“Sin noticias de Yomibato”, el proyecto que transmitió un programa radial desde la comunidad nativa más alejada del Manu

Matsigenkas y periodistas compartieron experiencias durante nueve días. Foto: César González

  • Un equipo de Radio Madre de Dios se trasladó desde Puerto Maldonado hacia la comunidad nativa Yomibato, en un viaje entre autos y balsas fluviales, para conocer -desde el interior del Parque Nacional del Manu- las costumbres y problemáticas del pueblo matsigenka.
  • Historias recogidas durante nueve días serán narradas a través de un reportaje escrito en medios de comunicación de España y Perú, además de un podcast en un medio español.

Por Wuilmar Briceño / wbriceno@spda.org.pe

 

Antes de empezar el programa «Diálogos» de Radio Madre de Dios, el periodista César González Villar intentó alejar, tanto como le fue posible, de la consola y micrófonos, el generador eléctrico que trasladó desde Puerto Maldonado a Yomibato (habitada por el pueblo matsigenka), la comunidad nativa más remota del Parque Nacional del Manu. Era la primera vez que un medio de comunicación transmitiría en vivo un programa en este territorio indígena, y el hombre de prensa quería evitar que el sonido del motor se filtrara en los micrófonos. Durante siete ediciones, entre el 19 y 27 de octubre último, González Villar (nacido en España y radicado en Puerto Maldonado desde 2016) repetiría la misma secuencia, a fin de que los oyentes y seguidores conozcan, sin distracciones, aspectos de la cultura del pueblo matsigenka y las dificultades que enfrentan a diario, incluyendo la falta de acceso a servicios básicos.

Además de ser transmitido vía FM en Puerto Maldonado y otras ciudades de la región amazónica, «Diálogos», emitido de lunes a viernes a las 7:00 a. m., se puede ver vía Facebook. En el programa, el periodista mencionó las costumbres de la comunidad nativa Yomibato, en cuyo territorio habitan un aproximado de 500 personas. Con una cámara y micrófono en mano narraba las jornadas comunales, la preparación del masato (bebida tradicional indígena), la pesca y caza en medio del bosque, el tejido de crisneja que utilizan en los techos de las viviendas y áreas comunes, y la pasión compartida entre mujeres y hombres por el fútbol.

Mujeres matsigenkas se disputan el balón en un partido de fútbol. Foto: César González.

En la institución educativa N° 52116, Juan José Llarrañeta de Yomibato, los alumnos, vestidos con una cushma (prenda similar a una túnica), acompañados de sus docentes, formaban en el patio los lunes y viernes. Según declaró Bernabé Metaki, uno de los líderes de Yomibato, la formación es aprovechada por el director de la escuela y presidente de la comunidad nativa, Mateo Vicente Avanti, para fortalecer la identidad cultural, promover la unión entre los estudiantes y dar a conocer las actividades que llevará a cabo en las jornadas comunales.

Por otro lado, el espacio en «Diálogos» sirvió para que se expongan las deficiencias del Estado en Yomibato. En salud, uno de los principales problemas es el abastecimiento de medicina. Los lotes de medicamentos que tuvieron que llegar en mayo y setiembre al centro de salud, aún no fueron entregados. La empresa encargada de trasladar ambos lotes de medicamentos no cumplió con el servicio por el cual fue contratada. Los medicamentos llegaron a la comunidad nativa Tayacome, ubicada a cinco horas en bote de Yomibato, siempre y cuando el nivel del río esté lo suficientemente alto para no encallar la embarcación. En cambio, con escasez de lluvias y el nivel del río baja, las horas del viaje aumentan y puede prolongarse hasta en dos días. Esta situación ha llevado a que, ante problemas respiratorios o picaduras de una shushupe o jergón (serpientes que son habitualmente vistas en Yomibato), los comuneros no puedan ser tratados oportunamente por la única persona que trabaja en el centro de salud. Si el problema respiratorio se complica y se convierte en neumonía, es necesario trasladar al paciente a un nosocomio, tal como ocurrió en setiembre último, cuando cinco menores fueron trasladados en un helicóptero de la Policía Nacional del Perú al hospital Santa Rosa de Puerto Maldonado.

