- Estos espacios poseen esta categoría debido a su gran diversidad biológica, los servicios ambientales que ofrecen y las oportunidades económicas que genera su conservación.
Loreto, el departamento más extenso del país y la Amazonía, alberga más de 35 047 942 hectáreas de bosques biodiversos, según la plataforma Geobosques del Ministerio del Ambiente (Minam). Además, posee más de 13 millones de hectáreas de humedales, que almacenan el 53% del stock de carbono del Perú.
Por ello, en esta región se han establecido hasta la fecha cuatro áreas de conservación regional (ACR) que protegen más de 2 millones de hectáreas de bosques, y se espera se establezcan otras cuatro propuestas.
Estas ACR son espacios protegidos debido a su importante valor biológico, cultural y económico. En Loreto existen 4 áreas con esta categoría: Alto Nanay Pintuyacu-Chambira, Comunal Tamshiyacu Tahuayo, Ampiyacu Apayacu y Maijjuna Kichwa. En suma, estas áreas resguardan cerca de 2.2 millones de hectáreas.
Estos ecosistemas son fundamentales para el desarrollo de la vida humana. Por ejemplo, el ACR Alto Nanay Pintuyacu-Chambira resguarda las cabeceras de cuenca que garantizan la continuidad del servicio de agua potable a Iquitos. Asimismo, las 4 ACR protegen especies como el guacamayo, maquisapa, el lobo de río y el manatí.
Espacios donde “la gente conserva para la gente”
“Las áreas de conservación de Loreto proveen de recursos y servicios ecosistémicos, y benefician a nivel local, nacional e internacional”, señala Mario Yomona, director de Conservación y Diversidad Biológica de la Autoridad Regional Ambiental (ARA), resaltando el rol que cumplen estos espacios y lo que representan para las poblaciones locales.
De esta manera, explica, las comunidades tienen una relación de “dependencia del bosque, la naturaleza y los ríos” de la que son conscientes y por ello “las áreas de conservación en Loreto nacieron de una manera particular: a pedido de la gente. Las comunidades por iniciativa propia pidieron a la autoridad la conservación de sus recursos naturales”.
“La gente quiere conservar, quiere cuidar. El paradigma de que conservamos para la gente se rompe y cambia acá, acá es la gente conserva para la gente”, resalta.
Así, por ejemplo, la ACR Comunal Tamshiyacu Tahuayo es el resultado de la lucha y organización de las comunidades aledañas a esta área por hacerle frente a la depredación de recursos que amenazaba esta zona.
“Los recursos se estaban acabando por culpa de los foráneos que entraban a la zona”, recuerda Erika Caro, reconocida artesana y lideresa. “Ahora hay disponibilidad de recursos, vemos, por ejemplo, que ya hay pescado y que la gente no tiene que ir muy lejos para poder cazar sus animales para comer, en eso se ven los cambios de tantos años cuidando el recurso”, asegura.
Aprovechamiento sostenible: productos con valor añadido
Pero, el interés por conservar y la organización de las comunidades no termina cuando logran que se establezca el área. Por el contrario, las áreas en Loreto funcionan gracias al compromiso e involucramiento permanente de las comunidades locales, las cuales participan activamente bajo un modelo de cogestión, que implica que el área es gestionada por el Gorel y por las comunidades.
“Hoy en día podemos decir que tenemos experiencias exitosas. Como el trabajo que realizan nuestras artesanas, en el ACR Comunal Tamshiyacu Tahauyo y Maijuna, artesanas que han venido trabajando duramente de la mano de la conservación y el aprovechamiento sostenible y que ahora sus productos y artesanías se exponen a nivel nacional e internacional”, explica Milagros Gonzales, especialista de la ARA Loreto.
“Hay toda una organización, estamos unidos para cuidar nuestros recursos, porque sabemos que esto tiene fruto”, añade Erika, quien también es miembro de la cooperativa Esperanza del Bosque, una organización de artesanas y artesanos que trabajan a partir de materias primas cosechadas sosteniblemente del bosque en pie.
“Nuestro producto como viene de un área de conservación tiene un valor añadido porque para elaborarlos nosotras no dañamos las palmeras, nosotras cuidamos y reforestamos, eso le da más valor a nuestro producto, el que venga de áreas conservadas”, comenta.
ACR Alto Nanay Pintuyacu Chambira
Esta área, con una extensión de 954 635.48 hectáreas, protege importantes humedales como los bosques de terraza inundable por agua negra e inundable de palmeras. El principal valor ambiental de esta ACR es la cabecera de cuenta del río Nanay, el cual abastece de agua a 20 comunidades ribereñas y más 600 mil personas en la ciudad de Iquitos.
ACR Comunal Tamshiyacu Tahuayo
Con una extensión de 420 080.25 hectáreas, protege humedales como los bosques inundables de palmeras, que son el hogar de 530 especies de aves, 87 de mamíferos, 92 de anfibios, 65 de reptiles y 240 de peces.
ACR Ampiyacu Apayacu
Esta ACR, se extiende en 434 120.34 hectáreas y protege bosques que son el hábitat de 1500 tipos de plantas -lo que la convierte en una de las áreas con mayor diversidad de flora en el mundo- y 362 especies de aves. Además, es el hogar de 18 comunidades, algunas de ellas pertenecientes a los pueblos indígenas bora, huitoto y ocaínas.
ACR Maijuna Kichwa
Esta área natural se extiende en 391 039.82 hectáreas y protege bosques inundables de palmera, de llanura meándrica, colina baja, terraza alta y terraza. Su establecimiento se dio a pedido de los pueblos indígenas maijuna y kichwa a fin de garantizar la continuidad de recursos como la sachavaca, mono choro, paiche, aguajales, chambirales e irapayales, así como su cultura y cosmovisión.
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