- Estudio sobre la lucha de las defensoras ambientales en Madre de Dios, elaborado por UICN NL, revela los obstáculos, tanto legales como administrativos y de violencia de género que enfrentan las mujeres dedicadas a la protección de los bosques y su entorno. Además, esta investigación muestra cómo, a pesar del contexto adverso, encuentran las formas para fortalecer su labor.
Escribe: UICN NL
Un estudio de línea de base de género de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) NL recopiló datos sobre las luchas de las defensoras ambientales en Madre de Dios. Este estudio, parte del programa PIDDA (protección inclusiva de defensores y defensoras ambientales en la Amazonía), ha recopilado datos de entrevistas, grupos focales y trabajo de campo para revelar los obstáculos sistémicos que enfrentan estas defensoras, incluidos obstáculos legales y administrativos y violencia de género.
Los resultados muestran que su historia no es solo de adversidad, dice Mariel Cabero, experta en justicia ambiental de la UICN NL, sino también «una de resiliencia y una lucha determinada por la justicia ambiental y de género». La situación en Madre de Dios sirve como estudio de caso y como recordatorio de la urgente necesidad de un enfoque integrado que aborde los desafíos ambientales, legales y sociales que enfrentan las defensoras ambientales.
«La lucha de las mujeres por sus territorios está entrelazada con sus luchas por la igualdad de género y el reconocimiento de sus derechos».
Mariel Cabero, experta en justicia ambiental.
Exacerbando las dinámicas de género
Las defensoras de derechos, a menudo en la primera línea, se encuentran con obstáculos sistémicos que exacerban las dinámicas que las colocan en una posición vulnerable, como las desigualdades socioeconómicas y las normas culturales que marginan sus voces. «Factores como clase y etnicidad se cruzan con el género, complicando aún más las disparidades y riesgos que enfrentan las mujeres», explica Cabero. «Su lucha por sus territorios está así entrelazada con sus luchas por la igualdad de género y el reconocimiento de sus derechos».
Contexto desafiante de Madre de Dios: minería ilegal de oro
Informes recientes, incluidos los de Global Witness, han destacado a Perú como uno de los diez países más peligrosos para los defensores del medio ambiente, con Madre de Dios siendo particularmente riesgosa. Desde abril de 2020, el país ha visto la muerte de diecisiete defensores del medio ambiente, resaltando los riesgos extremos asociados con la protección de este ecosistema clave.
La minería de oro legal e ilegal es la industria más impactante en Madre de Dios. Debido a su situación ya complicada, las mujeres se ven afectadas de manera diferente que los hombres por la minería de oro y actividades relacionadas. El uso de mercurio en la extracción de oro, estimado en 45 a 50 toneladas anuales solo en la región, representa un riesgo grave, contaminando fuentes de agua y provocando riesgos para la salud entre las comunidades locales. Estudios han demostrado que en regiones mineras de oro, las comunidades pueden tener niveles de mercurio significativamente más altos que los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
[Ver además►‘Guardianes del Tambopata’, el podcast que narra la historia de cuatro defensores ambientales de Madre de Dios]
Las mujeres enfrentan diferentes tipos de violencia.
Los resultados del estudio confirman que las mujeres en Madre de Dios enfrentan diferentes tipos de violencia que impiden sus derechos y libertades básicas. Esta violencia está impulsada por una compleja interacción de factores como la desigualdad de género, normas patriarcales y actividades ilícitas y extractivas.
A continuación, compartimos una visión general de las diversas formas de violencia que las mujeres en Madre de Dios enfrentan, resaltando los profundos desafíos que las defensoras ambientales enfrentan en su lucha por defender sus territorios y medios de vida.
- Obstrucción de la libertad de movimiento y autonomía.
La libertad de movimiento de las mujeres a través de sus territorios se ve comprometida por la presencia de mineros, taladores y bandas criminales, limitando su acceso a servicios esenciales y actividades diarias. Por ejemplo, viajar a campos agrícolas o asistir a instituciones educativas se ha vuelto peligroso, obligando a algunas a abandonar sus estudios o alterar drásticamente sus rutinas.
- Violencia ambiental
La minería ilegal y la deforestación degradan los ríos y la tierra, que son fuentes vitales para los medios de vida de la comunidad. Las mujeres enfrentan de manera diferente las consecuencias directas de dicha contaminación, por ejemplo, con una disminución de la seguridad alimentaria debido al agua y al pescado contaminados.
- Criminalización
En su papel como defensoras del medio ambiente, las mujeres a menudo son blanco de acciones legales, incluyendo acusaciones e intimidación. Esta criminalización busca socavar sus esfuerzos de defensa, dejándolas atrapadas en costosas y prolongadas batallas legales.
- Violencia moral
Las defensoras de derechos de la mujer enfrentan reacciones adversas de la sociedad, incluyendo comentarios despectivos y avergonzamientos públicos, con el objetivo de desacreditar su trabajo y disuadir su participación en la defensa comunitaria.
- Violencia económica y patrimonial
La carga económica de la defensa, que incluye costos de viaje y legales, ejerce una presión significativa sobre las mujeres y sus familias. Además, la extorsión por parte de grupos criminales agota aún más sus recursos, poniendo en peligro su estabilidad económica y su capacidad para mantener sus hogares y tierras.
