos en todos los temas”.
Mientras este proceso vuelva a su curso, las familias informaron que viven en casas alquiladas o lugares que les han proporcionado algunas personas de buena voluntad. Sin embargo, los problemas económicos los han forzado a tomar medidas más drásticas, como regresar a la ciudad contaminada.
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“No solo el COVID-19 es una enfermedad mortal. También los metales son mortales”, dice Simeón Martín, padre de niña afectada por metales pesados.
“[Vivir en la contaminación] es triste, es horrible, como si ahí hubiese estallado una bomba nuclear. Prácticamente es doloroso vivir en Cerro de Pasco. Es triste para nosotros los peruanos tener que vivir con esa calidad de vida”, agrega.
Las familias afectadas aseguran que el Instituto de Salud del Niño de San Borja solo les da antibióticos, antinflamatorios y analgésicos para sus hijos. Según Daniel Koc este apoyo se da porque no tienen la especialidad de Toxicología Clínica y solo tienen a una persona con dicha especialización en el centro.
Hasta el momento, las familias aseguran que solo algunos han recibido el bono de 380 soles que el Estado está entregando para las personas más vulnerables. Por ahora viven en la incertidumbre y esperan una pronta atención.
Mira el reportaje de Cuarto Poder:
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