Para estos casos, el Estado no cuenta con un protocolo de atención. El viaje aéreo se consiguió tras la intervención de autoridades regionales. Una vez que el vehículo aéreo cumplió con el traslado y los pacientes fueron internados, las madres que acompañaron a sus hijos no tuvieron un lugar donde alojarse. Hasta el momento, no existe un soporte dentro del nosocomio que se encargue de explicar a las personas indígenas, que no hablan español, sobre los procedimientos que deberían seguir. Incluso, una vez los menores fueron dados de alta, el retorno tuvo que ser gestionado, en el momento, por el Gobierno Regional de Madre de Dios, la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad) y la propia comunidad nativa.

“Nuestro reclamo es cuando hay una emergencia. Todos los que se van tienen que regresar”, declaró en uno de los programas José Luis Vicente Sácaro, expresidente de la comunidad nativa Yomibato. Respecto al alojamiento y alimentación, el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado cubrió estos gastos con la ayuda de algunas instituciones y personas que se solidarizaron con los matsigenkas.

De ida a Yomibato, la comitiva tuvo que empujar, en más de una ocasión, la embarcación. Foto: Mariela Reyna

De acuerdo con el periodista de Radio Madre de Dios, realizar el viaje de retorno, desde Puerto Maldonado, dura seis días a más y genera un gasto de más de 3 mil soles. Si es en época en que el nivel de los ríos desciende (entre agosto y noviembre), los ocupantes de la embarcación fluvial deben bajar y empujar la nave para continuar el trayecto. El 6 de diciembre, la Diresa de Madre de Dios llevó a cabo una campaña de atención integral en las otras tres comunidades nativas del Parque Nacional del Manu: Maizal, Tayacome y Cacaotal. No obstante, no fue posible llegar a Yomibato debido a que “el caudal de la quebrada Fierro se encontraba seco, por lo que no se logró ingresar hasta la comunidad nativa de Yomibato para realizar las atenciones”, comunicó la Diresa.

Frente a este contexto, Vicente Sácaro propuso a las autoridades que realicen campañas itinerantes, donde además de la atención médica, otras instituciones del Estado también se sumen, como los programas Juntos y Pensión 65, cuya atención llega hasta Boca Manu, ubicada a tres días de viaje en bote desde Yomibato.

Problemas con la captación de agua

En 2012, la organización estadounidense Rainforest Flow instaló un sistema de captación de agua en Yomibato. “Gracias al proyecto tenemos agua segura y limpia. Anteriormente no teníamos agua y sufríamos de diarrea y muchas enfermedades”, recordó Mambiro Chogotaro, quien forma parte de la junta administradora de servicios de saneamiento. En los últimos años, la población en la comunidad nativa fue incrementando, con la aparición de otros matsigenkas que provienen de las cabeceras de cuenca; esto generó que los ocho litros por minuto que abastecía el sistema de captación sea insuficiente y tengan que buscar agua en los caudales y orillas del río, sin ningún tratamiento. En ese sentido, los comuneros han encontrado otro punto de captación, a quince minutos de caminata, pero se necesita volver a instalar el mismo sistema de captación.

A través de una entrevista virtual, la estadounidense Nancy Santullo, directora ejecutiva de Rainforest Flow, rememoró que en 2009 su organización instaló el mismo sistema en la comunidad nativa de Tayacome. Previamente, hicieron lo mismo en Santa Rosa de Huacaria, donde el antropólogo Glenn Shepard, reconocido investigador del pueblo matsigenka, le comentó la posibilidad de llevar a cabo este proyecto de agua a las dos comunidades nativas del Parque Nacional del Manu. Asimismo, Santullo anunció que se viene analizando la propuesta para visitar nuevamente Yomibato. Las pruebas realizadas arrojan que este nuevo punto abastece 60 litros de agua por minuto.

Expedición periodística

El traslado hacia la comunidad nativa (un viaje que incluyó el uso de camionetas y embarcaciones fluviales), y la transmisión del programa donde se informó sobre la cultura matsigenka y problemáticas que enfrentan, fue posible gracias al proyecto “Sin noticias de Yomibato”, del periodista español Martín Ibarrola, quien ganó con esta propuesta una beca del Pulitzer Center. Ibarrola, en conversación Actualidad Ambiental, comentó que después de participar en el Hay Festival Arequipa, presentando su libro La selva herida, en cuya historia se narra en formato de crónica su expedición en la Amazonía de Perú, Brasil y Bolivia, le quedó la sensación de conocer más sobre Madre de Dios, región que considera “no tan grande” donde “se reúnen conflictos humanos, culturales y antropológicos muy diversos y muy intensos”.

