* Afectados narraron que tuvieron que lanzarse al río para no ser quemados vivos por mineros ilegales, quienes tomaron represalias contra los indígenas luego de los operativos de la Policía y Fiscalía
Los indígenas harakbut de la comunidad nativa de Masenawa, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri, provincia del Manu (Madre de Dios) tuvieron que dejar sus hogares porque los mineros ilegales de la zona los han amenazado de muerte.
Según la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), estas amanezas llegaron después de un operativo contra la actividad minera ilegal a principios del mes. En dicha intervención, la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Madre de Dios y la Policía Nacional hallaron maquinaria pesada en pleno trabajo de deforestación.
En el operativo se destruyó nueve motores de alto caballaje, un cargador frontal, dos trimóviles y otros accesorios. Asimsimo, se detuvo a cinco personas, pero -según Fenamad- por presión de la población de la localidad de Boca Colorado y porque no habían garantías suficientes de seguridad, las autoridades se vieron obligadas a darles libertad y citarlos para rendir sus manifestaciones ante la Fiscalía.
Amenazas posteriores
Luego del operativo, los dirigentes de la comunidad nativa de Masenawa, fueron amenazados de muerte por los mineros ilegales. Según Fenamad, los indígenas sufrieron agresiones físicas y el incendio de cuatro de sus embarcaciones. La presidenta de dicha comunidad, Carmen Irey Kameno, “solicitó garantía para la vida de los comuneros y de ella misma quien, para no ser incendiada y quemada, tuvo que lanzarse a las aguas del río Madre de Dios y así escapar de sus agresores”.
Timoteo Yrey Kameno, uno de los amenazados cuenta lo que sucedió, entre lágrimas: “Regresamos de nuestra comunidad a Colorado, cuando vimos gran cantidad de personas en el puerto, empezaron a insultarnos. Minutos después, en dos embarcaciones, llegaron aproximadamente treinta personas, encabezados por los afectados por la interdicción. (…) Enardecidos, nos decían: ‘Aquí van a morir’. Uno de ellos traía un balde de gasolina, se acercó a nosotros y nos hecho el combustible, en ese momento alguien prendió con un encendedor y causó una fuerte explosión a la embarcación. Nuestras prendas empezaron a quemarse y por temor a morir quemados nos tiramos al río. Otra embarcación de los mineros nos rodeó y gritaron ‘Aquí van a morir nativos’. Ya en la playa, junto a mi hijo, Hermógenes, asustado me dijo ‘Papá, aquí nos van a matar’. Fue tanta la crueldad por parte de nuestros verdugos que querían vengarse con nosotros. Mi nieta corrió llorando abrazándome. Al ver que mi nieta nos abrazaba, no podían quemarnos, si no fuera por ella nos mataban ahí mismo. Gracias a Dios, en ese preciso momento llegó la Policía y los mineros se calmaron, y nos ayudaron a escapar”.
Por su parte, Violeta Irey Cameno hizo un llamado a las autoridades del Estado para que estos actos no queden impunes “y los que quisieron matarnos ese día estén en la cárcel.”
Ante estos actos, Fenemad expresó su rechazo a “todo acto ilegal y de violencia, que vaya orientado a depredar y destruir el territorio de los pueblos indígenas. Rechazamos todo acto que ponga en riesgo el territorio y la integridad de cualquier hermano indígena de nuestra región. Lucharemos por el respeto de los territorios ancestrales de todos los pueblos indígenas, por ello hacemos un llamado a las autoridades para que pongan orden y se otorgue las garantías y el resguardo necesario velando por la integridad moral y física de los hermanos indígenas de la comunidad nativa Masenawa, y que caiga todo el peso de la ley en contra de quienes actuaron criminalmente cometiendo diversos delitos”.
Guimo Loayza, de la Defensoría del Pueblo de Madre de Dios, afirmó que están exigiendo que la denuncia contra los responsables sea no sólo por delito ambiental, sino también por tentativa de homicidio, que puede castigarse con una pena mayor a 8 años de pena privativa de libertad.
Afectados narran lo sucedido en un video de Fenamad:
DATO:
Los territorios invadidos por la minería ilegal, en la actualidad están en proceso de formalizaicón para ser parte de la ampliación de la comunidad nativa de Masenawa del pueblo Harakbut, con el fin de destinarlos para actividades de conservación y recolección.
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