* Más de 300 especies de animales silvestres del Perú son víctimas de tráfico ilegal. 57 de ellas están en alguna categoría de amenaza según la legislación nacional.
* Entre estas figuran el cóndor andino, el guacamayo escarlata, el pingüino de Humboldt, o monos como el choro de cola amarilla, el huapo colorado, o el tocón, que es endémico de nuestro país.
Con el objetivo de sensibilizar a la población frente a la problemática de tráfico ilegal de animales silvestres, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y Wildlife Conservation Society (WCS), junto a un grupo de organizaciones públicas y privadas, lanzaron ayer la campaña Si compras, eres cómplice.
[Entérate más sobre la campaña: http://sicompraserescomplice.pe]
La iniciativa, que se enmarca en la Estrategia Nacional para Reducir el Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre, brinda datos importantes sobre el tráfico de fauna, considerado como una de las mayores actividades del crimen organizado transnacional, junto al narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas, según la Oficina de las Nacionas Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Se estima que este negocio ilícito mueve entre 8 y 10 mil millones de dólares anuales.
En el Perú, la principal causa del tráfico de animales silvestres es la demanda como mascotas, pero los volúmenes que se mueven por el comercio ilegal de partes (como recuerdos y adornos) y de carne, también son preocupantes.
De acuerdo a una reciente encuesta de Ipsos a nivel nacional, un 14% de los encuestados tiene o ha tenido algún animal silvestre como mascota y un porcentaje similar adquiriría uno.
Tráfico a nivel nacional
Entre 2000 y 2015, en el Perú fueron decomisados más de 62,000 animales silvestres vivos. De acuerdo a un estudio de WCS (2017), la venta partes o de animales vivos como mascotas se mantiene en 22 mercados tradicionales ubicados en Lima, Tumbes, Chiclayo, Loreto, Puno y Ucayali. Siendo los principales puntos de acopio y venta: Iquitos, Pucallpa, Chiclayo y Yurimaguas, seguidos por Tingo María y Puerto Maldonado.
La cadena de tráfico somete a los animales a situaciones de gran crueldad. Sufren de estrés y las pésimas condiciones de transporte incluyen hacinamiento en jaulas, botellas o bolsas, sometimiento a temperaturas extremas y, para evitar que se defiendan o escapen, en algunos casos se les extraen los colmillos, se les mutila las garras y alas.
El índice de mortalidad, además, es muy alto. Por ejemplo, por cada mono vendido como mascota, otros nueve han muerto durante la cadena del tráfico ilegal.
DATO:
Si compras, eres cómplice, es promovida por el Serfor, el Ministerio de la Producción, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), Wildlife Conservation Society (WCS), la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y la Asociación Peruana para la Conservación de la Naturaleza (APECO).
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