Actibícimo cumple 3 años logrando que más gente use bicicletas
lunes 11 de febrero, 2013
El 4 de febrero de 2010 apareció en Facebook una página llamada Actibícimo, desde la cual un grupo de jóvenes incentivaba el uso de la bicicleta como medio de transporte para evitar la contaminación del medio ambiente y la congestión vehicular. Pasaron unas semanas y el 26 de febrero del mismo año, hicieron una convocatoria abierta para la primera bici-salida nocturna a la que quince personas se acercaron con sus bicicletas.
Tres años después de ese día, Actibícimo (Hugo Campodónico, Ruth Mier y Terán, Rolly Rojas, Alexis Echevarría, Jeffrey Del Castillo, Sara Huamán, Andrea Arrarte, Susana Agullo y Andrick Astonitas) acaba de organizar la bici-salida nocturna n° 36.
El último jueves, alrededor de 750 bicicletas se congregaron en el Parque Kennedy para recorrer 10 kilómetros. Así, tras cruzar los distritos de Miraflores y San Isidro, el recorrido concluyó en una gran fiesta en el Centro de la Imagen con música, proyecciones de video y muchos sorteos.
Con los años Actibícimo ha ido creciendo, llegando a más de 6 mil 200 seguidores en la red social desde donde comparten notas relacionadas al ciclismo, así como bici salidas. Asimismo, vienen llevando a cabo la campaña SE ACEPTA BICI que consta de estacionamientos para bicicletas en diversos locales de Lima para, de esta manera, promover su uso.
Lenin Valencia, integrante de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, acompañó este evento y preparó la siguiente crónica.
UNA NOCHE DE ACTIBÍCIMO
Son las 7.30 de la noche en punto y dos ciclistas ataviados con sus polos “Actibícimo”, merodean pausadamente el Parque Kennedy como tanteando el terreno, como convocando a la tribu que hará de esta noche una jornada inolvidable. Me acerco y les pregunto si conocen a quienes lideran esta iniciativa. Queremos hacerles una entrevista para Actualidad Ambiental de la SPDA. Me dicen que espere frente a la iglesia. Y, mientras ajusto la cámara y espero a mi compañera de trabajo, Lucía Florez, quien hará el registro fílmico, voy viendo cómo el Parque Kennedy se convierte en una suerte de mini Amsterdam llena de bicis, cascos y luces.
“Yo soy de San Miguel, trabajo por la Huaca, y voy a la chamba en bici todos los días”, me dice una chica de unos 28 años. Cuando va por la mitad de su frase, yo ya estoy listo a responderle con una amplia sonrisa: “¡Yo también!”. Nos contamos nuestras experiencias, nos reconocemos ciclistas, sentimos que no estamos tan solos en este mundo de humos, carros, combis y buses.
“A mí me encantan las bicis”, me dice un transeúnte de unos 50 años que, como otros muchos, se acerca a curiosear. “¿Quienes son ustedes? ¿Por qué no me enteré antes de esto?”. Sin ser del colectivo ya me siento parte del mismo y le explico lo que hace “Actibícimo”.
Para las 9 de la noche hay tanta gente que nos preocupamos por la seguridad del evento. Los organizadores corren de un lado a otro dando instrucciones, animando a la gente. Eligen voluntarios para guiar a los ciclistas y ayudar a detener el tránsito de carros en cruces viales, y les dan chalecos fosforescentes. Finalmente, tomamos la calle y, siendo tantos en la vía, no nos atropellamos, no nos cerramos el paso, no contaminamos y, sobre todo, nos ayudamos.
A nuestro paso encontramos mucho apoyo: transeúntes aplaudiendo, desde la vereda o desde las ventanas de sus casas. También encontramos algunos conductores agresivos que, agazapados detrás del volante, nos espetan sus bocinas o meten sus carros por en medio de la bicicleteada. Les respondemos espontáneamente con alegres gritos, silbidos y timbrazos. Por una noche nos sentimos mayoría y les decimos que nos respeten, que nos cuiden.
La bici-salida nocturna termina con una fiesta. Risas, música, videos, nuevas amistades. Todo ha sido un éxito. Y los organizadores, a pesar del ajetreo de movilizar a más de 700 ciclistas, se ven felices y plenos. Lima, por una noche, le ha ganado a una insana tradición de poner al auto por encima de la bici y del peatón.