Loreto: Construcción de carretera de casi 200 km amenaza dos áreas de conservación regional y territorio de pueblos indígenas

jueves 25 de marzo, 2021

Vista aérea de la carretera que une Puerto Arica y Flor de Agosto, en Loreto. Foto: Vico Méndez / Actualidad Ambiental.

En noviembre del 2017, en los márgenes del río Nanay, cerca del puerto Bellavista-Nanay, en Iquitos, Loreto, empezaron los trabajos de construcción de uno de los proyectos de infraestructura vial más grandes de la Amazonía peruana: la carretera Bellavista – Mazán – Salvador – El Estrecho. Partiendo de Iquitos, esta vía planea llegar hasta San Antonio del Estrecho, en la frontera con Colombia, atravesando 188 kilómetros de bosques amazónicos. El costo total del proyecto bordea los 1 500 millones de soles.

La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) alertó cómo los trabajos del primer tramo de esta carretera, que aún no concluyen, venían ya afectando a los ciudadanos de la comunidad nativa huitoto muruy Centro Arenal, ubicada a pocos minutos de Bellavista, por el río Amazonas.

Para ver cómo podría impactar la construcción de los siguientes tramos, hicimos el recorrido desde Bellavista (Iquitos) hasta Mazán y Salvador, territorio de los pueblos indígenas maijuna y kichwa, y puerta de entrada a las áreas de conservación regional Maijuna Kichwa y Ampiyacu Apayacu, que en total abarcan más de 800 mil hectáreas de bosques protegidos.

Fotos: Vico Méndez / Actualidad Ambiental.
*Las salidas de campo se realizaron en la primera parte del 2020, antes de la pandemia.

De Bellavista a Mazán (y a Salvador)

En menos de una hora navegando en deslizador por el río Amazonas pasamos de Iquitos, la ciudad más poblada de la Amazonía peruana con más de medio millón de personas, a Mazán, una ciudad que alberga a 12 mil personas aproximadamente, con intenso movimiento comercial pues abastece a las comunidades de la cuenca del río Napo, en el trayecto a las fronteras con Ecuador y Colombia.

De Mazán partimos, en un tramo relativamente corto y siempre por río, a la pequeña comunidad de Salvador, ubicada en la provincia de Maynas, Loreto. Ese punto sería desde donde partiría el tercer tramo de la vía Bellavista – Mazán – Salvador – El Estrecho, para conectar a Iquitos con Colombia.

Los dirigentes de Salvador nos dijeron estar a favor de la construcción de la carretera, indicando que las poco más de 400 personas que viven allí podrían abastecer con los productos de sus cosechas a la comunidad de San Antonio del Estrecho y que estarían más cerca de Iquitos, capital de Loreto. Indicaron estar al tanto de que la carretera no solo llevaría potenciales beneficios sino también amenazas concretas, como taladores ilegales, traficantes de terrenos o personas de otras comunidades que busquen instalarse en el lugar por las facilidades de la vía. Señalaron que vienen recibiendo capacitaciones para poder hacerse cargo del cuidado y la vigilancia de sus territorios.

Imágenes del área de conservación regional Maijuna Kichwa. Foto: Spectabilis/SPDA

Las Áreas de Conservación Regional Maijuna Kichwa y Ampiyacu Apayacu

Si se llegara a construir el tramo de la carretera que va de Salvador a San Antonio del Estrecho, no solo podría resultar afectado el territorio de la comunidad Salvador sino también el Área de Conservación Regional Maijuna Kichwa.

Ubicada en los distritos Putumayo, Napo, Mazán y Las Amazonas (provincia de Maynas) y Pevas (provincia Mariscal Ramón Castilla), en Loreto, esta ACR fue reconocida en junio del 2015, con una extensión de 391 039.82 hectáreas. Solo para tenerlo como referencia, se trata de un área superior a la suma de los 43 distritos de Lima.

Esta Área de Conservación Regional se constituyó luego de un proceso de consulta previa donde participaron comunidades nativas de los pueblos indígenas maijuna y kichwa, con el objetivo de conservar los ecosistemas de la zona, particularmente las terrazas altas y cabeceras de cuerpos de agua, para garantizar la provisión de recursos naturales, agua y otros servicios ecosistémicos a la población local, se indica en el decreto supremo que formalizó su creación.

La carretera cruzaría por la mitad del Área de Conservación Regional Maijuna Kichwa, hasta llegar a San Antonio del Estrecho, y quedaría como una herida abierta en medio del bosque amazónico. Afectaría, además, a otra Área de Conservación Regional: Ampiyacu Apayacu, creada en el 2010, más grande aún que la ACR Maijuna Kichwa (más de 430 mil hectáreas), que busca proteger el área como fuente de agua y la gran biodiversidad de plantas y fauna silvestre en la zona.

Fotos: Vico Méndez / Actualidad Ambiental.

<[FOTOS] Loreto: Conoce el Área de Conservación Regional Ampiyacu Apayacu>

Una ruta alternativa

A orillas del río Napo, a media hora en canoa de Salvador, se encuentra Puerto Arica. Se trata de una pequeña comunidad cuyos habitantes pertenecen al pueblo kichwa. Ellos se dedican a la agricultura y crianza de ganado en pequeña escala, en una zona que, señalan, resulta muy castigada en época de crecida del río porque afecta sus cosechas y animales.

Aprovechando que hace muchos años existía una vía que unía Puerto Arica con Flor de Agosto, un pueblo en la frontera con Colombia, que luego permite llegar a San Antonio del Estrecho por río, representantes de la comunidad plantearon que el tercer tramo de la carretera Bellavista – Mazán – Salvador – El Estrecho pase por allí, para evitar que se abra una nueva vía que afecte las Áreas de Conservación Regional Maijuna Kichwa y Ampiyacu Apayacu. Dándole mantenimiento a esa vía, que data de los años 80, se podría evitar la deforestación innecesaria en las áreas de conservación regional, señalaron a Actualidad Ambiental.

