Aplicaciones usadas por surfistas pueden prevenir impactos de oleajes anómalos
- Aplicaciones como Surfline, Surf Forecast y Stormsurf son utilizadas por tablistas peruanos para monitorear los oleajes y correr las mejores olas.
- Surfistas proponen compartir este conocimiento con pescadores, sector turístico y comunidades costeras para mejorar la preparación ante oleajes extremos.
martes
11 de febrero, 2025

Daniel Contreras Zuloaga / dcontreras@spda.org.pe
A fines de diciembre de 2024, un maretazo excepcionalmente fuerte golpeó a la costa peruana. El oleaje, considerado como el más destructivo en al menos 30 años, dejó 91 puertos cerrados temporalmente, destruyó el muelle artesanal de El Ñuro (Talara), causó daños en el malecón turístico de Máncora, dejó a alrededor de 3 mil pescadores sin trabajo y generó grandes pérdidas económicas en el sector de hoteles y restaurantes costeros.
“Sabíamos que iba a estar grande”, dice Carlo Grigoletto, surfista y especialista en turismo y desarrollo del litoral. “Monitoreando cómo entraba el oleaje desde Hawái, vimos que realmente venía un oleaje bastante grande, fuera de lo común. Incluso, playas como Cabo Blanco estaban imposibles de surfear porque el mar ya estaba muy grande”, añade.
“Cuando vemos tormentas o crecidas, apenas entran en Hawái sabemos que faltan 7 días para Perú, independientemente del período o la potencia”, explica el también surfista Gonzalo Barandiaran, quien regularmente publica en su cuenta de Instagram pronósticos sobre tormentas y oleajes en el Perú.
En el caso de esta tormenta, los modelos mostraban características extremadamente fuera de lo común, con vientos de hasta 60-65 nudos, períodos de ola de hasta 25 segundos y alturas de ola en alta mar superiores a los 15 metros.
“Ya sabíamos que venía algo especial: por eso la llamé ‘la tormenta perfecta’”, comenta Barandiaran.
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Eligiendo la ola perfecta
Para asegurarse de conseguir las mejores olas, los surfistas de todo el mundo utilizan aplicaciones o sitios web como Surfline, Stormsurf o Surf Forecast, que les permiten monitorear en tiempo real las condiciones del oleaje, la altura de las olas, la dirección del viento, las mareas y los pronósticos meteorológicos.
Por ejemplo, a través de su modelo patentado de olas LOTUS, Surfline ofrece pronósticos para más de 1000 spots de surf en todo el mundo. Este modelo integra batimetría de alta resolución, aprendizaje automático y más de 25 años de datos históricos para predecir condiciones cercanas a la costa. En 2018, Surfline se convirtió en el pronosticador oficial de la World Surf League (WSL).
Por su parte, Stormsurf se dirige a surfistas expertos con pronósticos detallados para condiciones extremas. Esta plataforma, fundada en 1998 por el meteorólogo Mark Sponsler, fue pionera en pronósticos localizados al combinar datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) con modelos internos perfeccionados por décadas de experiencia en surf de olas grandes.
“Personalmente uso tres aplicaciones: Stormsurf, Surfline y Windguru”, cuenta Grigoletto. Todas estas plataformas son gratuitas, aunque Surfline y Windguru también cuentan con versiones de pago.
“Incluso existen aplicaciones peruanas como Mis Olas y Surf Place”, señala el surfista.
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Grigoletto explica que existen cinco variables principales a las que los surfistas prestan atención para decidir qué ola correr: el tamaño de las olas (tanto en alta mar como en la costa), el período (tiempo entre olas, donde uno mayor indica oleaje más organizado y grande al llegar a la orilla), la dirección del oleaje (por ejemplo, en Punta Hermosa a Caballeros le convienen oleajes del sur, mientras que a Señoritas oleajes del oeste), las mareas (relacionadas con el ciclo lunar) y la dirección del viento.
Aplicaciones como Surfline pueden predecir todas estas variables con un grado de precisión relativamente alto en un margen de 7 días (su reporte gratuito ofrece un pronóstico a 5 días, mientras que la versión premium 16 días).
“Una semana antes puedes confiar plenamente en las previsiones. No son 100% exactas, pero lo que sí te marca es la tendencia. Si el reporte para 3 o 4 días te dice que la ola va a ser de 4 metros, puede ser que luego sea de 3.80 metros o 4.20 metros, pero ya sabes que el mar va a estar grande”, comenta Grigoletto.
Cuando lideraba una empresa de turismo de olas, Grigoletto también utilizaba Surfline para ofrecerle un mejor servicio a sus clientes.
“Veía estas previsiones 2 o 3 veces al día. Llegaban los turistas, y siempre querían ir directo a Chicama porque es la ola más larga del mundo. Pero yo les decía: ‘Mira las previsiones. Vayamos primero a Pacasmayo y al tercer día a Chicama, donde las olas estarán mejores. Así te divertirás más’”, recuerda.

