- Ambos mandatarios se reunieron este jueves para estrechar la cooperación fronteriza en todos los planos, incluyendo seguridad y salud, durante un encuentro realizado en la ciudad de Porto Velho, Estado de Rondonia.
- Las políticas ambientales del líder brasileño muestran un claro desinterés por la conservación de los bosques y los recursos naturales, políticas que el Perú busca fortalecer.
La denominada cumbre bilateral entre Perú y Brasil tuvo como objetivo abrir un diálogo para lograr una conexión multimodal, el comercio, la cooperación fronteriza, entre otros temas. Días previos, el presidente Pedro Castillo ya había anunciado que existían demandas comunes en la frontera más grande que tiene el Perú.
El encuentro de este jueves, entre ambos mandatarios, finalizó con un comunicado donde se detallan 36 puntos con las principales conclusiones, entre ellas, estrechar las relaciones en todos los ámbitos y reforzar la “alianza estratégica” con un renovado impulso al intercambio comercial que en el 2021 alcanzó los 4300 millones de dólares.
Asimismo, buscarán promocionar las inversiones mutuas, “trabajar en formas concretas de integración productiva” con énfasis en las pequeñas y medianas empresas, así como la cooperación empresarial y las conexiones terrestres en las zonas limítrofes. “Vamos a tratar temas de defensa, delitos transnacionales, comercio y la más variada cooperación posible. Ese es el espíritu de una buena relación, ambos países tenemos mucho que ganar”, detalló el mandatario brasileño.
Creciente deforestación
En enero, la Amazonía de Brasil alcanzó su nivel de deforestación más alto desde 2015 con alrededor de 360 kilómetros cuadrados, según reveló el 3 de febrero el Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE). Este registro se suma al alcanzado en el 2021 cuando la deforestación creció un 29%, con 10 363 kilómetros cuadrados de bosque nativo destruidos entre enero y diciembre según el INPE. Estas cifras se presentan durante el mandato del presidente Jair Bolsonaro, quien abogó por más minería y agricultura comercial en tierras protegidas de la selva.
En respuesta, los grupos ambientalistas advierten que de continuar con esta tendencia, el 2022 será otro año devastador para la Amazonía brasileña. Desde que Bolsonaro asumió el cargo en el 2019, la deforestación ha recobrado impulso y máximos históricos.
Asimismo, según el informe del Observatorio del Clima, una red que reúne a más de 70 organizaciones, pese a tener más de 219 millones de reales (41 millones de dólares) para combatir los crímenes ambientales del 2021, el gobierno del líder brasileño solo utilizó el 41% (no más de 16,7 millones de dólares) frente a los 86% o 92% que sus predecesores solían utilizar.
Amenazas a las reservas indígenas
En los últimos cinco años la devastación de la Amazonía brasileña creció cinco veces solo por cuenta de la actividad minera, una actividad que tiene en riesgo a cerca de 6.2 millones de hectáreas de reservas ambientales o indígenas, donde el oro es el principal metal precioso requerido por los «garimpeiros» (mineros artesanales), según un estudio del Instituto Escolhas.
«Este informe muestra con números que Bolsonaro cumplió su promesa de campaña de destruir la gobernanza ambiental en el país, y la cuenta empieza a llegar para toda la sociedad», señaló Suely Araújo, especialista senior en políticas públicas del Observatorio del Clima y coautora del documento.
Desde que era candidato presidencial, Bolsonaro ha defendido la explotación de los recursos naturales de la Amazonía, incluso en reservas indígenas, y desde su llegada al poder en enero 2019 ha flexibilizado la fiscalización de actividades que atacan al medioambiente, como la minería y el comercio de madera, en su mayoría practicado de forma ilegal en esa región.
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