Betty Rubio es una líder maijuna de la comunidad Puerto Arica, lleva viviendo allí 25 años y nos cuenta sobre las dificultades de la vida en esa parte del país que, señala, todos los años se inunda, afectando sus cultivos, animales y contaminando las aguas del río. Puerto Arica, pudimos constatarlo, no cuenta con servicio de agua potable ni desagüe y solo tiene energía eléctrica pocas horas al día. En la época del año en que aumenta el caudal del río, las aguas se contaminan y afectan la salud de sus hijos. Ella indica que si se le da mantenimiento a la carretera Puerto Arica – Flor de Agosto y se la usa en vez del tramo Salvador – El Estrecho, ellos podrían ubicarse a los lados de esa carretera, en un territorio más alto que los protegería de las periódicas inundaciones del río.

“Pienso que al abrir la carretera Puerto Arica – Flor de Agosto, al generar una fuente de trabajo en esta zona, va a hacer que muchos jóvenes regresen a sus comunidades. Somos ocho comunidades asociadas y todos estamos esperando esta oportunidad. Esta ruta es más cerca hacia el Putumayo. Además, nos permitiría hacer agricultura o comercio con el Putumayo e Iquitos, y permitiría que los hermanos del Putumayo tengan un acceso más fácil para transitar, porque también tenemos familia en el Putumayo y a veces llevamos años sin vernos. Sería una oportunidad de poder llegar a nuestras familias y de ellos hacia nosotros”, indicó Betty Rubio.

Fotos: Vico Méndez / Actualidad Ambiental.

Walter López, presidente de la federación de comunidades maijuna, señaló a Actualidad Ambiental: “Estamos de acuerdo casi mayoritariamente con el tramo de la carretera que va de Iquitos a Mazán, pero no estamos de acuerdo con el tramo de Salvador a El Estrecho. Hay una alternativa que estamos dando en la comunidad de Puerto Arica, que tiene doce comunidades a su alrededor y las ocho comunidades del río Putumayo, a las que se va a generar un beneficio. Pedimos que se haga esa carretera (entre Puerto Arica y Flor de Agosto). Pienso que habría un menor costo ambiental. Si el Estado quiere la otra ruta va a causar mucho impacto, se va a pasar por las comunidades tituladas de los pueblos indígenas San Pablo de Totolla, Nueva Vida, Puerto Huamán y Sucusari. Queremos que nos escuchen, que sepan que estamos de acuerdo con la carretera y hemos conversado con los hermanos kichwa del Napo, y ellos también están de acuerdo con que se construya la carretera Puerto Arica – Flor de Agosto”.

Romero Ríos, vicepresidente del Comité de Gestión del Área de Conservación Regional Maijuna Kichwa, comparte la posición de Walter López. “Nosotros, como comité de gestión, estamos evaluando el tema del tercer tramo, que nos perjudica porque tenemos un área de 391 mil hectáreas y se afectaría la parte ambiental. Como pueblos indígenas maijunas y kichwas que estamos involucrados en esta área de conservación, queremos que se cambie la ruta de Salvador a El Estrecho por el tramo que ya tiene una carretera antigua como Puerto Arica – Flor de Agosto. Es un lugar más corto, estamos hablando de 63 km. La opción de SalvadorEl Estrecho es de 142 km. Eso nos ayudaría a mejorar la conservación ambiental, hidrológica y cultural de los pueblos indígenas que estamos en ese entorno de vida. Queremos seguir respetando el decreto supremo que creó el ACR. El Estado peruano tiene que entender que somos un pueblo que recién estamos creciendo: somos 4 comunidades maijunas y 21 comunidades kiwchas que queremos seguir manteniendo la cultura y no queremos que se destruyan estas áreas con mucha riqueza natural que tenemos. Espero que el Estado entienda y nos comprenda, que así vamos a mejorar la calidad de vida de muchas comunidades indígenas en la zona del Napo que estamos involucrados en el ACR Maijuna Kiwcha”, dijo en conversación con Actualidad Ambiental.

Vista aérea de la carretera ya existente creada en los años 80 entre Puerto Arica y Flor de Agosto. Fotos: Vico Méndez / Actualidad Ambiental.

La Directora del Programa de Política y Gobernanza Ambiental de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), Carol Mora, señaló que la visión de desarrollo que debe tener el país debe ir de la mano con la sostenibilidad de los proyectos de inversión. “En el caso particular de las carreteras, la falta de planificación y evaluación a nivel económico, social y ambiental, puede generar mayores perjuicios que beneficios para la sociedad y el ambiente. En ese sentido, resulta prioritario que proyectos de gran envergadura como este tengan presente estos criterios, considerando la variable ambiental en etapas estratégicas del ciclo de vida de un proyecto de inversión”.

De esta forma, indicó la abogada, se evitarán y mitigarán perjuicios ambientales y económicos que se han identificado en otros proyectos que se vienen desarrollando en Loreto. “Un proyecto como la carretera Yurimaguas–Jeberos constituye un claro ejemplo de lo que una inadecuada planificación y cumplimiento de las normas ambientales puede generar, esto es, casi 2 millones de soles por la pérdida de cobertura forestal y el costo de restauración estimado por los daños generados por el proyecto, según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre – Serfor. Como SPDA haremos un seguimiento constante de estos proyectos y sobre los que próximamente se irán ejecutando en la región”, concluyó la especialista.

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