Caso Molitalia: cuando las empresas no cumplen con sus obligaciones ambientales
jueves 18 de abril, 2013
Por César Ipenza / Programa de Ciudadanía y Asuntos Socioambientales de la SPDA
El día de ayer fuimos testigos en diversos medios de comunicación sobre el cierre de las instalaciones de la fábrica Molitalia ubicada en la urbanización Elio (cdra. 28 de la av. Venezuela) por parte de la Gerencia de Fiscalización y Control de la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Este problema no es reciente. Son más de 10 años que los vecinos de Elio reclaman y exigen a la empresa que cumpla con sus obligaciones y respete el derecho constitucional y fundamental de todos los peruanos: “Gozar de un ambiente sano y equilibrado”.
La última acción de reclamo por parte de los vecinos fue iniciado en marzo del año pasado y esta vez tuvo resultados. Luego de mucha espera, las diversas autoridades nacionales y locales les dieran la razón. La Municipalidad de Lima emitió el Informe 156-2012, el cual concluye que Molitalia provoca “fuentes de contaminación sonora, que vienen generando molestias en el vecindario y un claro perjuicio en la tranquilidad y salud de la población residente en dicho sector por su contenido espectral y persistencia en el tiempo”.
Por su parte, Dirección General de Salud Ambiental del Ministerio de Salud concluyó lo mismo en su informe 004990-2012: “Las mediciones de ruido registradas en las viviendas ubicadas en Jr. Víctor Criado N° 2761, 2749, 2727 y 2712 permitieron encontrar niveles de ruido que exceden el estándar nacional de calidad ambiental de ruido en zonificación residencial y horario diurno, generando molestias a las personas que residen en las viviendas”. A su vez, el Ministerio de la Producción en su informe 02005-2012 determinó: “Los resultados obtenidos en el Monitoreo de Ruido Ambiental realizado por los representantes de PRODUCE en las viviendas denunciantes han superado el ECA de ruido ambiental para zona residencial (…) No se observó la presencia de tránsito vehicular por la Calle Víctor Criado Tejada, que puedan incrementar los niveles de ruido ambiental”.
Estas tres entidades coincidieron en señalar que Molitalia está ocasionando contaminación sonora las 24 horas del día, debido a que produce ruidos por encima de los rangos que determina la norma nacional. Sin embargo, el problema no es sólo ruido, sino también el polvillo que genera la planta, lo cual atrae palomas y ratas que invaden las viviendas de los vecinos, generando problemas serios de salubridad. Y para cerrar con “broche de oro”, la fábrica de Molitalia no cuenta con certificado de Indeci para realizar sus operaciones y tampoco posee licencia de funcionamiento.
Después del cierre de la planta (que sería por tres días), los representantes legales de la empresa –abogados del Estudio Ugaz– se presentaron en medios de comunicación y señalaron que impugnarían esta medida, afirmando que: “El Municipio está al tanto del cronograma de las medidas que estamos implementando para llevar las emisiones sonoras de la planta a niveles compatibles con los de una zona mixta”, y que dicha medida no solo interrumpe las actividades propias de la empresa, sino también los trabajos especiales que desarrollan para reducir las emisiones sonoras.
En ese contexto, es válido preguntarnos: ¿cuántos años más pretende seguir amparándose en un Plan de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) que tiene demasiadas deficiencias como el proceso de participación ciudadana que resulta, desde un análisis particular, poco serio? Los elementos presentados por la defensa son cuestionables porque, por ejemplo, en un informe de monitoreo señala que no exceden los Estándares de Calidad Ambiental para Ruido. En ese sentido, PRODUCE solicitó a Molitalia que actualice su PAMA –esto recién a raíz de las denuncias de los vecinos de Elio– y ha señalado que la empresa no ha presentado oportunamente los Informes de Monitoreo Ambiental con la frecuencia semestral. ¿Sólo cuando los vecinos alzan su voz de protesta en los medios de comunicación, la empresa se pone a cumplir sus obligaciones?
Pese a que la sanción ha sido irrisoria, la empresa recurrirá al Poder Judicial para tratar de evitar el cumplimiento de los compromisos y obligaciones ambientales, con la justificación de “una adecuación o implementación de medidas eternas”. Ello genera serios perjuicios a la población, porque empresas como Molitalia deben, como cualquier vecino, cumplir con sus obligaciones. Creemos que nuestro país merece recibir inversión seria. ¿El Grupo Carozzi (conformado por Molitalia, Tres Ositos, Costa, Ambrosoli y Fanny) propietario de Molitalia y de capitales chilenos, tendrá las mismas prácticas en nuestro vecino país?
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