Son especies de planta adaptadas al agua salada y el principal objeto de conservación del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes (SNLMT), que esta semana está de aniversario y protege el mayor bosque de manglar del país. Los pescadores artesanales del santuario protegen y preservan las cinco especies de manglar que habitan el ANP, pues en estas plantas viven y crecen sus recursos pesqueros.  

Características 

El SNLMT protege 5 de las más de 50 especies de mangle: el mangle rojo (Rhizophora mangle), colorado (Rhizophora harrisonii), blanco (Laguncularia racemosa), salado (Avicennia germinans) y el mangle piña (Conocarpus erectus). Dependiendo de la especie, pueden medir hasta 20 metros. Son plantas adaptadas a vivir en suelos salinos y anegados y, al coexistir en el mismo espacio, forman un bosque de manglar. 

Este ecosistema se desarrolla en climas tropicales y subtropicales, por ello, en Perú, los bosques de manglar están en Tumbes y en la parte norte de Piura. Pueden crecer en las zonas intermareales gracias a sus raíces que se adaptan a la variación del nivel del agua y la salinidad. 

Servicios ecosistémicos 

Los manglares son barreras naturales que protegen la costa de tsunamis, huracanes y erosión, además de disminuir la fuerza de las olas y estabilizar los sedimentos. Además, son filtrantes y purificadores de agua; su adaptación al agua salada les permite retener sedimentos y contaminantes.  

Como todo bosque, los manglares reciclan materia orgánica y nutren ecosistemas aledaños, como arrecifes de coral y pastos marinos y son refugio para aves migratoria, reptiles, anfibios y mamíferos. En Perú, destaca la presencia de cocodrilos, flamencos y mamíferos endémicos como el osito manglero. 

Sin embargo, según el Plan Maestro del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, el principal servicio ecosistémico es el “secuestro y almacenamiento del carbono azul”. Al realizar fotosíntesis, los manglares absorben carbono y lo incorporan a su biomasa. Pero lo más importante es que pueden acumularlo bajo tierra. Los bosques de manglar capturan entre 3 y 4 veces más carbono que otros ecosistemas y, si estas plantas no son perturbadas, el carbono puede permanecer bajo tierra durante siglos. 

Valor cultural y usos 

Los manglares también son proveedores de recursos hidrobiológicos. En estas plantas se reproducen y viven moluscos como la concha negra, la concha huequera y pata de burro; y crustáceos como langostinos y el cangrejo rojo de manglar. La extracción de estos recursos, especialmente de la concha negra y del cangrejo de manglar, son actividades tradicionales que se desarrollan en el bosque de Tumbes desde antes del establecimiento del santuario. 

Para un aprovechamiento sostenible de los recursos, los pescadores han tomado acuerdos de conservación con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp). Estos incluyen límites de extracción y vedas. Para diversificar las actividades económicas e intensificar el respeto a estas medidas, los pescadores promueven el ecoturismo dentro del manglar, que incluye recorridos en bote, avistamiento de fauna y caminatas en la playa. 

Amenazas y conservación 

Los ecosistemas de carbono azul están amenazados por la deforestación, el cambio de uso de suelo, la contaminación y otros peligros. En el caso de los manglares, los bosques son talados para construir piscigranjas donde se realiza acuicultura, principalmente, de langostinos. 

Al deforestarse, los manglares liberan el carbono secuestrado. Esto representa el 19 % de emisiones provenientes de la deforestación, según el Sernanp. 

Junto al Sernanp, las comunidades que realizan actividades dentro del manglar, organizadas en el Consorcio Manglares del Noroeste del Perú, realizan acciones para la protección y conservación de este ecosistema. Actualmente, se lleva a cabo acciones de monitoreo de recursos hidrobiológicos, fortalecimiento de las capacidades turísticas y de gobernanza, entre otros.