- Violencia física y sexual
El acoso sexual y el asalto son reportados como parte del patrón más amplio de violencia contra las mujeres en estas áreas, a menudo perpetrados por aquellos involucrados en actividades extractivas ilegales.
- Violencia psicológica
Las constantes amenazas y el miedo a la violencia tienen profundas repercusiones en la salud mental de las mujeres y, por extensión, afectan a sus familias. El impacto psicológico de vivir bajo tales condiciones no puede ser exagerado, ya que afecta a todos los aspectos de su bienestar.
- Violencia contra la juventud y niñez
Las crisis sociales y ambientales también impactan profundamente a la generación más joven, exponiéndolos a riesgos de explotación, abuso de sustancias y los efectos traumáticos de presenciar o experimentar violencia. Esto influye en su futuro y en la resiliencia a largo plazo de sus comunidades.
¿Qué permite a las defensoras de derechos de la mujer continuar su lucha?
Aunque las defensoras de derechos de la mujer se encuentran en un contexto muy adverso, ciertos factores y condiciones les permiten continuar su lucha determinada para proteger sus territorios.
Según el estudio, compartir experiencias y facilitar la colaboración entre mujeres cataliza el liderazgo femenino. El intercambio fomenta una red de apoyo donde las mujeres pueden aprender unas de otras, compartir mejores prácticas y animarse mutuamente en sus trayectorias de liderazgo. Otro factor habilitador es brindar apoyo organizativo a iniciativas dirigidas localmente, específicamente aquellas que promueven el liderazgo femenino. Estas organizaciones proporcionan recursos, mentoría y plataformas para que las mujeres mejoren sus habilidades de liderazgo y visibilidad en sus comunidades.
Los talleres organizados por estas u otras organizaciones deben ser desarrollados con, sobre y para las mujeres indígenas, orientados hacia el movimiento indígena de Madre de Dios y tener una perspectiva colectiva en lugar de individual. Es esencial incluir un enfoque intercultural sólido en el diseño de los talleres, evitando utilizar un lenguaje técnico o legal excesivo.
El estudio también recomienda organizar talleres localmente, de modo que las mujeres no tengan que viajar a otro lugar. Esto no solo estimula la participación de las mujeres, sino que también promueve una mayor conciencia a nivel comunitario.
Por último, pero no menos importante, es importante organizar talleres inclusivos en los que participen tanto hombres como mujeres. Esto permite abordar de manera más integral temas de derechos humanos y derechos indígenas, aplicando una perspectiva de género, junto con temas relacionados con los derechos de las mujeres y la violencia de género.
“La demora de Perú en la ratificación del Acuerdo de Escazú destaca las barreras sistémicas que obstaculizan el progreso en el acceso a los derechos, la justicia ambiental y la seguridad de los defensores.»
Mariel Cabero, experta en justicia ambiental.
Llamado a la acción colectiva
Los desafíos enfrentados por las defensoras ambientales en Madre de Dios reflejan una crisis global, en la cual el activismo ambiental se entrelaza con la violencia de género y la injusticia. Este fenómeno no es aislado, sino que refleja un patrón generalizado en distintos continentes donde las defensoras enfrentan amenazas similares que van desde el hostigamiento legal hasta la violencia física. La situación en Madre de Dios, caracterizada por mujeres valientes que protegen sus territorios contra la minería ilegal y la degradación ambiental, es emblemática de las luchas enfrentadas por innumerables mujeres en todo el mundo.
Los datos del estudio en Madre de Dios resaltan la urgente necesidad de una respuesta global que reconozca los riesgos específicos que enfrentan las defensoras ambientales. Los esfuerzos de la sociedad civil internacional y local deben presionar para la adhesión a marcos internacionales, como el Acuerdo de Escazú. Perú aún no ha ratificado el acuerdo, a pesar de haberlo firmado en 2018. Esto es significativo de diferentes maneras, explica Cabero, ya que «la demora de Perú en la ratificación del Acuerdo de Escazú destaca las barreras sistémicas que obstaculizan el progreso en el acceso a los derechos, la justicia ambiental y la seguridad de los defensores».
«El desafiante pero determinado camino de las defensoras ambientales en Madre de Dios resuena claramente con la lucha global por salvaguardar la naturaleza. Es un llamado a la acción colectiva hacia la justicia ambiental y la igualdad de género», concluye.
El enfoque del proyecto PIDDA
El enfoque del proyecto PIDDA resalta la necesidad urgente de estrategias integrales para proteger a las defensoras de derechos de la mujer y sus territorios, ya que los diferentes tipos de violencia están profundamente interconectados. El proyecto PIDDA arroja luz sobre la situación de las defensoras ambientales para promover su participación efectiva, así como la de sus comunidades, en el desarrollo de políticas públicas. Cabero explica: «Nuestras actividades incluyen proporcionar información que contribuya a mejorar las políticas nacionales sensibles al género para proteger a los defensores ambientales, pero también trabajar con las mujeres para que se protejan mejor a sí mismas, a través de nuestros socios en Madre de Dios».
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