Hoy en la madrugada, la reconocida activista ambiental de origen hondureño, Berta Cáceres, fue asesinada a tiros en su vivienda ubicada en la ciudad de La Esperanza, departamento occidental de Intibucá.
Berta había liderado una campaña en contra de una hidroeléctrica de capitales chinos que atentaba contra recursos naturales y territorios indígenas de la zona. Ella, como coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras (Copinh), acompañó al pueblo indígena lenca a oponerse a este proyecto que se pretendía realizar sin consulta a los pueblos indígenas. En el 2013, después de meses de protestas (donde fallecieron tres líderes indígenas) la empresa se retiró del lugar.
Debido a su constante lucha y compromiso con los recursos naturales y pueblos originarios, Berta Cáceres fue reconocida en el 2015 con el Premio Goldman, uno de los reconocimientos ambientales más importantes a nivel mundial.
Desde el inicio de las protestas, Berta recibió diversas amenazas en un país considerado el más peligroso para los activistas ambientales, según la organización londinense Global Witness.
Si bien las primeras investigaciones sobre el móvil del crimen indican que fue por un intento de robo, la madre de Berta segura que “fue por su lucha”. Por medidas de seguridad, dos de los hijos de la activista han viajado fuera de Honduras.
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