[FOTOS] En 10 años, el CREA liberó 23 manatíes y otras especies de la Amazonía
/ martes 30 de enero, 2018
Texto y fotos: Jaime Tranca / jtranca@spda.org.pe
Conoce el Centro de Rescate Amazónico (CREA), en Iquitos, un lugar que brinda una importante contribución a la conservación de las especies de nuestra Amazonía, en especial del manatí, un mamífero cuyo máximo depredador es el hombre.
Actualidad Ambiental visitó el CREA y te invita a conocer su labor en este especial fotográfico.
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Desde el 2007, el Centro de Rescate Amazónico (CREA) realiza una loable labor: rescata, rehabilita y regresa a su hábitat a especies amenazadas de la Amazonía. El centro es reconocido sobre todo porque trabaja con manatíes, especies vulnerables que son cazados por su carne o para ser comercializados como mascotas.
El manatí amazónico (Trichechus inunguis) es una de las 3 especies de manatíes en el mundo. Es el sirénido más pequeño y el único exclusivo de agua dulce. Según WWF, puede alcanzar los 2.8 metros de longitud y pesar alrededor 450 Kg.
Los manatíes son mamíferos herbívoros. Se alimentan de plantas acuáticas y semiacuáticas, y en un día pueden comer una cantidad cercana al 8% de su peso corporal. El mayor depredador del manatí es el hombre. Es cazado por su carne y cuero, y para mascota. Según los especialistas del CREA, casi todos los ejemplares que son capturados como mascota mueren en cautiverio debido a que necesitan de un cuidado especial.
En al foto, se ve a un manatí de 6 meses, rescatado de una familia que lo tenía como mascota en pésimas condiciones. Los cazadores a menudo matan a la madre para carne y se llevan a sus crías para comercializarlas. Actualmente esta especie se encuentra en condición de Vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El CREA fue conformado en el 2007, por iniciativa de Javier Velásquez, biólogo de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana. Junto con las autoridades, se comprometieron a rescatar y rehabilitar a los manatíes y otros mamíferos que eran decomisados.
Si bien iniciaron el proyecto usando tinas y piscinas caseras en espacios reducidos, no pasó mucho tiempo para que esta iniciativa consiga el apoyo que necesitaba. Organizaciones como el The Dallas World Aquarium y el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) se sumaron a esta misión.
El CREA tiene dos áreas básicas de trabajo. La primera tiene que ver con el manejo de fauna, y la otra con la educación ambiental.
“De nada sirve salvar cincuenta o cien manatíes si la gente los sigue matando en el medio natural”, nos dice Javier Velásquez, director del CREA.
En la espesura del bosque, podemos hallar a la cashapona (Socratea exorrhiza) o la ‘palmera caminante’. Se trata de una especie que puede alcanzar hasta los 25 metros de altura, y desplazarse varios metros al año. ¿Cómo lo hace? Las raíces que aparentan ser sus pies se desplazan buscando agua y los rayos del Sol.
El centro, ubicado a 15 minutos de Iquitos (en auto, bus o mototaxi) recibe más de 30 mil visitanes al año y se ha convertido en un espacio ideal para el ecoturismo, un turismo orientado a la concientización sobre temas ambientales.
El CREA cuenta con un amplio espacio natural donde el visitante, además de conocer la labor de los rescatistas, pueden pasar un momento agradable en medio de la naturaleza amazónica. Aquí el aprendizaje es inevitable.
En el CREA también existen otras especies como este mono guapo colorado (Cacajao calvus ucayalii), también conocido como “uácari rojo» o “uácari calvo”. Al igual que otros primates, esta especie es comercializada por los traficantes de fauna silvestre en la Amazonía. El problema habitual es que una vez “domesticados”, muchos primates no pueden regresar a su hábitat porque no se valen por sí mismos al momento de conseguir alimentos, y están acostumbrados a la comida de casa.
El CREA es un buen espacio para compartir en familia y amigos. Es tener un contacto directo con la Amazonía.
Si bien la especialidad del CREA son los mamíferos, también existen aves y quelonios. En este caso, dos guacamayos comparten espacio con las tortugas motelo. Estas aves fueron rescatadas de comerciantes que iban a venderlos como mascotas. Los guacamayos tenían las plumas cortadas para que no puedan volar. Sin embargo, apenas sus plumas vuelvan a crecer, ellas mismas se liberarán.
Pero no todos podrán ser libres otra vez. Este otro guacamayo fue herido y perdió un ala. Ya no podrá volar y tendrá que permanecer en las instalaciones del CREA. Las armas que usan los cazadores causan heridas graves a los animales y muchas veces la muerte.
Varias especies de fauna llegan al lugar luego de diversos operativos. Animales como las nutrias y los trigrillos también se pueden hallar en el lugar. Su recuperación puede tardar meses o incluso años para poder volver a su hábitat.
Pese a que existen campañas de concientización a nivel local y nacional, la lucha contra el tráfico de fauna aún es fuerte. Los animales silvestres no son mascotas y comprarlos te convierte en cómplice.
Hasta el momento el CREA a liberado a 23 manatíes. Además han logrado que diversos compromisos, como el de la comunidad El Chino, donde se han liberado algunos ejemplares. Esta comunidad se ubica en la zona de amortiguamiento del Área de Conservación Regional (ACR) Tamshiyacu Tahuayo, a la margen del río Tahuayo, en el distrito Fernando Lores, provincia de Maynas (Loreto).
Al momento de pagar su entrada, cada visitante ya está contribuyendo con el CREA. Sin embargo, también existe la posibilidad de seguir contribuyendo con esta labor. Puedes colaborar a través de esta caja de donaciones o puedes depositar a las cuentas de CREA que aparecen en su página: www.centroderescateamazonico.com
Mira también la entrevista a Javier Velásquez, director del CREA:
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