Olas y ciencia ciudadana
“Hay muchas aplicaciones disponibles, son fáciles de leer y están accesibles para todos. Esta información podría ser bastante útil para prevenir algún desastre relacionado con el mar”, dice Grigoletto.
Gonzalo Barandiaran concuerda con él. Apasionado por las olas desde que tiene uso de razón, Surfline ha sido su principal recurso desde hace 25 años, aunque utiliza Stormsurf para realizar sus pronósticos de tormentas.
“Para mí, Surfline es la mejor fuente de predicción de oleajes disponible. Es muy precisa, aunque a veces necesita ajustes locales. Por ejemplo, puede predecir un tamaño, pero alguien en la zona debe confirmar si fue más grande o pequeño”, dice el surfista, quien ya en los años 90 tenía un servicio de FAX que desde Hawái le alertaba sobre crecidas importantes.
“La herramienta en sí es accesible para cualquiera, y puede ser especialmente útil para quienes están más expuestos a los efectos del mar y oleajes anómalos, como los pescadores. También es útil para que quienes tienen casas, restaurantes u hoteles cerca de la playa puedan tomar sus precauciones”, señala.
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Pese al potencial de estas aplicaciones para la prevención de eventos anómalos como oleajes, tanto Grigoletto como Barandiaran reconocen que esta información suele limitarse a la comunidad surfer.
“Toda esta información está disponible gratuitamente, solo hay que empezar a difundirla y aprender a utilizarla e interpretarla para evitar los riesgos”, dice Grigoletto.
Para él, cualquier surfista con años de experiencia y que sepa leer las previsiones podría compartir qué significan estos datos.
“La ciencia ciudadana es ese conocimiento empírico que la gente tiene y que se puede transmitir. Por ejemplo, los surfistas que llevamos muchos años en esto hemos aprendido a leer y mirar estas previsiones sin ser oceanógrafos. El hecho de estar pendientes leyendo estas previsiones, y luego comparándolas con la realidad cuando vas a la playa, genera un conocimiento legítimo sobre este tipo de herramientas”, afirma Grigoletto, quien sugiere difundir este conocimiento a través de campañas de comunicación o los propios surfistas.
“Nosotros, los surfistas, estamos acostumbrados a monitorear las olas diariamente. Es parte de nuestro día a día”, complementa Barandiaran. “Podemos contribuir compartiendo información sobre estos fenómenos. Conocemos bien las temporadas y patrones de oleaje. Por ejemplo, sabemos que diciembre y enero son meses activos para Cabo Blanco, y que casi siempre hay oleajes del norte cerca de Navidad”, explica.
Ambos surfistas creen que existe una oportunidad para integrar a los surfistas con comunidades relevantes como los pescadores y cámaras de turismo, a través de talleres o charlas.
“Sé que ya hay muchos pescadores que leen estos reportes, y algunos surfistas, incluyéndome, les han enseñado, pero ha sido bastante informal, entre amigos”, comenta Grigoletto. “Estoy completamente seguro de que la comunidad surfer está dispuesta a difundir este conocimiento. Solo hacen falta líderes que lo organicen”, enfatiza.

Coordinación ante oleajes extremos
Grigoletto y Barandiaran coinciden en que para prevenir futuros desastres relacionados con oleajes extremos se necesita una estrategia que involucre a las instituciones y comunidades de la costa, como la Marina, los pescadores, surfistas y el sector turístico.
“Estos grupos podrían coordinar para que durante el período de riesgo (de noviembre a marzo), se monitoreen permanentemente los oleajes”, propone Grigoletto. “En el norte del país, sería ideal que al menos una vez por semana durante la temporada alta se evalúe cómo está el mar”, añade.
El surfista también sugiere que las cámaras de turismo, municipalidades y gremios de pescadores estén preparadas para recibir y difundir estas advertencias.
Por su parte, Barandiaran resalta la necesidad de mejorar la comunicación y coordinación entre comunidades costeras, autoridades y surfistas.
“No solo la Marina debe responsabilizarse; los alcaldes costeros también deben monitorear estos eventos, y los gobiernos locales deben difundir las alertas para que se tomen en serio”, señala. “Creo que, si trabajamos juntos (surfistas, pescadores, autoridades y medios locales), las próximas veces que ocurran oleajes de gran tamaño las pérdidas pueden ser mínimas”, concluye.
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