“Cuando me invitaron al festival me di cuenta de que no podía ir y hablar solamente del libro. Tenía que volver a hacer una expedición periodística. Quería hacerla en torno a un tema al que yo tenía la sensación que la había tratado en menor profundidad: las culturas ancestrales que habitan en el Alto Madre de Dios, básicamente esos pueblos indígenas que llevan ahí desde antes de los incas y que se han mantenido y han conservado gran parte de su cultura”, sostuvo.

La expedición periodística planteada al Pulitzer Center incluía parte del presupuesto que supone llegar a Yomibato. “Ese mismo presupuesto lo tienen que pagar los nativos de Yomibato, cada vez que entran y salen de su hogar. Es una factura que para cualquier persona es costosa”, refirió Ibarrola, quien observó todas las dificultades que pasan a diario los matsigenkas y que dará a conocer a través del portal español El Confidencial, medios de comunicación de Perú, y por medio de un podcast en EITB.

Sobre la labor periodística y la importancia de denunciar diversos hechos, como la falta de medicinas en al comunidad nativa, el escritor enfatizó en que “algo que yo creo que cualquier periodista aprende en su profesión es que lo que no se conoce, a efectos prácticos, no existe”. “Yomibato está tan lejos, han estado tan asilados toda su vida que parece que no importa. Si ocurre en Yomibato parece que no hay consecuencias a todas esas acciones negativas. En general, Perú, como país que habla tantas veces de la importancia y de la riqueza de las culturas ancestrales de los PIACI (pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial), no puede desatenderlos tanto”, denunció.

Legado periodístico

El proyecto “Sin noticias de Yomibato” incluía la adquisición de un dispositivo de internet satelital. Durante el trayecto, Radio Madre de Dios no dejó de transmitir «Diálogos». El equipo permitía conectarse desde cualquier punto en que se encontraba la comitiva de periodistas. Jorge Pita, reconocido periodista de Puerto Maldonado, con más de 40 años de trayectoria y coconductor del programa de opinión, manifestaba su admiración, desde su domicilio, las ventajas tecnológicas. “Qué alejada la comunidad y cómo es el mundo de la comunicación, cómo ha cambiado. Esto habría sido una alegría, para todos aquellos pioneros, los hermanos dominicos”, expresaba Pita, en alusión a los misioneros dominicos que recorrieron los pueblos más alejados del Parque Nacional del Manu.

El internet satelital, que fue adquirido con el financiamiento del Pulitzer Center, será donado a la comunidad nativa Yomibato. Además, con el apoyo de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) en Perú, entregarán una cabina de radio, que incluye una consola, cámara, generador eléctrico y micrófonos. Durante su estancia, tanto González Villar como Ibarrola capacitaron en aspectos periodísticos a algunos miembros de Yomibato, incluyendo a su presidente, Mateo Vicente. Los comuneros, antes de recibir la visita de los periodistas construyeron un espacio donde estos equipos serán instalados. “La comunidad está ansiosa de comunicar cosas”, apuntó César González.

Mujeres y hombres matsigenkas escuchan atentos la capacitación dictada por González e Ibarrola. Foto: Mariela Reyna.

Luego de transmitir uno de los programas emblemas de Radio Madre de Dios, sin dejar de comentar los demás temas de interés de la región, González, director de esta emisora desde 2016, reconoció que el viaje de ida fue complicado, considerando que lo hicieron en la época de sequía. “Tuvimos que jalar mucho el bote”, comentó. Sin embargo, la satisfacción de recorrer la Amazonía peruana, a la cual llegó en 2011, como parte de una misión de dominicos a comunidades nativas de Ucayali, le deja tranquilo, especialmente, porque las voces de los matisgenkas fueron escuchadas, aunque, algunas veces, acompañadas del sonido del generador eléctrico que permitía el funcionamiento de los equipos.

Dato:

  • En el viaje de ida a Yomibato, acompañaron a los periodistas el presidente de la comunidad nativa Mateo Vicente, alumnos que participaron en la Fiesta Intercultural de Niños y Niñas de Madre de Dios, desarrollada en Puerto Maldonado, en el marco del Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural. También estuvo Mariela Reyna, representante de la Red Escolar de la Selva del Sur Oriente Peruano (Ressop), que realiza un viaje anual a Yomibato para capacitar a los docentes que imparten conocimiento a un total de 189 estudiantes entre inicial, primaria y secundaria.


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