• Especialistas afirman que existía un proyecto para agrupar a las lomas de Lima en un Área de Conservación Regional, pero desde el cambio de gestión de la Municipalidad de Lima, esta iniciativa se ha estancado.
• Lomas como las de Carabayllo y Mangomarca han sido víctimas de invasión en los últimos meses.
La lomas de Lima son aquellos espacios naturales que reverdecen en las partes altas de la capital. Se trata de zonas con gran biodiversidad que muestran su apogeo entre los meses de junio y noviembre. En ese tiempo, flores, plantas silvestres, aves, reptiles o insectos, pueden ser observados en estos lugares que se han convertido en atractivos turísticos que pueden beneficiar a las poblaciones cercanas, pero estos, en vez de llamar la atención de diversas autoridades para que conjuguen esfuerzos de conservación, han quedado casi en el olvido desde el cambio de administración de la Municipalidad de Lima.
Los principales enemigos de las lomas siempre han sido la invasión, el tráfico de terrenos, la minería ilegal, la ampliación de algunos asentamientos humanos, incluso el arrojo de desperdicios. El escenario se repite en las 22 mil hectáreas de lomas que posee la capital peruana. Los esfuerzos de algunos héroes voluntarios para protegerlas han sido insuficientes, ya que implica luchar no solo contra mafias o asociaciones que aparecen de la nada, sino contra la inacción del propio Estado que no ha delimitado estos lugares o no ha creado mecanismos de protección para las áreas que desde tiempos ancestrales han servido también como pulmón y espacio de vida en la lúgubre “Ciudad de los Reyes”.
Claros ejemplos de estas zonas amenazadas son Lomas de Primavera, en Carabayllo, que hace poco ha sufrido una nueva invasión; Lomas de Mangomarca, en San Juan de Lurigancho; o Lomas de Amancaes, en el Rímac, que en los últimos años ha sufrido un recorte considerable.
“Lima tiene aproximadamente 22 mil hectáreas de lomas que se regeneran anualmente en 20 lugares, ubicados 19 distritos diferentes, de norte a sur. Estos espacios se pueden magnificar en una dinámica propia de este ecosistema con el Fenómeno El Niño, donde puede llegar a cubrir hasta 70 mil hectáreas”, explica Roobert Jiménez, consultor ambiental que contribuyó a la publicación de “Lomas de Lima. Futuros parques de la ciudad” en el 2014.
Según Jiménez, a quien encontramos en plena investigación en Lomas de Primavera, estos lugares “no cuentan con un marco de protección o conservación”, aunque hay algunos marcos normativos que “permiten su gestión a nivel de los gobiernos locales dados por ordenanzas provinciales que las declaran como áreas de protección y tratamiento paisajístico”, pero en la práctica no se da.
Para hacernos una idea del valor de estos espacios, el especialista explica que solo en Lomas de Primavera, cuya extensión es de aproximadamente 1700 hectáreas (considerada una de las lomas más importantes de la capital por su alta biodiversidad), se pueden encontrar hasta 102 especies de flora y alrededor de 35 a 39 especies de fauna, entre aves, insectos, reptiles, entre otros organismos, según estudios del Museo de Historia Natural.
[Ver además-> Lomas de Mangomarca: destino turístico es víctima de traficantes de terrenos]
“Hablar de las lomas es hablar de la expansión de Lima. Estos lugares han sido fragmentados a lo largo de los años y su principal amenaza son las invasiones o el crecimiento informal, y eso es lo que está recontra fuerte en todos lados, especialmente en Mangomarca, donde actualmente hay una invasión que ya tomó las cumbres y ha destruido el 60% del ecosistema”, nos dice por su parte Juan del Castillo del Centro Urbes, una organización que nació de un grupo de voluntarios que empezaron con iniciativas para proteger las Lomas de Amancaes.
Del Castillo también afirma que “existe una superposición de derechos de uso bastante complicada”. Por ejemplo, el caso de Mangomarca, la Comunidad Campesina de Jicamarca reclama las lomas como suya, y lo mismo hace la Municipalidad de San Juan de Lurigancho. Además, en el mismo lugar hay concesiones mineras, lotes privados, entre otros. “Hay todo un entramado legal que no termina de sanearse. Esto es uno de los principales problemas en las lomas. No hay un ordenamiento claro, no hay planificación”, agrega.
Ver entrevista con Roobert Jiménez
Un proyecto estancado
Una de las iniciativas que buscaba la conservación y el reordenamiento turístico de las Lomas en Lima estuvo a cargo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Se trató de un proyecto enfocado en sitios ecológicos como valles, lomas y humedales, y tenía como objetivo agruparlos en un “Área de Conservación Regional”.
La propuesta iba ser trabajada principalmente en cinco lomas de la capital: Lomas de Ancón, Amancaes, Carabayllo 1 y 2 y Villa María del Triunfo, pero no involucraba a otras cumbres, ya que tenían derechos de concesiones mineras o predios privados que hacia difícil su tratamiento.
Actualmente, el proyecto que se encuentra en Ministerio del Ambiente (Minam), y se ha quedado en “stand by” con el cambio de gobierno municipal liderado por Luis Castañeda Lossio. Cabe mencionar que la anterior gestión impulsó esta iniciativa durante 3 años, pero ahora está estancada.
“Por el tema del ‘Paquetazo Ambiental’ las ACR ahora pasan por la aprobación del Consejo de Ministros, pero antes el Ministerio de Economía pide que haya una partida presupuestaria que soporte la creación de estos espacios. En este caso, la partida tenía que haber salido de la Municipalidad de Lima, y la anterior gestión tenía la intención de hacerlo, había incluso separado entre 8 o 10 millones de dólares para ello, pero a la nueva gestión no le interesó”, resalta Juan del Castillo.
Hace poco, Actualidad Ambiental visitó las Lomas de Mangomarca y de Primavera, y pudo constatar las invasiones y el maltrato a diversos lugares que antes eran visitados por turistas e investigadores.
Intentamos comunicarnos con algún representante de la Subgerencia de Planeamiento e Información Ambiental de la Municipalidad de Lima y hasta la fecha no hemos tenido respuesta.
“Conservar los ecosistemas de lomas es responsabilidad de todos. Hay una responsabilidad compartida tanto por la población local que vive en torno a estos espacios naturales como las autoridades locales y provinciales, regionales y el gobierno nacional. Las competencias están en todos, el asunto es saber quién asume su rol y responsabilidad de protegerlas. Hay varias fórmulas para conservarlas, una de ellas fue la propuesta de área de conservación regional”, agrega también Roobert Jiménez, quien señala además que es un deber encontrar nuevas formas de proteger estos espacios naturales.
DATO:
• Lima tiene más de 9 millones de habitantes, distribuidos en 43 distritos, de los cuales no todos poseen la cantidad de áreas verdes como recomienda la Organización Mundial de la Salud. En promedio, Lima posee 3 metros cuadrados por habitante cuando la recomendación es 9 metros cuadrados. Por ejemplo, Breña y Pachacámac poseen 3 metros cuadrados, mientras que Miraflores, San Isidro y Jesús María, de 12 a 20 metros cuadrados por persona.
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