- Actualmente, más de 9 millones de hectáreas en Loreto están protegidas bajo alguna modalidad de conservación. Tres propuestas de áreas de conservación regional impulsadas por las mismas comunidades sumarían a este porcentaje, para asegurar cabeceras de cuenca, bosques y los recursos naturales de los que depende la población.
Loreto, con más de 36 millones de hectáreas, es el departamento más extenso y biodiverso del país. Gracias a esta riqueza natural, las poblaciones locales tienen asegurados una serie de recursos y servicios ambientales como la provisión de agua y alimentos. Además, el país y el mundo se benefician, por ejemplo, con el almacenamiento de carbono. Sin embargo, todos estos beneficios se encuentran en riesgo ante el avance de actividades ilegales y la falta de protección de espacios.
En los últimos 20 años, este departamento amazónico pasó de tener 2 millones de hectáreas protegidas (bajo alguna categoría de protección) a 8.5 millones. Este avance, que no termina de ser suficiente, fue el resultado del desarrollo de inventarios biológicos y sociales desarrollados entre el 2000 y 2016, los cuales probaron la trascendencia de estos territorios y evidenciaron la necesidad de su protección. A esto se suma los pedidos de la misma población que pedía la protección de sus bosques.
Actualmente, la población, con el respaldo de evidencia científica, pide la protección de tres zonas de Loreto con la modalidad de área de conservación regional (ACR) y, en respuesta, el Gobierno Regional de Loreto (Gorel) impulsa las propuestas de ACR: Aguas Calientes Maquia, Medio Putumayo Algodón y Tapiche Blanco.
Paraísos de ensueño: el encanto de las Aguas Calientes de Maquía
Uno de los lugares con mayor belleza paisajística de la Amazonía peruana se encuentra en Loreto, muy cerca de la región de Ucayali, en la provincia de Requena (Loreto). Entre montañas y una gran vegetación se esconde el encanto de Aguas Calientes Maquía, una zona con gran biodiversidad y, por sus peculiares características ambientales, también un lugar con una importante presencia de especies endémicas.
En este paisaje existen fuentes de aguas termales, pantanos, colinas y montañas en buen estado de conservación. Una característica que convierte esta zona en un lugar imperdible para los amantes del turismo de naturaleza son sus dos circuitos de cuerpos de agua, uno de agua fría y otro de agua caliente, cada uno con distintos atractivos como cataratas, colpas de guacamayos y otras aves. Ambos circuitos recorren los bosques y montañas de esta zona hasta confluir en una poza de agua tibia conocida como La Unión.
Según estudios científicos, en los bosques de Aguas Calientes de Maquía, que se extienden en cerca de 100 mil hectáreas donde se han identificado y registrado 517 especies de plantas, 259 especies de aves, 12 de primates, 38 de mamíferos, 109 tipos de peces, de los cuales 14 son nuevas especies, 68 variedades de anfibios y 41 especies de reptil.
Además, habitan en esta zona especies como el mono huapo colorado (Cacajao calvus ucayalii), la sachavaca (Tapirus terrestris), el jaguar (Panthera onca) y el guacamayo rojo y verde (Ara chloropterus), entre otras que se encuentran amenazadas en muchas partes de la Amazonía.
Esta zona, sobre la que se ha propuesto un área de conservación regional, es de gran importancia para las poblaciones locales, las cuales se benefician de su provisión de agua limpia. En las montañas de este paisaje nacen el río Maqui y la quebrada Chunuya, la principal fuente de agua para más de 31 mil personas en la ciudad de Contamana.
Asimismo, estos bosques también resguardan la cultura milenaria de la etnia shipibo-konibo. Más de 70 familias este pueblo indígena en la comunidad nativa Nuevo Canchahuaya, así como otros cientos de pobladores en comunidades campesinas cercanas, se benefician directamente de este paisaje.
Por todo esto, es urgente la protección de este espacio con el establecimiento de la propuesta de área de conservación regional, sobre todo porque existen amenazas como el tráfico ilegal de madera, la agricultura y ganadería migratorias, así como el sembrío ilegal de hoja de coca que ponen en peligro la biodiversidad, el agua y los bosques de Aguas Calientes Maquía.
