Como en anteriores ocasiones, los ministerios de Transportes, del Ambiente y Cultura, se mostraron en contra de la construcción de una vía férrea o carretera entre Puerto Esperanza (Ucayali) e Iñapari (Madre de Dios), debido a que afectaría la biodiversidad de áreas naturales protegidas y la vida de las poblaciones indígenas de la zona.
Como se recuerda, la interconexión terrestre es promovida por el legislador Carlos Tubino (Alianza Fujimorista), quien presentó al Congreso de la República un proyecto de ley (1035) para declarar de “necesidad pública e interés nacional” la vía entre los mencionados distritos.
Pese a la oposición de dichos ministerios, Tubino señaló que “con el tiempo, el proyecto de ley será más aceptado, conforme lo conozcan. Se está tergiversando el proyecto de ley”.
Sobre la iniciativa parlamentaria, el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, indicó que “está expresamente prohibido por ley la construcción de una carretera en la zona”, debido a la fragilidad de la zona.
“En el lugar existen dos áreas protegidas, una reserva comunal, un parque nacional y una reserva territorial de indígenas en aislamiento voluntario y una infraestructura de dichas características no se justifica”, agregó Pulgar-Vidal.
Respecto a la opinión del Minam, Tubino dijo que espera a que dicha posición “evolucione y que entiendan qué es lo que se quiere hacer con este proyecto de ley. Es deber del Ejecutivo ver qué es lo que está sucediendo en esta zona y tomar las acciones del caso”.
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Ucayali es un departamento lleno de problemas gravísimos: con mucha pobreza; falta de presencia del Estado y, por lo tanto, escuelas y servicios de salud deficientes, delincuencia creciente, proliferacion de barrios marginales, gran destruccion de recursos naturales, planificación deficiente, poco apoyo a las actividades económicas legales, etc., etc.
Por eso, ante tantos problemas serios que afectan a cientos de miles de ucayalinos, no es posible comprender ni aceptar la obsesión del congresista Tubino por el caso de Puerto Esperanza.
Este señor debería ser más responsable y poner todo ese empeño que demuestra para resolver el problema de Puerto Esperanza «mediante carretera y unicamente mediante carretera», en asuntos realmente transcendentes para los que lo eligieron, como los arriba mencionados.
Ya que él es marino, por ejemplo, deberíoa ocuparse de mejorar la navegación fluvial en el Ucayali, en lugar de atender los pedidos de un cura histérico y, como parece ser el caso, el interés de un bando de madereros ilegales que, peor, operan desde otro departamento.