Cambio climático: ¿qué alternativas existen en Perú para afrontar la crisis del agua?
martes 3 de septiembre, 2024
- En Perú, el 50 % de la población no tiene acceso a servicios seguros de agua potable. Sin embargo, existe una serie de alternativas que podrían aplicarse al contexto peruano para combatir la crisis del agua en un contexto de cambio climático.
Escribe: Bryan Jara / Programa de Política y Gobernanza Ambiental de la SPDA
En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático, la búsqueda de soluciones sostenibles y resilientes para afrontar la crisis del agua es crucial. Por ello, en la Semana Mundial del agua, y a partir de lo compartido en el Congreso Mundial del Agua 2024, recientemente celebrado en Canadá, se proponen innovaciones y enfoques para abordar la crisis hídrica global, la cual, según datos de la Unesco, afecta al 26 % de la población mundial (2 mil millones de personas)[1], quienes no tienen acceso a servicios de agua potable.
Centrado en la gestión sostenible de los recursos hídricos y la atención a desafíos globales, estas soluciones no solo buscan hacer frente a los impactos del cambio climático, sino también promueven alternativas para la optimización del agua como recurso vital para todos los sectores, pero, sobre todo, para garantizar su acceso porque es un derecho fundamental.
En este contexto, resulta pertinente analizar cómo estas soluciones podrían ser adaptadas al Perú, un país con desafíos únicos para garantizar la seguridad hídrica, ya que el 50 % de la población no tiene acceso a servicios de agua potable seguros y el 43 % no tiene acceso a instalaciones de saneamiento gestionado de forma segura[2].
Los humedales como solución natural para el tratamiento del agua
Una de las propuestas más innovadoras radica en el uso de humedales para el tratamiento del agua. Los humedales han sido considerados como una solución basada en la naturaleza, por lo que pueden servir para el pretratamiento natural del agua; es decir, contribuir a su purificación antes de que llegue a embalses (infraestructura que almacena el agua). Así, se ha previsto que podría reducir del 25 al 75 % de las emisiones de CO2[3].
En el Perú existe una amplia diversidad de humedales. De acuerdo con el Mapa Nacional de Ecosistemas, estos ecosistemas estratégicos abarcan más de 18 millones de hectáreas, lo que equivale al 14 % del territorio nacional[4]. Por ejemplo, en los Andes y en la Amazonía existe una gran abundancia y diversidad de estos ecosistemas, distribuidos en bofedales, lagunas, lagos, entre otros, que aportan diversos servicios ecosistémicos (regulación del ciclo hidrológico, control de erosión, etc). En tanto, en la Costa, los humedales, si bien son de limitada superficie, resultan estratégicos para el mantenimiento de la biodiversidad.
Cabe recalcar que los humedales también nos protegen de las inundaciones, sequías y otros desastres, suministran alimentos para millones de personas, sostienen una rica biodiversidad y son importantes sumideros de carbono[5]. En ese sentido, la implementación de humedales no solo contribuiría a una gestión hídrica más sostenible, sino que también ayudaría a mitigar los impactos del cambio climático.
Por otro lado, los humedales artificiales urbanos también fueron destacados como una forma de mejorar los servicios ecosistémicos en áreas urbanas, ya que pueden reducir significativamente los contaminantes típicos de la escorrentía de aguas pluviales y proporcionar un buen entorno para el crecimiento de microorganismos.
Nuevas herramientas para la evaluación de riesgos de desastres
Las infraestructuras de las empresas de suministro de agua (o en el caso peruano empresas prestadores de servicios saneamiento – EPS), como cualquier obra, suelen enfrentarse a retos como el envejecimiento de sus instalaciones con el paso de los años, y más aún en un contexto de cambio climático, en el que los impactos suelen llegar a ser significativos.
Bajo esa problemática, existe una propuesta japonesa denominada “Herramienta de evaluación para la gestión de riesgos de catástrofes”. Este instrumento se basa en “gráficos de deficiencias” y ofrece una visión general del estado de la gestión de riesgos de las empresas de suministro de agua, con el objetivo de ayudarlas a identificar sus puntos débiles y mejorar su resistencia a las catástrofes naturales.
Innovaciones como estas pueden ayudar a nuestras EPS a mitigar los efectos de las catástrofes naturales. Nuestro país, al ser un país vulnerable a sismos y fenómenos naturales, tales como el fenómeno El Niño, podría beneficiarse enormemente de esta herramienta, ya que se lograría asegurar el suministro continuo y seguro de agua en situaciones de emergencia.
