El siguiente artículo fue publicado por el diario El Comercio en su edición de hoy, 16 de octubre del 2009.
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PROYECTO ESCONDE UN ROMPEOLAS DESCOMUNAL
El puerto de Ancón
Por Jorge Caillaux / Presidente Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)
Nadie tiene clara idea de las verdaderas dimensiones que tendría el puerto de Ancón que la empresa Santa Sofía Puertos estaría a punto de construir en cuatro etapas. Con las medidas de diseño del plano que la misma empresa publicara en los diarios, un grupo de anconeros —entre pescadores, veraneantes y vecinos— contrastó las dimensiones del muelle y de la infraestructura en general con las que Santa Sofía señala en los volantes que distribuye en el balneario. Producto de ello encontró enormes diferencias.
Los anconeros reciben mensajes cruzados sobre el verdadero tamaño del puerto, lo que la autoridad competente debería aclarar incluyendo lo que hasta la fecha nadie conoce: el enorme muro de contención o rompeolas que, en forma paralela a la playa Conchitas, se construiría a lo largo de 1,3 kilómetros. El rompeolas tendría la altura de un edificio de 11 pisos, 8 de los cuales estarían sumergidos para detener la fuerza/corrientes del mar a lo largo de 13 cuadras. La base de este rompeolas piramidal es de 120 metros y la superficie de 35 metros, lo que sin duda generará una grave alteración de las corrientes y el fin de la zona de desove que, precisamente por sus características ecológicas, es utilizada hoy en ese lugar por una serie de especies para su reproducción y beneficia la economía de los pescadores de Ancón, Chancay y Huacho. En efecto, las gigantescas dimensiones del rompeolas de escollera que se pretende construir en Ancón ocasionará echar al mar millones de metros cúbicos de roca que impactarán el ecosistema marino de la bahía. Una poza gigante de agua con mínima corriente es propicia para la acumulación de contaminantes con todas sus secuelas. No hay manera de mitigar tal efecto negativo, cualesquiera sean las propuestas de prevención del estudio de impacto ambiental (EIA) que elabora la empresa ECSA para Santa Sofía Puertos. Un verdadero EIA debería primero señalar cuál es la mejor ubicación del puerto, pero como en el Perú un EIA asume como indiscutible que la ubicación autorizada por funcionarios públicos es la correcta, simplemente recomienda las medidas de prevención y manejo, aunque la realidad técnica demuestre que por sus dimensiones un puerto como el proyectado está fuera de lugar.
El estudio de mareas y corrientes que el Ministerio de Transportes debería exigir se presente y discuta públicamente junto con el EIA, vistas las descomunales dimensiones del rompeolas propuesto, especialmente en su fase final (1.300 metros), pondría en evidencia el despropósito del grupo Romero. El rompeolas generaría corrientes y velocidades de las aguas incontrolables y nadie sabe cómo afectarían las playas de arena, ni tampoco lo que ocurrirá con el mismo balneario. Y cuando digo nadie sabe, me refiero incluso a los expertos en la materia, pues ellos conocen que cada lugar posee características únicas que mantienen relaciones dinámicas con el mar, estableciéndose un equilibrio particular. Por ello, en todas partes del mundo cuando existe una línea costera generosa que permite opciones de ubicación, se prefiere construir puertos en aquellos lugares donde el impacto ambiental y paisajístico será menor. Estamos a tiempo de salvar la bahía de Ancón.
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