Europa: indígenas de Perú y Brasil protestan contra proyectos de represas en la Amazonía

martes 22 de febrero, 2011

Con el objetivo de frenar la construcción de represas que amenazan con destruir las tierras y desplazar a miles de indígenas en la Amazonía, un grupo conformado por tres representantes de diferentes etnias de Perú y Brasil, viajó a Europa para protestar en contra de estos proyectos ideados por el Acuerdo Energético entre Perú y Brasil.

Dicho grupo, integrado por Ruth Buendía Mestoquiari (Asháninka de Perú), Sheyla Juruna y Almir Surui (provenientes de tribus brasileñas), buscan llamar la atención de las autoridades europeas para detener los proyectos hidroeléctricos de Pakitzapango (Perú), y el Complejo del Río Madeira y Belo Monte, estos últimos ubicados en Brasil.

La protesta de los indígenas amazónicos por el viejo continente incluye conferencias informativas, ruedas de prensa y manifestaciones en lugares públicos de Paris y Londres. El grupo es apoyado por la organización Survival International.

La delegación estará en París el viernes 25 y el sábado 26 de febrero. El 2 de marzo, se presentarán en Londres, donde la delegación se reunirá con miembros del Parlamento británico.

PROYECTOS DE GRAN IMPACTO

La represa para la hidroeléctrica de Pakitzapango, que en asháninka se refiere al lugar de nacimiento mitológico de las tribus amazónicas. Según informó Survival, a 165 m de altitud, las aguas inundarían casi 100 mil hectáreas de bosques y afectarían a más de 10 mil asháninkas del valle del río Ene. Estas personas perderían sus hogares, huertos y tierras bajo las aguas de la presa en cuestión de pocos años.

A la hidroeléctrica de Pakitzapango le seguirían otras como Inambari (2.000 MW), Sumabeni (1.074 MW), Urubamba (940 MW), Vizcatan (750 MW), Chuquipampa (800 MW), así como las correspondientes líneas de transmisión que serán integradas dentro del sistema brasileño.

Asimismo, el Complejo del río Madeira, se trata de un proyecto que incluye la construcción de cuatro presas hidroeléctricas, y que ya está siendo construida en la Amazonia occidental de Brasil. Esta construcción está provocando impactos negativos en los ecosistemas de la región y en las poblaciones locales, incluidos pueblos indígenas en aislamiento.

Los impactos del Complejo incluyen el desplazamiento definitivo de familias y comunidades, la potencial extinción de especies acuáticas migratorias, una mayor erosión de las riberas, la pérdida de acceso a los productos agrícolas y de extracción forestal.

Por otro lado, Belo Monte se convertiría en el tercer mayor proyecto hidroeléctrico en uno de los afluentes más grandes del Amazonas, el Xingú. La presa desviará la totalidad del curso del río a lo largo de casi 100 km, dejando a los pueblos indígenas y a otros habitantes de la zona sin pesca, agua limpia y transporte por el río, que son esenciales para su supervivencia.

La magnitud del proyecto supone que un área de más de 1 500 km cuadrados serían destruidos y provocarían el desplazamiento forzado de entre 20 mil y 40 mil personas, así como graves impactos sobre la tierra y el medio de vida de 800 indígenas y miles de familias ribereñas y urbanas.

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Foto: Survival

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