Hacia un uso inteligente del agua
Para afrontar los retos del cambio climático, la pérdida de naturaleza, la creciente urbanización y los cambios demográficos, el sector del agua debe pasar de la gestión tradicional de extracción, uso y vertido, a una gestión más integrada que proporcione soluciones y beneficios a la población, al tiempo que resuelve sus propios retos. Además, debe ser circular, que busque reducir el uso de nuevos recursos y explore posibles reducciones de costes.
Coincidentemente, en el Perú, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento aprobó, a inicios de agosto, una Hoja de Ruta hacia una economía circular en agua y saneamiento al 2030, en el que se busca integrar la economía circular en las políticas, planes, programas y proyectos. Esto, con el objetivo de ofrecer servicios de agua potable y saneamiento que sean resilientes, de alta calidad, sostenibles, confiables, equitativos e inclusivos. En ese sentido, se plantean cinco objetivos estratégicos: 1) fortalecer la gobernanza, las políticas y las regulaciones circulares; 2) fomentar la conservación de las fuentes de agua y los servicios resilientes e inclusivos; 3) promover la cultura, el consumo y las buenas prácticas circulares; 4) promover la circularidad del agua, la regeneración del agua, la valorización energética y la recuperación de otros subproductos con enfoque territorial; y 5) fomentar el mercado, los negocios y la innovación circular.
Precisamente, una acción que podría complementar esta Hoja de Ruta en Perú recae en el uso inteligente del agua. Así, las soluciones inteligentes podrían vincular el tratamiento de agua y aguas residuales, la extracción de recursos, el suministro de energía y el desarrollo de productos para las industrias de la agricultura, así como los materiales de construcción y fabricación; y la reducción al mínimo la producción excesiva de lodos y las emisiones de gases de efecto invernadero, sometiéndolos a procesos de compostaje (proceso natural de descomposición de desechos orgánicos para convertirlos en abono) y reutilizándolos como fertilizante/acondicionador de suelos agrícolas.
Transformación digital para la mejora de la gestión del agua
Otra de las propuestas consiste en incluir nuevas tecnologías en la gestión del agua. La modernización de los sistemas de agua y saneamiento debe ser una prioridad a nivel global, por lo que en Perú se debería adoptar tecnologías digitales que podrían mejorar significativamente la eficiencia en la prestación de servicios y la gestión de los recursos hídricos.
Por ejemplo, estas nuevas tecnologías pueden contribuir a lograr una mejor:
- Rendición de cuentas y transparencia: las herramientas digitales permiten la supervisión de la gestión en tiempo real, la elaboración de informes y el análisis de datos, fomentando la confianza entre las partes interesadas y mejorando la gestión.
- Prestación de servicios: con la automatización se optimizan las operaciones de gestión del agua, y ello contribuye a una gestión más eficiente de los recursos, lo que permite reducir las pérdidas (por ejemplo, la detección de fugas) y mejorar los tiempos de respuesta.
- Toma de decisiones eficiente: respaldada por datos mediante la recopilación y el análisis de datos impulsados por la tecnología, las cuales señalan las áreas de mejora, la asignación optimizada de recursos y el apoyo a largo plazo, la planificación y la inversión.
- Compromiso y participación de la comunidad como resultado de la adopción de la innovación digital: la comunidad se empodera gracias a la accesibilidad a la información y a unos servicios eficientes a través de las redes sociales, el uso de aplicaciones móviles, etc. La comunidad puede participar en la prestación de servicios a través de la supervisión, ofreciendo comentarios y contribuyendo así a la mejora general del servicio[6].
Hacer frente a los desafíos hídricos representa actualmente una necesidad a nivel global, sobre todo en nuestro país, por lo que las soluciones expuestas anteriormente deben ser consideradas y aplicadas al caso peruano, para ayudar a enfrentar la crisis hídrica, la contaminación de nuestros recursos y la adaptación y mitigación frente al cambio climático.
Alternativas como soluciones basadas en naturaleza, los humedales, nuevos enfoques como la economía circular del agua y la adopción de nuevas tecnologías pueden formar parte de estrategias que pueden contribuir a lograr una mejor gestión del recurso hídrico en nuestro país, las cuales requieren de un trabajo integrado y colaborativo que involucre a todas las partes interesadas y a todos los niveles de gobierno, pero que favorecerá tanto a la población en general como a todos los sectores (público y privado) que dependen de este valioso recurso para el desarrollo de sus actividades.
De esta manera, solo a través de un esfuerzo conjunto, podremos asegurar un futuro más sostenible y resiliente para todas y todos.
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