Brasil: suspenden obras de hidroeléctrica Belo Monte por atentar contra el curso natural del río Xingú
viernes 30 de septiembre, 2011
La Justicia brasileña ordenó al Consorcio Norte Energía S.A. (Nesa) la suspensión inmediata de las obras del polémico proyecto hidroeléctrico Belo Monte, debido a que desviaría el curso natural del río Xingú y perjudicaría la subsistencia de los pobladores que viven de los recursos fluviales.
El pedido de suspensión fue interpuesto por la Asociación de los Criadores y Exportadores de Peces Ornamentales de Altamira (Acepoat), que argumentó que el desvió del río y la canalización pueden perjudicar la actividad económica de mil familias de piscicultores.
La sentencia prohíbe la “implantación de un puerto, explosiones, canalización, excavación y cualquier obra que venga a interferir en el curso natural del río Xingú”, situaciones que puedan obstaculizar la “alteración de la fauna ictiológica” y podrán traer perjuicio a las comunidades que viven de la pesca artesanal.
Con la construcción de la hidroeléctrica, según el gremio de piscicultores, la actividad apenas podrá ser retomada definitivamente en 2020, plazo que el juez no consideró razonable por tratarse de una actividad de subsistencia.
El incumplimiento del fallo acarreará una multa de 200 mil reales diarios (unos 108.873 dólares) y el consorcio tiene derecho de apelar la sentencia. No se contempla la paralización de las obras para instalación del campamento de los trabajadores, que también están en ejecución.
El proyecto de Belo Monte fue planteado en la década de 1970 por la dictadura militar que gobernaba entonces el país y reflotado en los últimos años por el Gobierno del ahora expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. De construirse sería la tercera mayor hidroeléctrica del mundo por detrás de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay, y la china de Tres Gargantas.
La represa, que debería entrar en operaciones en 2015, será construida a un coste de unos 10 600 millones de dólares y su capacidad de generación sería de un máximo de 11.233 megavatios en las épocas de crecida del río Xingú.
El Gobierno brasileño defiende la necesidad de Belo Monte para garantizar el abastecimiento de energía al país, a la vez que niega que la obra vaya a inundar las tierras indígenas, mientras que ecologistas se oponen a la polémica obra.
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