- Tres expertos analizan algunos aspectos sobre este proyecto que pretende construir una ciudad sostenible que sumaría a la capital un 60% de áreas verdes.
Por Luis Chacón / lchacon@spda.org.pe
Hace unos días, el presidente de la República, Pedro Castillo, visitó la Ciudad Bicentenario ubicada en el distrito de Ancón, una propuesta que plantea la construcción de 32 500 viviendas sobre más de ocho mil hectáreas al norte de Lima. Esta iniciativa incluye otros proyectos como el Parque de la Ciencia y un Jardín Botánico, ubicados en una zona destinada exclusivamente para áreas verdes.
Según informa el Ministerio del Ambiente (Minam), en esta franja verde se plantea la forestación productiva y paisajística de 2000 hectáreas, generando un corredor forestal de hasta 12 kilómetros, lo que permitirá “una transición amigable y un amortiguamiento adecuado entre los usos urbanos y los ecosistemas de lomas costeras”, lo que permitiría un incremento de la cobertura vegetal metropolitana en un 60% del área verde actual.
El lugar donde se pretende concretar esta propuesta de ciudad sostenible está ubicado en el área donde se tenía planificado crear el Parque Ecológico Nacional Antonio Raimondi (PEPENAR), un proyecto galardonado en la edición 2016 de la “Bienal de Arquitectura, Urbanismo y Artes del Perú”, en la categoría “Diseño urbano”.
La historia del espacio donde se planteó la creación del PEPENAR data de 2010, con la creación del Parque Ecológico Nacional, mediante el Decreto Supremo 013-2010-MINAM, con objetivos científicos y, sobre todo, de protección a los ecosistemas, tal como narra Alfredo Gálvez, del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
“El principal objetivo fue proteger el ecosistema de lomas de la costa central peruana. Otro objetivo importante era promover una investigación científica para un aprovechamiento racional del ecosistema y la recreación, turismo y educación ambiental”, indica Gálvez.
¿Por qué no se apostó por el PEPENAR?
A diferencia del PEPENAR, y por la información compartida por el Minam, Ciudad Bicentenario plantea una nueva área de Lima de usos mixtos con todos los servicios de equipamientos y respetando las áreas de valor natural como Las Lomas y habilitando nueva naturaleza dentro del espacio urbano.
Para Anna Zucchetti, directora de Periferia, organización peruana especializada en soluciones urbanas con un enfoque ecológico, el Parque Ecológico Nacional Antonio Raimondi (PEPENAR) no tenía una estrategia de financiamiento ni de gestión para que sea realidad.
“Considerando que todo Lima metropolitana tiene 3 mil hectáreas de verde urbano, que es difícil de mantener, porque somos una ciudad con muy poca agua. Entonces, mantener un parque urbano de 8 mil hectáreas es inviable. Consideremos que el parque más grande de Lima, el Sinchi Roca de Comas, tiene 40 hectáreas. La escala del parque PEPENAR tenía una escala de territorio y totalmente inviable”, menciona Zucchetti.
Según recuerda Alfredo Gálvez, tras la adjudicación del terreno al Minam, se conformó un comité de gestión en donde también participaban los ministerios de Vivienda, Defensa (por ser responsable de una parte del espacio), Turismo, Agricultura y Comercio exterior. El plan del PEPENAR tuvo una vigencia de seis años, “se lograron algunas cosas de diseño, pero desafortunadamente este proyecto quedó en stand-by (…) Hay estudios del ecosistema de lomas, pero por los cambios de gobiernos no hubo la idea del parque”.
¿Es viable el proyecto?
Liliana Miranda, directora de “Foro Ciudades por la Vida”, considera que la viabilidad del proyecto Ciudad Sostenible dependerá del presupuesto que se le otorgue, pues “existe una dependencia del presupuesto público para la construcción de viviendas y la reforestación”, así como del sector privado “para el tema de la construcción del parque industrial y demás equipamiento logístico (estaciones de tren o metro entre otros)”.
Sin embargo, Miranda también cuestiona “la intención de construir una nueva ciudad cuando se podría también hacer regeneración urbana en la ciudad actual, ya existente, invirtiendo para proporcionar viviendas de interés social a comunidades en riesgo muy alto o riesgo recurrente, la cual no significaría tanto costo en infraestructura”.
Anna Zucchetti, considera que si bien se trata de un proyecto ambicioso con una gobernanza completa, se han realizado todos los trámites para “promover la inversión privada en un área extensa del parque industrial que daría viabilidad a toda la operación”. Asimismo, añade que cada ministerio ha elaborado un plan y creado su hoja de ruta bajo la coordinación del Minam, además de organizar la sincronicidad de las programaciones de los distintos sectores.
