Con la presencia de los representantes del Ministerio de Transportes, Santa Sofía Puertos y pobladores de Ancón, el pasado viernes 19 de noviembre se realizó la Audiencia Pública de presentación del borrador final del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para el proyecto Terminal Portuario en Ancón (TPA).

Según el diario Gestión, en una primera revisión se detectaron 200 cuestionamientos, 128 por falta de información y 16 por deficiencias generales. Para el representante de la Asociación de Propietarios de Ancón (Apancón), David Chlimper, estos resultados iniciales demuestran la fuerte oposición de la población al proyecto del TPA.

“Quedó claro que existe un grave conflicto social en la zona de influencia del proyecto del TPA y que hay una actitud complaciente de los representantes del MTC”, declaró Chlimper a Gestión.

OBSERVACIONES QUE LLAMAN LA ATENCIÓN

Según el informe de Gestión, Apancón contrató a la consultora Geoconsult S.A. para que revise el borrador del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto portuario de Ancón, elaborado por ECSA.

Chlimper señaló que una de las primeras observaciones tienen relación con el hecho de que ECSA evaluó sólo un sitio para la ubicación del proyecto portuario, en este caso Ancón, y no otros lugares como se hizo en el caso del EIA del Proyecto Especial de Camisea, donde se analizaron 5 lugares alternativos.

Por su parte, Stefan Austermühle, Director Ejecutivo de Mundo Azul, indicó que el “EIA de ECSA es un documento superficial plagado de omisiones y errores que trata de minimizar y esconder los impactos negativos del proyecto. Es un estudio técnicamente inaceptable que sorprende por su fragilidad”.

Mundo Azul también señaló su preocupación porque ECSA menciona que un puerto en Ancón convertiría a la zona “en una bahía recreativa, lo cual será algo positivo dado que las luces, grúas, edificios y embarcaciones industriales darían al puerto un imagen de ‘modernidad’”.

En el EIA de la empresa contratada por Santa Sofía Puertos, también se señala que la bahía de Ancón es un espacio contaminado por la población y de escasa riqueza marina, cuando, según Mundo Azul, es todo lo contrario.

“La Bahía de Ancón es un espacio sano y biodiverso, con un gran potencial para el desarrollo turístico y deportivo, mientras que la construcción del puerto significaría reemplazar la pesca y el turismo, convirtiendo la bahía en un espacio comercial-industrial contaminado, con todos las secuelas socioeconómicas negativas que la población local tendrá que asumir”, manifestó Austermühle.