Biodiversidad y cultura milenaria: Medio Putumayo-Algodón
Cerca de Aguas Calientes Maquía, también en la provincia de Requena, se ubica Tapiche Blanco, una zona en la que los estudios científicos han determinado un epicentro mundial de alta diversidad de anfibios, aves, mamíferos y plantas, entre las que se encuentran: 7 tipos de bosques, 3 mil especies de plantas, 11 de primates, 448 de aves, 70 de mamíferos, 232 de peces, 101 de anfibios y 53 de reptiles.
Entre los cientos de animales que existen en este lugar resaltan el jaguar, el lobo de río, el delfín rosado y el mono choro, todos ellos con un grado de amenaza debido a la invasión de su hábitat, la caza, el tráfico de especies y la deforestación.
Esta zona también es de gran importancia económica para los cerca de 4900 habitantes que viven a lo largo de la cuenca media del río Putumayo, agrupados en 30 comunidades pertenecientes a siete grupos étnicos diferentes: murui (huitoto), yagua, bora, ocaina, kukama-kukamiria, kichwa y maijuna.
Ellos se benefician de la abundante diversidad biológica del lugar, aprovechando peces y otros animales para alimentarse, así como árboles por su madera y frutos, y el recurso hídrico.
Los datos económicos, además, indican que la base de la economía familiar en la región Medio Putumayo-Algodón se sustenta en los recursos provenientes de la chacra, el bosque y los cuerpos de agua. La pesca es la fuente principal de ingresos por su producción sostenida para las familias a lo largo del año.
Los ingresos generados por la comercialización de paiche, fresco y seco salado, y la venta de alevinos de arahuana son principalmente usados para la adquisición de productos como machetes, motores, medicinas, combustible y vestido. Estos recursos cubren el 75 % de las necesidades de las comunidades.
Fotos: Diego Pérez / SPDA
Un paraíso en el corazón de la Amazonía peruana: Tapiche Blanco
En el corazón de la Amazonía peruana se ubica un paraíso con los bosques más biodiversos de Loreto, y es la fuente de agua, alimento y otros recursos para diversas comunidades nativas y campesinas que viven a su alrededor. Grandes extensiones de humedales y turberas, además de bosques sobre arena blanca, drenados por una gran variedad de quebradas negras, blancas y claras, convierten a este espacio en uno de los mayores stocks de carbono del Perú.
Por todos los beneficios que esta zona supone, 24 comunidades de los pueblos indígenas capanahua, kichwa y kukama kukamiria, han iniciado un largo camino para conservar más de 263 mil hectáreas de territorios con biodiversidad de gran importancia para la lucha contra la crisis climática, con la propuesta del Área de Conservación Regional (ACR) Tapiche Blanco, que se extiende entre los distintos de Alto Tapiche, Soplín y Tapiche, en la provincia de Requena (Loreto).
En la zona de Tapiche Blanco se ha registrado la mayor diversidad de mamíferos, aves y reptiles. Además, especies emblemáticas y en peligro como el manatí (Trichechus inunguis), el oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla) y el tigrillo (Leopardus tigrinus) encuentran en esta área un espacio que permite su reproducción y sobrevivencia. También protegerá otras especies de mamíferos como el jaguar (Panthera onca), sumando un total de 11 mamíferos amenazados que se protegerán en esta zona.
Por su gran diversidad de flora y fauna, pero también por contener cabeceras de cuenca y otros ecosistemas acuáticos, esta zona garantiza la existencia de recursos tan necesarios para la subsistencia de las comunidades a su alrededor como el agua, el pescado y carnes para alimentación.
Las comunidades nativas y campesinas en las zonas de influencia de la propuesta de ACR Tapiche Blanco podrán, gracias a la protección y conservación que brindará este espacio, aprovechar recursos naturales como flora silvestre para autoconsumo, fauna y productos no maderables con fines de comercialización, de manera sostenible, y obtener beneficios económicos.
Sin embargo, de no concretarse la protección de este espacio, se calcula que en los próximos 20 años serían deforestadas más de 3 mil hectáreas de bosques a consecuencia de actividades ilegales, lo cual significaría la pérdida de servicios ecosistémicos valorizados en más de 50 millones de soles.
Fotos: Diego Pérez / SPDA
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