- Más de cien pescadores no pueden continuar sus labores en el mar debido a la continúa presencia de animales muertos y crudo en las aguas de Costa Azul, Ventanilla (Callao).
Por Nicole Gonzales / ngonzales@spda.org.pe
El pasado 15 de enero se cumplió un año del mayor desastre ambiental en el mar de Perú: el derrame de unos 12 mil barriles de petróleo en el mar de Ventanilla. Más de 500 días después, las consecuencias de este desastre aún prevalecen.
En la playa Costa Azul, ubicada en el distrito de Ventanilla (Callao), son más de 200 trabajadores, entre pescadores y comerciantes, que continúan sin ejercer su trabajo, por la presencia de animales marinos muertos con restos de crudo y de aceite en el mar.
Giovanni Valla, presidente de la asociación PESCOTUR de Costa Azul, señala que hasta la fecha se vienen dedicando a diversas actividades que les permitan subsistir y solventar sus hogares, ya que la pesca aún no es una alternativa en la zona.
“En la arena, encontramos patillos muertos, pescados y lobos marinos con crudo. Actualmente no se puede pescar, porque si pescamos de ahí nadie nos compra. El pescado viene de Ventanilla y lo vendemos por la zona, y la gente no lo quiere porque saben que hubo un derrame y que de 12 mil barriles han sacado solo 2500”, destacó Valla.
Asimismo, María René Romero, pescadora y miembro de PESCOTUR, también resalta que la continua presencia de crudo ha paralizado la vida de los pescadores de forma radical, pues muchas familias de Costa Azul se dedicaban exclusivamente a la pesca, actividad en donde participan padres e hijos.
“Es demasiado lo que nos ha afectado este derrame. Lo digo por todos mis compañeros y porque represento a muchas mujeres que sí somos pescadoras, trasmalleras con nailon, fileteadoras y hasta comerciantes. Hoy en día las mujeres hacemos de todo para sobrevivir, pues en mi caso debo educar a mi hijo, porque él también me ayudaba a pescar”, explicó María René.
A pesar de estos testimonios, a la fecha, la empresa Repsol asegura haber limpiado el mar en su totalidad. El pasado 13 de enero, el director de comunicaciones de la empresa, Luis Vásquez, sostuvo lo siguiente: “Toda la evidencia que tenemos nos indica que sí es seguro ir a la playa. No hay contenido de hidrocarburo y, si lo hay, está por debajo de los estándares de calidad ambiental que signifiquen un riesgo para la salud de las personas o el ecosistema”.
Por su parte, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), señaló que, “si bien han existido esfuerzos de limpieza y remoción, además de la capacidad de autodepuración natural de los ecosistemas, aún continúan presentes concentraciones de hidrocarburos en algunas de las formaciones costeras de Ventanilla y Ancón”.
Este último monitoreo fue realizado entre marzo y abril de este año, donde OEFA señala que Costa azul es una de las cinco playas que todavía muestran restos de petróleo.
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Sobre los retrasos con las indemnizaciones de Repsol
En enero del 2023 la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM) presentó el Padrón Único de Afectados (PUA), lista oficial que reúne a jefes y jefas de familias dedicados a actividades de pesca, comercio y turismo, pertenecientes a los distritos de Ancón, Aucallama, Chancay, Santa Rosa y Ventanilla.
Este padrón ha sido un requisito para acceder al anticipo de indemnización al que se comprometió la empresa Repsol en marzo de 2022, con la finalidad de responder de forma provisoria a los daños ocasionados. Según lo afirmado por la empresa, el monto es de hasta S/ 3 mil y ha sido gestionado en dos oportunidades.
Sin embargo, los miembros de PESCOTUR, mencionan que no se han reconocido a muchos de los pescadores y comerciantes afectados, debido a que son informales o se encontraban fuera de Lima cuando quisieron inscribirse al padrón.
“En un primer momento, fue un padrón con 10 300 personas afectadas, pero esas no son todas, hay más pescadores que no están en el padrón, que no están identificados por Repsol. Y a esa gente no le llega ninguna ayuda, no les dan nada, Repsol los deja para el último, deberían atender a todos por igual”, afirmó Giovanni Valla.
Además, los pescadores señalan que ninguna institución se acerca a ellos para orientarlos con el proceso de indemnización, por ello solo 2 de los 100 miembros de PESCOTUR han sido reconocidos por el PUA.
“Después del derrame, hemos formado nuestra asociación en el 2022. Somos 100 socios, donde solo son reconocidos 2, pero ¿dónde quedamos los 98? No tenemos. Exigimos por favor se reconozca, porque detrás de cada familia hay un pescador”, comentó Roly Flores Rivera.
Conoce más sobre este caso en el siguiente video:
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