“El parque industrial se habilitará con inversión privada y hay 13 postores. La franja verde también se habilitará con inversión privada. Se propone un proyecto productivo de cultivo de tara con agua residual tratada. El terreno está ubicado estratégicamente al costado de la Panamericana Norte. Tiene conexión y se espera que la nueva ciudad tenga la movilidad resuelta tanto en relación metropolitana como internamente”, indica la experta.
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Para Alfredo Gálvez, la construcción de la Ciudad Bicentenario sí genera cierta preocupación, pues desnaturalizaría el objetivo original del PEPENAR. A esto se suman los antecedentes relacionados a la Ley 29767, que declara la intangibilidad de la bahía Ancón, que cubre parte del parque ecológico y que generó la intervención del Minam y del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
“Sobre lo que ha comunicado el Minam, me parece bien el tema de la conservación de las lomas costeras, pero lo que personalmente me genera dudas es el tema del desarrollo urbano porque, como hemos podido ver, hay ecosistemas muy frágiles (lomas). Si se pretende desde el Minam ejecutar un proyecto de tal envergadura, deben existir los elementos y estándares ambientales suficientes para no generar un mayor impacto de lo que ya implica la presencia humana ahí”, precisa Gálvez.
Respecto a los estudios realizados para la ejecución de Ciudad Bicentenario, Liliana Miranda asegura que en los últimos años se han presentado varios que garantizan la franja verde tanto en el tema de forestación productiva como su viabilidad paisajista, demás del tratamiento y la reutilización de aguas residuales que permitan irrigarla en verano y, en invierno, se podría usar tecnologías que capturen la neblina.
Anna Zucchetti coincide con la información brindada por el Minam y la información sobre el plan multisectorial. Según la especialista, se han hecho estudios de suelo, agua, topografía, de riego, de geomorfología en el espacio donde se busca que sea la franja verde y también el Parque de la Ciencia y el Jardín botánico.
Precisamente, sobre el Parque de la Ciencia, Alfredo Gálvez considera que es un aspecto positivo, pues sí estaba contemplado en el Parque Raimondi. No obstante, el experto de la SPDA considera que la idea de construir 32 mil viviendas requiere de mayores estudios sobre la microzonificación del área de terreno, la revisión de la capacidad de carga (ver el tema de agua y desagüe) y que no haya un conflicto con la ley de intangibilidad de la bahía de Ancón.
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El tema de las municipalidades
Debido a su gran extensión, el espacio en el que se construiría Ciudad Bicentenario abarca los distritos de Ancón, Santa Rosa, Carabayllo y Puente Piedra, por lo que el trabajo de los municipios será de gran importancia, empezando por la labor de la Municipalidad de Lima.
“Es clave que el proyecto de Ciudad Bicentenario se integre al plan de desarrollo concertado, al plan de desarrollo urbano metropolitano de Lima y a los planes distritales de las áreas que competen. Y, además, que las fuerzas vivas organizadas de esos distritos estén informadas y participen en toda la gobernanza del proyecto. Ciudad Bicentenario es una extensión de sus distritos y es importante que sea una oportunidad para mejorar la infraestructura de esa zona de Lima norte que tiene severas carencias”, plantea Zucchetti.
No obstante, la representante de Periferia considera que el ámbito municipal es una de sus debilidades, pues al ser un proyecto concebido desde el gobierno nacional, ha habido un rol limitado de los gobiernos locales, por lo que considera urgente la integración a los planes a futuro entre alcaldes y funcionarios responsables.
Liliana Miranda señala que es trascendental la labor municipal “en la vigilancia y control urbano para evitar la invasión de estos terrenos, pero también para presentar y mantener estos espacios verdes”.
Recientemente, se negó la implementación de una ordenanza de la Municipalidad de Lima que, según varios ministerios, colectivos y expertos en urbanismo, ponía en riesgo el proyecto Ciudad Bicentenario, pues habilitaba una zona residencial en la quebrada Río Seco y pondría en riesgo la vida de futuros residentes, así como el trazado del Parque Industrial de Ancón y la franja verde.
¡Lo logramos!
FRENAMOS Ordenanza que habilitaba construcción residencial y comercial en Quebrada Rio Seco.Esto arriesgaba la vida de futuros residentes, arriesgaba $760 millones de inversión pública y afectaba 12 km de forestación para Ancón.
¿Quien se beneficiaba?
Abro pic.twitter.com/T8OjVr6a0L— Carlo Angeles (@Carlo_Angelesm) September 3, 2021
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