* Asháninkas organizados en Comités de Autodefensa, recuperaron territorio sin apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Ahora temen que los invasores regresen y cumplan con amenazas.
* Amnistía Internacional ha iniciado una campaña de recolección de firmas para pedir al Estado el apoyo de las fuerzas del orden y asegurar la vida de la comunidad indígena.
La primera semana de febrero de este año, invasores ligados a la actividad de tala ilegal ingresaron al territorio asháninka de la Comunidad Nativa Menatari, en la provincia de Satipo (Junín). Eran cerca de 60 hombres que, con armas de fuego, echaron a los indígenas y los amenazaron de muerte si es que regresaban.
Ante el hecho, los indígenas -apoyados por la Central Asháninka del Río Ene (CARE)- realizaron diversas gestiones para recuperar su territorio. No solo pidieron apoyo a las autoridades como la Policía, el Ejército y la Defensoría del Pueblo, sino además presentaron una denuncia ante la Fiscalía.
Para recuperar su territorio, CARE acordó con la PNP de Pangoa, comando conjunto VRAEM, Defensoría del Pueblo, Ministerio Público y Serfor, realizar la defensa posesoria los días 17 y 18 de febrero.
El 16, ingresaron aproximadamente 30 militares a la comunidad San Ene, quienes tenían la orden de acondicionar la zona de aterrizaje lo más próximo a Meantari y apoyar a la Policía durante la ejecución del derecho de la defensa posesoria extrajudicial.
Los comités de autodefensa de Meantari y el equipo técnico de CARE llegaron a la zona de aterrizaje el 18 de febrero a las 8 a.m., y esperaban los helicópteros de la PNP con la comitiva a las 9 de la mañana, pero estos no llegaron debido a las “condiciones climáticas” y recomendaron postergar la diligencia.
“Lo que pretendían era cansarnos y postergar la diligencia, no sabemos la intención”, indicó Irupé Cañari, asesora legal de CARE, en conversación con Actualidad Ambiental. Ante la situación, los asháninkas de Meantari y representantes de los Comités de Autodefensa, decidieron no esperar (debido a experiencias pasadas donde tampoco recibieron respaldo de la PNP y FF.AA.), y partieron a la zona invadida.
Al llegar a Meantari, se encontraron con un panorama desolador. Los invasores se habían ido dejando la casa comunal quemada, así como las viviendas y chacras de café destruidas. También hallaron pequeñas chozas provisionales (con cuatro palos y unas calaminas). Solo habían dejado intactas las plantaciones de yuca y plátano.
Los asháninkas de Meantari destruyeron las trincheras y chozas construidas ilegalmente en su territorio. Sin embargo, al no contar con el respaldo de personal de las Fuerzas Armadas y Policía, y por temor a que regresen los invasores, se trasladaron hacia una comunidad vecina.
Irupé Cañari indicó que CARE ha enviado oficios a las instituciones públicas competentes para informar sobre la defensa posesoria. Asimismo, piden que se investigue por qué el helicóptero nunca aterrizó, ya que -según CARE- no había indicios de lluvia y las condiciones climáticas eran favorables.
“Esperamos que el Ministerio de Defensa, a través de los militares hagan patrullaje por la zona, garantizando desde el Estado el retorno del pueblo indígena a su territorio”, añadió Cañaris.
Recolección de firmas
Si bien los asháninkas han recuperado Meantari, aún no se han asentado nuevamente por temor a represalias de los invasores. Por ello, Amnistía Internacional se ha sumado al apoyo de esta comunidad y creó una petición para recolectar firmas con el fin de que el Estado actúe y garantice la vida de la comunidad. (Firmar aquí)
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