Roque Rodríguez: “Mi sueño es plantar un árbol de la quina en todas las plazas del Perú”

Investigador luce orgulloso el florecimiento de un árbol de la quina. Foto: Roque Rodríguez

  • Desde hace dos décadas, el investigador trujillano trabaja para recuperar nuestro árbol nacional y concientizar sobre la importancia histórica y cultural de esta especie.

Por Jaime Tranca / jtranca@spda.org.pe

 

Como la mayoría de peruanos, Roque Rodríguez no había visto nunca el árbol de la quina más que en el Escudo Nacional, pero esto cambió cuando trabajaba en el Hospital II de Jaen (Cajamarca), hace veinte años. En aquel lugar, algunos pacientes le contaron que se curaban de enfermedades como paludismo con un remedio casero elaborado con la corteza de una planta. Tras esta información, decidió que debía conocer a este vegetal, y para ello viajó varias horas hasta un alejado centro poblado y se dio con la sorpresa de que se trataba del emblemático árbol nacional.

El centro poblado se llama La Cascarilla, y en aquel lugar, la población afirmaba que no sabía que este árbol era el mismo que aparecía en nuestro Escudo Nacional, debido a que siempre lo habían llamado “cascarilla”. Sin embargo, cuando se enteraron de la importancia de esta especie, decidieron promover su cuidado y reforestación.

Gracias a sus propiedades, la quina salvó la vida a millones de personas de todo el mundo de enfermedades como la malaria y el paludismo, pero este valor hizo que esta especie sea sobreexplotada casi al borde de su desaparición. Hace solo unos años, afirma Roque Rodríguez, para muchos la quina estaba extinta y esa era la versión incluso de autoridades, pero esta planta que había salvado vidas solo estaba esperando a que también la salven de la desaparición y el olvido. 

Desde que conoció al símbolo de nuestra riqueza vegetal, Roque Rodríguez emprendió la tarea de recuperar no solo la población de quina (Cinchona officinalis), sino también de que todo el Perú tenga la oportunidad de conocerla y valorarla. Para ello, se planteó llevar la especie a todas las regiones y darle el sitial que se merece: las plazas principales de cada ciudad.

“Mi sueño es plantar un árbol de la quina en todas plazas públicas del Perú”, nos dice a pocos días de sembrar un ejemplar más en la plaza de Trujillo, lugar donde espera tener hasta ocho especies de quina para batir un récord Guinness. “Este año habíamos llegado a tener estas ocho especies, pero una planta fue arranchada y otra fue robada”, cuenta el investigador y tecnólogo médico de 67 años.

Como se recuerda, la madrugada del 12 de agosto, desconocidos robaron un ejemplar de quina que había sido plantado en la plaza de la capital liberteña. Este hecho, resalta Roque Rodríguez, llamó la atención nacional e internacional y puso en agenda la necesidad de proteger este árbol.

“Los delincuentes han logrado lo que no habíamos logrado hasta ahora: generar un interés general por esta planta. El robo que pudo terminar con esta tarea de proteger la especie logró un efecto contrario, y hoy las plantas de la plaza tienen vigilancia las 24 horas, y autoridades de varios lugares me han llamado porque también quieren una planta de quina en su zona”, afirma Rodríguez, en conversación con Actualidad Ambiental.

[Ver además►La quina: el árbol nacional que pocos peruanos han visto de cerca]

En la plaza de Trujillo, este año se tuvo hasta 8 especies de quina, pero se robaron un ejemplar y destruyeron otro. Foto: Roque Rodríguez

Un sueño en marcha

Cuando empezó a plantar árboles de quina en la plaza de Trujillo, Rodríguez fue criticado porque no todos estaban de acuerdo porque esta especie no era típica de la zona o iba a afear la plaza, ya que al principio las plántulas necesitaban de un pequeño invernadero de madera para adaptarse. Sin embargo, cuando el interés por esta especie iba creciendo entre estudiantes y ciudadanía en general, las autoridades cambiaron de actitud, incluso la tarea de repoblación cobró más fuerza con la llegada del Bicentenario.

En mayo de 2020, el entonces Ministerio de Agricultura (hoy Ministerio de Desarrollo Agrario), a través de Agro Rural, aprobó el “Plan de Acción para el Repoblamiento Forestal con Especies del género cinchona (Árbol de la Quina) 2020-2022”, con el fin de recuperar esta especie, considerada vulnerable, en diez regiones del país. Esto impulsó aún más el interés por promover la recuperación de este árbol.

En todos estos años que le ha entregado su vida a la quina, Roque Rodríguez ha logrado plantar esta especie en plazas, jardines botánicos, parques, universidades, incluso en puertos. Si bien algunos no duraron demasiado, por diversos motivos, como por ejemplo la acidez del suelo, la calidad del agua o la desidia de las autoridades que no le daban la protección necesaria, siempre supo que cumplir su sueño costará mucho tiempo y esfuerzo, aunque es optimista y piensa que ya se dio un gran paso: la concientización de las personas.

El trabajo de Rodríguez también ha sido reconocido por su trascendencia en diversas regiones del país. Como presidente del Instituto Nacional de Investigación de la Expedición Científica por la Ruta del Árbol de la Quina, además, ha sido responsable de certificar si es que un determinado árbol es realmente quina o no. Esto sucedió, por ejemplo, en Malpaso, provincia de Carhuaz (Áncash), en donde por años se ofrecía como parte de una ruta turística conocer a un ejemplar de quina, pero se trataba en realidad de un robusto ficus.

El investigador ha logrado que la quina brote en tierra extraída de relaves mineros. Esto atrajo la atención de otros investigadores. Foto: Roque Rodríguez

Respecto a la adaptación de la planta diversos suelos y climas, Rodríguez cuenta que realiza diversas investigaciones en el techo de su casa, donde tiene varios ejemplares de quina sembrados en muestras de diversos suelos que ha podido recoger en diferentes regiones del país. Con dedicación e insistencia ha logrado que la quina brote, incluso, en tierra que trajo de relaves mineros.

“Hace poco he logrado que la quina brote en tierra traída de relaves mineros de San Mateo, en la región Lima. Lo mismo he hecho con otros relaves de La Libertad”, cuenta muy orgulloso de este logro que espera compartir pronto con otros investigadores para demostrar la capacidad de adaptación de esta especie.

Cuando le preguntamos cuál es su principal motivación para continuar con esta tarea de repoblar y revalorar a la quina, se le entrecorta la voz y nos responde:

“Mi mayor motivación es devolverle a mi país el gran valor de la identidad nacional que ya se está perdiendo. No es posible que esa identidad solo se active cuando juega la selección de fútbol. La identidad debe estar todos los días, todo el año. Es un orgullo trabajar por el árbol que aparece en el Escudo Nacional, que ha salvado millones de vidas. Para los peruanos es nuestro deber cuidar el mayor legado que nos han otorgado los sabios médicos del antiguo Perú”.

“El árbol de la quina no está extinto, todavía existe y siempre ha existido, pero también existe mucho desconocimiento”, concluye este guardián de nuestra riqueza vegetal.

 



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