- Proyecto tiene como objetivo limpiar el agua de metales pesados, a través de un sistema sencillo, para que esta pueda ser usada para riego o consumo de ganado.
- Actualidad Ambiental conversó con el director del Instituto de Montaña para conocer los detalles de esta iniciativa finalista en un concurso internacional.
Por Luis Chacón
Hace unos días informamos sobre el proyecto que busca recuperar la calidad del agua del río Negro (Áncash), contaminado por los metales pesados debido al deshielo de los glaciares que arrastran estas sustancias al lavar las rocas. Se trata de un sistema de biorremediación de agua en beneficio de los poblados de Canrey Chico y Campanayoc-Shallap, distrito y provincia de Recuay.
Para conocer más detalles sobre esta iniciativa, Actualidad Ambiental conversó con Jorge Recharte, director del Instituto de Montaña, institución encargada del proyecto junto a la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, esto gracias a la iniciativa de la población de Recuay que alertó sobre la contaminación del río Negro con metales como plomo, arsénico, cadmio y hierro.
“Este proyecto se desarrolla en la Cordillera Blanca, una quebrada del río Santa. En la zona alta de la cuenca, se llama el río Negro, en la cual trabajamos desde hace diez años aproximadamente. La comunidad se llama ‘Comunidad campesina Cordillera Blanca’. Esta nos contactó para desarrollar proyectos de gestión de sus pastizales, proyecto de manejo de los recursos naturales en su territorio”, comenta el experto.
Según detalla Recharte, el Instituto de Montaña utilizó una metodología de investigación participativa a fin de que los mismos agricultores definan su problemática y sean asesorados con conocimientos técnicos. En este caso, se priorizó la recuperación del sistema de riego, tras evidenciar que las plantas morían y los animales que tomaban esta agua se enfermaban debido a su alto nivel de contaminación.
La población fue capacitada por el instituto y personal de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo para medir el agua y desarrollar una tecnología en conjunto con un sistema muy sencillo y económico, y que, incluso, llamó la atención de quienes administran un sistema de riego valorizado en 16 millones de soles, ubicado en Áncash, y que padece de contaminación. Esto también permitió que el Instituto de Montaña y todo el grupo de trabajo entendiera que la contaminación estaba presente en varios lugares donde se están retirando glaciares.
“Al retirarse los glaciares, se expone roca mineralizada, que está cubierta; es decir, que no ha tenido exposición al oxígeno, a la atmósfera. Una vez que se expone a la atmósfera, empieza un proceso de oxidación que genera el metal y estos arrasan como si fuera agua de batería, agua muy ácida. Los metales los arrastra al agua y es un problema enorme”, explica Recharte.
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Un sistema con gran potencial nacional
Sobre el funcionamiento de este sistema, el director del Instituto de Montaña explica que el anterior modelo de riego, que llegaba por un canal directo a la chacra, ahora pasa previamente por una secuencia de tres pozas de agua, que permiten que esta se decante y los cimientos vayan al fondo, para luego pasar por un circuito, “como si fuera un intestino de canales”, que contienen una planta local que sobrevive a terrenos contaminados.
“Ellos escogieron la planta y se enriquece con una bacteria reductora que acelera la captura de metales. Al final del sistema, el agua sale con una condición, por lo menos, de uso para la agricultura. Ahí se recuperó el agua para el uso de la comunidad”, indica el experto.
Respecto al número de beneficiados, Recharte señala que en las dos zonas que forman parte de la Cordillera Blanca (Canrey Chico y Campanayoc-Shallap) son poco más de 100 familias las que aprovechan este sistema, pero que existe un gran potencial de réplica para los lugares donde existe un retroceso de glaciares. A esto hay que sumarle el potencial de este modelo en sitios donde se registra una gran cantidad de pasivos mineros.
“Estamos hablando de 18 cordilleras en el Perú que están retrocediendo rápidamente, pero además tiene potencial de ser replicado en los pasivos mineros sin un propietario identificado y que según el catastro nacional, son 8791. El potencial de aplicación es enorme. Puede responder a un tema muy grande: el problema de la calidad de agua en entornos mineros”, comenta Recharte.
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Fomentar la investigación
El director del Instituto de Montaña precisa que si bien existe mucha tecnología para remediar este tipo de pasivos mineros, esta suele ser compleja y costosa, además de ser responsabilidad de las propias empresas mineras. Ante esta situación, es preciso fomentar la investigación de este sistema originado en comunidades nativas que forman parte de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Huscarán y encontrar soluciones a los residuos de metales.
“Ojo, que una vez que empieza a capturar sedimentos, esto se recoge y hay que manejarlos. ¿Qué hacer con estos? Imagina que los sacas, tu agua ya está limpia, viene una lluvia y se lo lleva al río y esto afecta a la comunidad que esté más abajo. Un sistema de estos es un sistema de bien común. Todos se benefician, entonces todos tienen que trabajar. Son sistemas no solo tecnológicos, sino sociales en comunidades bien organizadas que manejan de manera colectiva este tipo de tecnología”, manifiesta el experto.
Jorge Recharte también destaca el gran trabajo de los estudiantes de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo. Muchos provienen de estas comunidades y buscan la forma de beneficiarlas con este tipo de sistemas.
Finalista en concurso internacional
Gracias a sus buenos resultados, este proyecto compite como finalista del concurso internacional Solution Search: Water Pollution & Behavior Change como una forma innovadora de reducir y prevenir la contaminación del agua. Son 33 países los que participan, y este sistema se ubicó en el top 10 dentro de 100 postulaciones.
Para apoyar este proyecto, puedes votar una vez por día hasta el 11 de junio. Solo ingresa haciendo clic a ESTE LINK.
El concurso es patrocinado por 11th Hour Racing, The Circulate Initiative, Banco Interamericano de Desarrollo, Lonely Whale, The Nature Conservancy y Ocean Conservancy.
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