- Reportaje revela que los afectados por el derrame en Cuninico (Loreto) aún padecen los efectos de este desastre ambiental y, además, Petroperú aún no ha remediado los sitios impactados.
En junio de 2014, más de 2300 barriles de petróleo se derramaron en la quebrada de Cuninico, distrito de Uraninas, provincia de Loreto (Loreto). El hidrocarburo vertido en las aguas de este afluente del Marañón provino del Oleoducto Norperuano, operado por la empresa estatal Petroperú.
El derrame afectó la salud de la población, sobre todo en aquellos que fueron contratados para limpiar este desastre ambiental. El hidrocarburo contaminó (y aún contamina) el agua usada para consumo humano, y además perjudicó la pesca, una actividad que es indispensable para la economía y la alimentación de la zona.
“Lo primero que vimos fue la muerte de peces y plantas por la mancha de petróleo […], luego vinieron las enfermedades a la comunidad”, recuerda Llerlin Vásquez, actual vicepresidente de Cuninico. Tras el derrame, Llerlin presentó dolores de cabeza, de cuerpo y se enfermó del estómago luego de participar en las actividades de limpieza.
Según un análisis de sangre realizado por el Instituto Nacional de Salud entre 2021 y 2022, en las comunidades de Cuninico, San Francisco, Santa Rosa y Nueva Esperanza, los niveles de metales pesados en sus organismos estaban por encima de lo normal.
“Estas personas necesitan atención médica”, alertó el químico y especialista en daños a la salud de Source International, Flaviano Bianchini, luego de analizar los datos que el Gobierno recogió como parte de su plan de atención a los pueblos afectados. Los estudios incluyeron 598 participantes en 2021, y 280 tamizados en 2022 de las cuatro comunidades mencionadas, con el objetivo de detectar plomo en la sangre, y cadmio, mercurio y arsénico en la orina.
“La presencia de los metales pesados es bastante alta. Aunque no estamos a niveles de urgencia como en Cerro de Pasco, la gran mayoría de los casos necesita algún nivel de atención médica especializada”, agregó Bianchini.
Aún existen restos de petróleo
El reportaje, realizado por La Encerrona y Pueblo Films, con el apoyo de Actualidad Ambiental, también resalta que pese a una década del desastre ambiental aún se puede hallar restos de petróleo en la zona afectada.
Si bien, cuatro años después, el Poder Judicial ordenó al Estado brindar atención médica en los lugares afectados por el derrame, así como monitorear la salud de la población, esto no se está cumpliendo. Según el reportaje, las poblaciones afectadas aún no reciben la atención médica y Petroperú aún no ha remediado los sitios impactados por el derrame.
“El petróleo llegó hasta el río y se manchó constantemente por los derrames; nuestro río y vida están en peligro”, señaló el periodista indígena Leonardo Tello Imaina. Tras el desastre ambiental, los casos de enfermedades diarreicas agudas, dermatitis, conjuntivitis y alergias incrementaron en las comunidades de la cuenca del río Marañón.
Solo en Cuninico, se presentan constantemente pacientes con alergias, dolores de cabeza y problemas digestivos, explicó el odontólogo Carlos Sánchez, quien labora en la comunidad. “Desde el derrame de petróleo, los abortos espontáneos han aumentado”, afirma por su parte la lideresa indígena Flor de María Vásquez. Sin embargo, el Ministerio de Salud solo cuenta con información sobre abortos espontáneos a nivel del distrito de Urarinas, y no el detalle para cada comunidad indígena.
En el 2018, la Corte Superior de Justicia de Loreto ordenó al Estado implementar una estrategia de salud pública para atender a los afectados por el derrame de petróleo. Según el plan de actividades, Cuninico debería tener un equipo de 11 profesionales de salud, entre médicos y personal de apoyo. Al 19 de marzo; sin embargo, en la zona solo existen dos enfermeras, un odontólogo y un motorista.
Sin remediación y deudas sin pagar
El Oleoducto Norperuano, con más de 1000 kilómetros, recorre la Selva, Sierra y Costa a través de cinco regiones. Opera desde 1978 y, entre 2013 y 2023, se ha registrado un total de 91 derrames de petróleo, según información del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
Petroperú cuenta con un Plan de Contingencia ante derrames, pero la remediación es un proceso diferente que implica una limpieza profunda y reforestación del lugar. “Las remediaciones ambientales son costosas: solo sellar un lote petrolero cuesta millones. En el caso de la Amazonía se tiene que trabajar en el recojo del producto del suelo y el agua, un procedimiento complejo por la composición del ambiente. Considerando que van más de diez años sin remediar un sitio impactado, da la impresión de que no es un tema prioritario para el Estado”, señaló Wendy Ancieta, experta en hidrocarburos de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
Otro documento relacionado a la atención ante un derrame es el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental. Aunque OEFA ordenó en el año 2016 que Petroperú actualice dicho documento, Ancieta advirtió que esto no ha ocurrido hasta el momento.
Respecto al Oleoducto Norperuano, OEFA ha encontrado infracciones de Petroperú en un total de 47 procesos de fiscalización, entre 2013 y 2023, y que ha supuesto una multa conjunta de más de 28 mil UIT. Las multas están contenidas en 51 resoluciones (un expediente de fiscalización puede devenir en más de una multa). Sin embargo, Petroperú solo ha pagado 22 de estas en su totalidad y otras 6 solo de manera parcial, según OEFA.
Dato:
- Lee el reportaje completo en la página web de La Encerrona.
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