- Especialista señala que no existe ningún sustento para el proyecto. Además, autoridades no cumplen con transparentar información de la obra.
Por Ximena Mejía / xmejia@spda.org.pe
La Municipalidad Provincial de Chiclayo inició el 23 de mayo un proyecto de remodelación de vereda y adquisición de mobiliario en la avenida José Balta, ubicada en el centro histórico de la ciudad. Para el desarrollo de la obra será necesario la remoción de 42 árboles “que ya han cumplido su ciclo de vida”, según el expediente con código de infobras 156589.
Pese a que el Colegio de Arquitectos, la Dirección Desconcentrada de Cultura y la Fiscalía del Medio Ambiente de Lambayeque emitieron un informe advirtiendo sobre los riesgos de la obra, el municipio no consideró la opinión de dichas instituciones.
Dentro de las observaciones, detallan que el expediente de la municipalidad no contempla el saneamiento básico (buzones de agua y desagüe de los domicilios en frente) y la Declaración de Impacto Ambiental no está completa.
Evelyn Guerrero López, ciudadana de Chiclayo, cuenta que, hasta el momento, están dejando los árboles pero están quitando las ramas y las hojas. Además, dijo que han solicitado información a la comuna sobe el futuro de estos y dónde serían trasplantados pero no han tenido respuesta.
«Como somos ciudadanos independientes no nos brindan respuestas, nos han bloqueado de las redes sociales. Solo queremos confirmar el destino de estos árboles, pero nos acusan de promover un tema político», señala en entrevista con Actualidad Ambiental.
El plazo de ejecución del proyecto es de 150 días, es decir, la comuna tiene previsto culminar los trabajos el 19 de setiembre próximo.
Guillermo Gonzales Scheggia, ingeniero forestal, aclara que el proyecto no tiene ningún sustento que valide la remoción de árboles.
«Está demostrado que la remoción de un árbol con más de 20 años no es compensable ni con la plantación de 100 nuevos, por los beneficios que brinda como árbol adulto», comenta.
Para el experto, el procedimiento de la municipalidad no cuenta con los aspectos técnicos necesarios y se pone en riesgo la seguridad de los trabajadores de la obra y de los transeúntes.
«Se deben tener en cuenta la información respecto a los nuevos árboles que se plantarán en reemplazo. Sin un correcto procedimiento técnico el árbol se muere. El árbol trasplantado debe ser adecuado al clima y al espacio urbano», agrega.
Principales consecuencias
Gonzales Scheggia resalta que trasplantar árboles que todavía cuentan con vida útil tiene un impacto directo en la calidad de vida de las personas porque la infraestructura verde mitiga la contaminación del aire. Por lo tanto, las personas podrían presentar problemas respiratorios.
Asimismo, advierte también sobre una posible situación de inseguridad.
«Existe la posibilidad de que ocurra la caída de los árboles trasplantados en el mediano y corto plazo. Recordemos que el lugar es altamente transitable por ser una zona turística y esto pone en riesgo la seguridad de todos», explica.
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